El Museo del Louvre es uno de los más importantes del mundo (en francés: Musée du Louvre). Es el museo nacional de Francia consagrado al arte anterior al impresionismo, tanto bellas artes como arqueología y artes decorativas. Está ubicado en París (Francia), en el antiguo palacio real del Louvre, y actualmente promueve la apertura de dos subsedes, en Lens (Francia) y en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos).
Sus extensas colecciones son el resultado de un doble esfuerzo histórico. Al coleccionismo desarrollado por la monarquía francesa a lo largo de varios siglos, se sumó el esfuerzo de los hombres de la Ilustración, la labor desamortizadora de la Revolución francesa y las campañas arqueológicas y compras impulsadas durante todo el siglo XIX.
La apertura del Louvre el 8 de noviembre de 1793 significó, dentro de la historia de los museos, el traspaso de las colecciones privadas de las clases dirigentes (monarquía, aristocracia e Iglesia) a galerías de propiedad pública para disfrute del conjunto de la sociedad. Por ello el Louvre constituyó el precedente de todos los grandes museos nacionales europeos y norteamericanos, y de hecho fue el modelo para muchos de ellos. Es el museo de arte más visitado del mundo y el más recordado por varias de sus obras maestras, como La Gioconda de Leonardo da Vinci.
Historia del Museo de Louvre
El edificio que alberga el museo desde su fundación es el viejo castillo del Louvre, luego reconvertido en palacio real. Su origen se remonta al siglo XII, y fue embellecido con ampliaciones renacentistas y otras más tardías. En este edificio acumuló el rey Carlos V sus colecciones artísticas. Los posteriores monarcas Francisco I y Enrique II planearon reformas para hacer de él una verdadera residencia real renacentista.
Fue la reina Catalina de Médicis la que esbozó el proyecto que hizo del Louvre el gran palacio que es actualmente, labores que continuó Enrique IV después de las guerras de religión. En sus mejoras arquitectónicas y decorativas han intervenido múltiples artistas a lo largo de varios siglos, desde Claude Perrault y los pintores Simon Vouet y Charles Le Brun en el XVII hasta Delacroix y Georges Braque, quienes pintaron algunos de sus techos.
La construcción del Palacio de Versalles, agilizada bajo el reinado de Luis XIV, hizo que el Louvre quedara desocupado por la familia real a finales del siglo XVII, y por ello se instalaron en él, ya en el siglo XVIII, la Academia Francesa y después las restantes academias. Allí se celebraron exposiciones anuales de la Real Academia de Pintura y Escultura.
Tras la Revolución francesa que implicó la abolición de la monarquía, el Palacio del Louvre fue destinado (por decreto de mayo de 1791) a funciones artísticas y científicas, concentrándose en él al año siguiente las colecciones de la corona. Parte del Louvre se abrió por primera vez al público como museo el 8 de noviembre de 1793. Ésta era una solución lógica, habida cuenta de que estaba ocupado por las academias y porque, ya en 1778, se había elaborado el proyecto de utilizar su Gran Galería como pinacoteca. Lo novedoso de la medida fue que se nacionalizaban bienes de propiedad real, y que el acceso era libre pues no se limitaba al público culto ni se regulaba mediante visitas concertadas, como sí ocurría en los Uffizi y en el Museo del Prado durante sus primeros años.
El edificio del Louvre estuvo unido al palacio de las Tullerías (la traducción correcta es Palacio de las Tejeras) formando un solo conjunto hasta 1870, cuando este último fue destruido en los hechos de la Comuna de París. Los tesoros artísticos de las Tullerías se perdieron en el incendio del palacio, cuyas ruinas fueron demolidas; desde entonces, el Louvre domina el gran parque abierto en dicho solar.
El enorme museo, cuyas salas y pasillos marcan un recorrido de varios kilómetros, fue sometido a una ambiciosa modernización en la década de 1980, cuyo elemento más visible fue la pirámide de cristal. Fue diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei e inaugurada en 1989 para centralizar el acceso de los visitantes, que descienden por ella a un recibidor subterráneo por el que se accede a las diversas alas del museo.
A pesar de tal modernización, varios sectores del Louvre seguían ocupados por organismos públicos, y sólo en fecha reciente se han desalojado y adaptado como salas de exposición.
Foto: Watcharee Suphaluxana / Shutterstock.com
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