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¡Al momento de actuar, actuarán como papá y mamá!

¡Al momento de actuar, actuarán como papá y mamá!

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Para los que confundimos la buena comunicación con nuestros padres.

La buena comunicación con nuestros padres, el vínculo amigable y alcahuete en el buen sentido de la palabra; será siempre placentero y de alto impacto positivo para la relación entre padres e hijos o viceversa. Una buena porción de confianza entre ambos nos hace ser mejores hijos y a ellos mejores padres.

¿Pero qué pasa cuándo fallamos a pesar de la confianza con ellos?

En mucho de los casos, considero, que nos equivocamos cuando decimos: ¡Mí mamá y/o Mí papá es mi mejor amigo! Frase que escuchamos decir en varias oportunidades de la boca de nuestros amigos y de la de nosotros mismos. Es muy importante la relación saludable con nuestros padres, pero cuando fallemos, sea cual sea el origen actuarán como padres y no como amistades aliadas. A ellos, a los padres; les interesa el buen comportamiento, las buenas calificaciones, el buen habla y buenos resultados; cualidades que son menos prioritarias para nuestros amigos.

Llevando a escena lo anterior sería algo parecido a: ¨Imaginemos que tenemos una relación amorosa con 3 chicas a la vez¨ para nuestros amigos seremos unos superhéroes y modelo a seguir en el ámbito amoroso; mientras que, para los buenos padres, eso no se hace. Jugar con los sentimientos ajenos está muy mal. Buscarán la manera de que reaccionemos, por las buenas o por las malas. Y como el primero hay muchos ejemplos, unos más fuertes que otros que no mencionaré.

En mucho de los casos recurrimos a confundir la buena comunicación con nuestros padres, y sin pensar que, al momento de actuar, actuarán como nuestros representantes y no como nuestros aliados, a ellos les interesa apuntar a la excelencia, no al descenso de su representado. Sin embargo, sigue la insistencia en que estamos confundidos y por ello se resalta que hay conversaciones que establecemos con nuestro cuadro hermético de amistades y no establecemos con nuestros padres, y ¿Por qué? ¿No son nuestros mejores amigos? Sólo pregunto.

¡Insisto ¡son nuestros amigos o buenos padres, NO son nuestros mejores amigos. Es una realidad la hermandad que nace en muchas ocasiones entre padres e hijos, lazos estrechamente conectados que no debe de ser ocasional sino permanente. Se va convertido casi una necesidad tener mejores amigos, pues hay cosas que no las podemos conversar con nuestros padres, o más allá de no poder conversarlas con ellos, la cuestión es mucho más profunda; es decir y en definitiva que no todo le podemos contar a nuestros parientes más cercanos y directos, los padres. Cabe traer a la mesa que a pesar de la amplia comunicación y conexión directa que podemos tener con nuestros representantes cuando hacemos lo que no les gusta no los hacen sentir con una mirada o un gesto, o puede ir más allá. Sin embargo, un mejor amigo no toma las cosas ¨a veces¨ tan a pecho.  y ahora que piensas, ¿tus padres son tus mejores amigos o amigos?

¡Y recuerda, los padres son los padres y los amigos, son los amigos!

Daniel Mota / TW @UnTalMota / IG @UnTalMota | Foto: Shutterstock

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