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The Fourth of July, ¿un día maldito para los presidentes de Estados Unidos?

The Fourth of July, ¿un día maldito para los presidentes de Estados Unidos?

Un 4 de julio de 1776, Estados Unidos concretó su separación formal del Imperio británico, mediante la firma de la Declaración de la Independencia. Por eso, cada 4 de julio es fiesta en todo el país, celebrando el Día de la Independencia.

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El 4 de julio es un día de fiesta nacional en Estados Unidos pues se celebra la Declaración de la Independencia, que supuso la separación formal del país con el Imperio británico. Sin embargo, este día también esconde algo curioso y perturbador pues, han muerto más presidentes estadounidenses que en ninguna otra fecha.

Los padres fundadores de la nación

El primer acontecimiento tuvo lugar el 4 de julio de 1826. Aquel día, nada más y nada menos que dos de los padres fundadores de la nación fallecieron: Thomas Jefferson y John Adams, compañeros patriotas y luego adversarios políticos, que dejaron este mundo con una diferencia de cinco horas entre ambos.

Últimos miembros sobrevivientes

Ambos hombres fueron presidentes de la nación, y fueron de los últimos miembros sobrevivientes que lucharon como revolucionarios enfrentándose al Imperio británico; con ellos nació un nuevo sistema político.

Visiones distintas

No obstante, aunque los dos creían en la democracia, la vida, la libertad o la búsqueda de la felicidad, su visión de la política era distinta y sus ideales los alejaron con el paso de los años. Sin embargo, tiempo después, ambos expresaron públicamente su respeto mutuo y su deseo de renovar la amistad.

Cinco horas de diferencia

El 4 de julio de 1826, Adams, con 90 años, falleció mientras el país celebraba por todo lo alto el Día de la Independencia. Sus últimas palabras en su lecho de muerte fueron: “Thomas Jefferson me sobrevive”. Pero estaba equivocado, su querido amigo Jefferson había muerto cinco horas antes en Virginia, a la edad de 83 años.

El quinto presidente

El otro fatal suceso ocurrió el 4 de julio de 1831, cuando James Monroe, el quinto presidente de los Estados Unidos, falleció a los 73 años en Nueva York a causa de una insuficiencia cardíaca.

La “era de los buenos sentimientos”

Monroe fue muy popular pues su etapa de gobierno se calificó como la “era de los buenos sentimientos”, donde todo el mundo estaba en paz y los esfuerzos se centraban en el progreso económico. Monroe, rompiendo con la tendencia federalista, trató de hacer un país donde el Estado fuera lo menos intervencionista posible.

¿Coincidencias numéricas?

Algo curioso es que las muertes de Adams y Jefferson ocurrieron 50 años después de que la Independencia fue proclamada, con 5 horas de diferencia entre cada uno; y la muerte de Monroe 5 años después de la de ellos, en el quincuagésimo quinto aniversario de la Independencia, habiendo sido el quinto presidente de la nación.

Con información de Washington Post / Gizmodo / National Geographic / Foto: Shutterstock

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