Por Daniel Colombo | Perder un empleo es una de las cosas más estresantes que le pueden ocurrir a cualquiera, y cuanto más avanzada sea tu carrera, más difícil podría ser encontrar otro trabajo.
La tasa de desempleo a nivel mundial ha ido en aumento desde 2010 y sigue siendo un problema en casi todos los países del mundo. Sin embargo, la pérdida de empleo no tiene por qué ser permanente. Hay formas de hacer frente a esta difícil situación y recuperarse de ella rápidamente.
Hay muchas personas que pierden su trabajo y luego se pasan el resto de su vida resentidas con esa empresa o maldiciendo a su jefe por haberles despedido. Cuanto antes afrontes la pérdida de tu trabajo, antes podrás superarla y dejarla atrás para siempre.
Las fases del luto
Hay un período que varía según cada persona en el duelo pos-despido, y que puede entorpecer la búsqueda de trabajo e, incluso, derivar en un problema psicológico que requiera atención de terapeutas profesionales.
Después de perder trabajo por cualquier motivo, hay que aceptar que se atravesará por un período de luto y de adaptación al nuevo estado laboral: “desempleado”, uno de los estigmas sociales más fuertes y complejos de sobrellevar.
Muchas personas reaccionan pasivamente, aletargándose y quedándose estancados sin capacidad de reacción; otras, enviando sus antecedentes en forma compulsiva, antes de procesar lo que están viviendo. Quizás el impulso de mantenerse en movimiento sea lo apropiado, aunque hacerlo indiscriminadamente probablemente no dará resultado y duplicará la frustración.
El tiempo de luto tiene varias fases, aunque no todas las personas las vivan de la misma forma.
La primera es la negación, caracterizada por la frase “Esto no puede estar pasándome a mí”.
Luego generalmente aparece la ira y el enojo en contra de la empresa, compañeros de labor, conocidos y demás entornos, e incluso hacia sí mismo, autocastigándose, pensando en que no se tienen las capacidades o habilidades necesarias. Ahí entra en juego la culpa y el resentimiento.
Otra fase está caracterizada por el miedo, porque socialmente se nos ha inculcado que estar sin trabajo es lo mismo que ser trapecistas sin red, sin contención y sin solución cuando caemos desde el aire.
El miedo está muy relacionado con aspectos objetivos de la visión de no futuro, de no saber cómo ganar dinero para sustentarse solo o en familia, e incluso, de sumarle la vergüenza de expresar, abiertamente, que se está buscando una nueva oportunidad laboral.
Cuando domina esta emoción las personas pueden encerrarse, sentirse excluidos del sistema laboral y cuestionarse seriamente si tienen la capacidad de salir adelante.
Justamente en este punto, el de la autoconfianza y autoestima, aparece otra etapa, de re-evaluación de aspectos de la identidad de la persona. La identidad es el “¿Quién soy?” de cada uno. Muchas veces, al perder el empleo se siente que se desmembró una parte importante de quienes somos, por el hecho de la rutina que combinaba el tiempo, esfuerzo, posición y relacionamiento social que implicaba el estar empleados.
La última fase es la de la aceptación, cuando se asume una situación irreversible, que impone tomar acción. Allí la persona está emocionalmente más estable y puede comandar distintas posibilidades para moverse y buscar un nuevo trabajo.
5 ideas para no dejarte vencer
Si bien quedarse sin empleo es una de las peores experiencias de la vida, hay varias alternativas para explorar, sin ocultar ni tapar las fases anteriores, que son necesarias para vivir el duelo por lo perdido.
Estas cinco ideas pueden ayudar:
1 – No te avergüences de perder tu trabajo
Si te han despedido, por cualquier motivo que sea, incluso sin haber provocado ninguna situación y caíste en medio de un recorte de personal, en realidad no ha sido culpa tuya, ni de nadie más.
Aunque parezca que las empresas son un “barril sin fondo” de dinero, no lo son, y necesitan mantener una sustentabilidad de los recursos, inclusive los asignados a la contratación de personas.
Las sucesivas crisis de países y sectores productivos, la reducción de demanda de productos y el cambio del mercado, son algunos de los aspectos por los que se puede quedar sin empleo.
Salvo que hayas tenido intencionalidad para que te desvinculen, o cometido errores inaceptables por la parte empleadora, si no has hecho nada de este tipo, debes saber que a veces toca perder el trabajo.
Si sientes vergüenza, esto no hará más que reforzar el estado emocional negativo que vives, por lo que puedes asumirlo con pena, y, a la vez, con un optimismo realista de que pronto revertirás esta situación.
Es un estado de actitud que puedes practicar y alcanzar, no es una utopía.
Sé que suena bonito y simple; y considero que así es. ¡Claro que no es sencillo encontrar un nuevo empleo! Sin embargo, hay miles de ofertas en todo tipo de portales de Internet, periódicos, redes sociales como LinkedIn (la más grande a nivel mundial dedicada al sector profesional), y hasta oportunidades que puedes indagar en conocidos y referidos.
2 – Concéntrate en ti y tus fortalezas
Si en los momentos difíciles te apoyas en tu debilidad, lo único que lograrás es victimizarte. En cambio, sin caer en el pensamiento mágico de “lo que sucede, conviene”, sí puedes saber que cuentas con un reservorio interior de la energía, disposición y entusiasmo para que, en poco tiempo, puedas estar nuevamente trabajando.
Por muy afectado que estés, asegúrate de mantener la mayor calma posible. Esta es la mejor manera de asegurarte de que estás preparado para lo que se avecina. Te ayudará mantener la calma y a centrar tu mente en las cosas que sí puedes controlar; por ejemplo, diseñar un plan de acción paso a paso, y cumplirlo.
3 – Cuida tu salud mental
Si estás pasando por un momento difícil, es importante recordar que cuidar de tu salud mental es tan importante como cuidar tu salud física.
Hay momentos en la vida de todo el mundo en los que se necesita apoyo. Si estás pasando por un momento difícil, necesitas reconocer que padeces de un alto nivel de estrés, y en estos casos es importante buscar ayuda profesional. No es de débiles hacerlo, sino todo lo contrario, porque se requiere mucha valentía para afrontar ese momento y elaborar lo que sea mejor para salir adelante lo antes posible. Busca terapeutas que trabajen en forma concreta, que te alienten, motiven y apoyen. Por ejemplo, la corriente de psicología cognitiva conductual sería un excelente punto de partida.
Las redes de contención de amigos también funcionan, porque, desde el afecto, el abrazo, la palabra sincera, o, simplemente, el espacio de escucha, podrás drenar todos los sentimientos que tienes, y así, aliviar la carga interna de sentirte desempleado.
Piensa siempre que lo que vives es es algo temporal, y que, más tarde o más temprano, estarás nuevamente en actividad.
4 – Encuentra un nuevo trabajo lo antes posible
Cuanto antes te recuperes, mejor. Mucha gente prefiere quedarse con una mentalidad negativa cuando te han despedido, sobre todo si llevas un tiempo desempleado.
Los expertos en recursos humanos y la psicología han demostrado que te vas a sentir mucho mejor si eres capaz de encontrar otro trabajo lo antes posible.
Quizás no sea el empleo ideal, ni siquiera el puesto anhelado de acuerdo con tus capacidades. Pero recuerda que siempre es más sencillo conseguir otro trabajo mejor mientras tienes uno, que estando de paro.
Por esto, la sugerencia es que aceptes lo mejor que se presente ante ti, aunque sea por un periodo de prueba, cubrir a una persona de licencia, o un puesto completamente nuevo.
La intención es que vuelvas a cierta rutina de productividad que tenías antes, y verás que en menos de diez días cambiará tu semblante, conocerás nuevas personas -que serán valiosas conexiones- y encontrarás algo de la estabilidad que habías perdido.
5 – Entrénate mientras no tienes empleo
Aún en medio de la desazón del momento, puedes dedicar espacio a organizarte una agenda diaria tal como si trabajases una jornada completa.
En vez de quedarte durmiendo o mirando televisión, esperando que suene el teléfono, la recomendación es que te pongas en marcha lo antes que puedas.
Por ejemplo, levántate a un horario fijo, aséate y vístete de manera cómoda, pero como si fueses a trabajar. Haz un lugar en casa para que sea tu centro de operaciones, y agenda los horarios tal como si tuvieses empleo. Esto permitirá que te ordenes y aumentes tu productividad y efectividad.
Aquí tienes un plan de acción listo para implementar; sólo se requiere de tu esfuerzo y voluntad para llevarlo adelante día tras día:
• Investiga qué buscan las empresas de tu sector y cuáles son las habilidades más requeridas. Incorpóralas si no las tienes.
• Entrénate en las preguntas más frecuentes en las entrevistas de trabajo actualizadas;
• Date de alta en todos los portales de búsqueda de empleo que existan.
• Pon al día tu currículum y conoce las nuevas tendencias al respecto, como los videos y los CV breves de máximo una página. Encuentras cientos de tutoriales en Internet.
• Mantén al menos una reunión por día con tu red de contactos para hacerles saber, de tu boca, que estás buscando empleo.
• Actualiza tu perfil en las redes sociales, especialmente en LinkedIn, para hacerte más visible ante el mercado (utiliza la función “Open to work” que tiene disponible). Empieza a crear tu Marca Personal, el sello distintivo que reconocerán los demás a través de todo lo que eres y cómo lo comunicas.
• Pide referencias y cartas de recomendación a empresas en las que trabajaste. Ordena tu documentación personal.
• Toma algún curso corto, incluso los hay gratis, sobre habilidades que necesitas reforzar.
• Crea tu carta de presentación sólida donde muestres tus cualidades y competencias.
• Diseña distintas versiones de tu Curriculum si tienes más de una especialidad.
• Envía al menos 5 currículums por día que se ajusten a tu perfil profesional.
• Haz networking con toda tu agenda de contactos.
• Cumple tus citas, horarios y entrevistas laborales que vayan surgiendo. Preséntate en forma profesional. Recuerda que muchas se realizarán en forma virtual, y que la mayoría empiezan en tu currículum social, es decir, lo que verifican en tus redes sociales mucho antes de llamarte.
Y así puedes seguir con la lista de acciones en tu búsqueda laboral. Si bien perder un trabajo puede ser una experiencia muy estresante y frustrante, no tiene por qué ser totalmente devastadora.
Como ves hay muchas cosas que puedes hacer para sobrellevar la pérdida del trabajo y ayudarte a recuperarte. Es importante mantener una mentalidad realista y con una buena dosis de optimismo, que es la que te dará el impulso para enfocarte en el nuevo desafío.
Para el final, mi mejor consejo de hoy: elígete. Nadie te va a elegir, si tú no te eliges primero. Ten tu mejor disposición para cada ocasión, y recuerda que puedes vivir este período con sufrimiento y victimización, o, por el contrario, tomarlo como un escalón de aprendizaje para moverte más allá de tu zona cómoda, y así, conquistar el siguiente nivel de experiencia en tu vida profesional.
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