La vida nocturna, los bailes y el colorido de París a finales del siglo XIX fueron la principal inspiración de Henri Toulouse-Lautrec. Pintor, cartelista y un auténtico maestro de las excentricidades, el artista consolidó su obra entre los cabarés y las habitaciones del mítico Moulin Rouge.
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‘Les Deux Amies’ (Toulouse-Lautrec, 1894-1895).-
¿Quién era Toulouse-Lautrec?
Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa (1864-1901) fue un pintor, cartelista y aristócrata francés.
Nacido en la aristocracia de la época, Henri fue considerado el rebelde de su familia, pues además de ir tangencialmente a las normas de sus padres, decidió dedicarse a la vida bohemia y artística de París, a finales del siglo XIX.
Retrato a Vincent van Gogh (Toulouse-Lautrec, 1887).-
Para Toulouse-Lautrec, lo transgresor era sinónimo de innovación; y cuanto más próximo estaba de representar la realidad de la «belle epoque» de París según su perspectiva, más cerca se mantuvo de la muerte.
Toulouse-Lautrec medía 1,52 m de estatura.-
Un accidente durante su infancia -presuntamente por medio de la caída de un caballo- causó que su crecimiento se viese afectado, por lo cual, solo alcanzó el metro y medio de estatura para cuando se convirtió en un adulto.
‘Salon de la Rue des Moulins’ (Toulouse-Lautrec, 1894).-
Sintiéndose rechazado tanto por su propia familia como por la sociedad que lo rodeaba, el artista decidió perseguir el auge de las sensaciones del Moulin Rouge, el Moulin de la Galette y Le Chat Noir, solo por mencionar algunos de los cabarés donde obtendría la inspiración necesaria para inmortalizar la vida nocturna de la época.
‘Aristide Bruant dans son cabaret’ (1892).-
¿Cuáles eran las pinturas más escandalosas de Toulouse-Lautrec?
‘Les Deux Amies’ (Toulouse-Lautrec, 1894-1895).-
Conforme transcurrían los años, Toulouse-Lautrec se convirtió no solo en un seguidor, sino también en un amigo cercano de muchas de las bailarinas de cancán, así como de las prostitutas que trabajaban en los cabarés nocturnos.
‘Devoción: Las dos novias’ (Toulouse-Lautrec, 1895).-
La constante cercanía del pintor con las verdaderas protagonistas del Moulin Rouge lo llevó a plasmar el mundo de estas mujeres, quienes solían desarrollar vínculos emocionales más allá del ámbito laboral, y se cuidaban entre sí como una familia.
‘Dans le lit’ (Toulouse-Lautrec, 1893).-
‘Dans le lit II’ (Toulouse-Lautrec, 1893).-
(Detalle) ‘Dans le lit le baiser’ (Toulouse-Lautrec, 1893).-
El artista desarrolló una continuidad para sus pinturas, permitiendo al espectador deshacerse del paradigma de “mujer indecente” y otorgándole la capacidad de adentrarse en la cotidianidad de un amor tan fraternal como espléndido a la vista.
A pesar del esporádico erotismo en las obras del pintor, las miradas, los gestos, los besos y el sumo cuidado a nivel de detalle suponen el reflejo de una vida difícil, donde las caricias son el único resguardo ante las peripecias que surgen como consecuencia del trabajo físico.
‘Bailarina sentada con medias rosas’ (Toulouse-Lautrec, 1890).-
Por supuesto que, más allá de los retratos contemplativos, las expresiones melancólicas y el minucioso detalle en la paleta de colores del artista postimpresionista, existió todo un universo de escenas de cabarés, que recrean con precisión la atmósfera del cancán.
‘En el Moulin-Rouge, el baile’ (Toulouse-Lautrec, 1890).-
‘La Goulue arrivant au Moulin Rouge’ (Toulouse-Lautrec, 1892).-
‘Marcelle Lender dansant le boléro dans Chilpéric’ (Toulouse-Lautrec, 1895).-
Fotografía de Henri Toulouse-Lautrec.-
El excéntrico artista, al igual que muchos otros personajes de la época, experimentó una vida llena de desasosiegos, excesos, rechazo y enfermedad. Desde muy temprana edad tuvo que enfrentarse a la sífilis, al alcoholismo y a la depresión, lo que produciría su muerte a la edad de 36 años.
La espontaneidad de Henri Toulouse-Lautrec se tradujo en un aporte significativo para el naciente mundo de la fotografía.-
Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Culturizando
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Autor:
Gabriela Herrera
