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Personas cínicas: Qué hacer para no envenenar tus vínculos, con 13 soluciones prácticas

Personas cínicas: Qué hacer para no envenenar tus vínculos, con 13 soluciones prácticas

Por Daniel Colombo | El cinismo, a menudo percibido como una actitud mordaz o despectiva, que irrita y pone en guardia a las personas, puede ser un desafío en el ámbito personal y profesional.
En el ámbito de la psicología, se entiende el cinismo como una actitud que refleja la incredulidad en la honestidad y la integridad de otros individuos y, en un sentido más amplio, una desconfianza hacia las normas, valores sociales y éticos comunes. Esta actitud de escepticismo no solo cultiva una sensación de desconfianza, sino que frecuentemente se asocia con sentimientos de desdén y una perspectiva pesimista hacia las personas y la humanidad en general.

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7 características de personas cínicas


Si bien el cinismo es fácilmente detectable (aunque quizás no sepas definirlo con ese término, por la habilidad de dichas personas), hay al menos siete características principales para prestar atención:
Uso de argumentos falaces o manipulados: Los cínicos frecuentemente recurren a argumentos falaces, utilizando atajos cognitivos para persuadir a otros, incluso si esto conduce a conclusiones erróneas. A menudo emplean comparaciones engañosas y críticas personales en lugar de centrarse en el argumento en sí.

Egocentrismo y escepticismo a la máxima potencia: Las personas cínicas suelen ser egocéntricas, lo que les hace indiferentes a las opiniones negativas de los demás. Este enfoque en sí mismos puede llevarles a dañar a otros, intencional o no, para satisfacer sus propios intereses. También manifiestan un abierto escepticismo sobre las reglas básicas de convivencia; dudan de todo y todos, y se enfocan en su única mirada. Y hay cínicos que quieren someter al resto a ese particular enfoque.

Capacidad para fingir: Los cínicos no valoran la honestidad en su moral y no tienen dificultades en fingir preocupación por los demás. Cambian rápidamente su comportamiento para adaptarse a sus propias necesidades y deseos sin remordimientos, aunque, por lo general, mantengan una postura de desdén hacia cualquier cosa de los demás.

Perspectiva pesimista de la sociedad: Tienen una visión generalmente negativa del mundo y su entorno, viéndola como un conjunto de individuos que cooperan temporalmente para evitar daños mutuos, más que como una comunidad unida por valores compartidos.

Desconfianza: Dada su visión negativa de la vida, los cínicos no buscan ganarse la simpatía de los demás, ni mucho menos ser empáticos, a menos que vean un beneficio concreto en ello.

Transparencia de opinión y “lengua suelta”: A menudo, los cínicos dicen lo que piensan sin temor a las consecuencias, siempre que no vean un perjuicio claro en hacerlo. Expresan lo primero que se le viene a la mente. Esta franqueza puede ser positiva o negativa, dependiendo del contexto y de la sensibilidad del receptor.

Facilidad para Mentir: Al no tener límites morales que lo impidan, la mentira es vista por los cínicos como una herramienta más para alcanzar sus objetivos en un mundo donde prevalece solamente su interés propio.

Perfil de una persona cínica

Los individuos cínicos frecuentemente se jactan de su agudo sentido del escepticismo. Dominan la habilidad de abordar a otros con una mezcla astuta de ironía y desdén, considerándolo una señal de agudeza intelectual. Sin embargo, es importante no confundirse: el cinismo dista de ser beneficioso y tiende más a ser una actitud de falta de respeto y de denigración de los demás.


Si bien posiblemente todos poseemos alguna cierta tendencia al cinismo, el cual varía en intensidad, hay personas decididamente marcadas por este comportamiento, al que se llama cinismo crónico, y que es profundamente negativo.

A menudo, este rasgo surge en situaciones de decepción, como al emitir comentarios críticos sobre la política, la pareja, la familia, los jefes, el mundo en general, reflejando una creciente desconfianza hacia ciertos aspectos sociales y de su fantasmagórica visión de la vida.


La forma tóxica y despectiva del cinismo se observa en individuos que están constantemente a la defensiva, abusan de la crítica hacia los demás, y se desilusionan fácilmente, aferrándose a un idealismo utópico.


Lo llamativo es que, aun cuando en su vida les vaya bien, siempre encontrarán algún motivo para ser cínicos y entrar en su cápsula derrotista hacia los demás, y hacia sí mismos, aunque no puedan reconocerlo abiertamente.

Si te preguntas cómo se expresan las personas cínicas, aquí tienes algunas frases que sueltan sin el menor rubor:


“Cuando criticas a los demás sólo muestras tus carencias.”,
“Me encanta cómo dices cosas tan obvias con la sensación de que descubriste algo”,
“A veces no me importa mi opinión, imagínate si me va a importar la tuya”,
“¿Te ofende mi sinceridad?”,
“Las personas no cambian, sólo muestran lo que antes ocultaban”,
“Voy a hacer un depósito con tu opinión, a ver si me da algún interés”,
“Disculpa si no cumplo tus expectativas, mi prioridad es cumplir las mías”,
“Hablas mal de mi porque si hablas de ti a nadie le importa”, y cosas por el estilo.
La relación entre el cinismo, el ser desagradecidos, y sentirse desgraciados
Por ejemplo, a las personas cínicas les es prácticamente imposible agradecer y sentir reconocimiento hacia los demás. Generalmente, es un reflejo de su enfoque más negativo o pesimista hacia la vida.
A su vez, usualmente se sienten desgraciadas por dentro. Esto implica una autopercepción negativa de la propia vida y circunstancias. El origen más frecuente puede estar basado en experiencias pasadas, actitudes personales, y la salud mental en general.
Tanto el ser cínicos, ser desagradecidos, y sentir desdicha interna, tienen puntos de conexión: todas se basan en percepciones negativas, teñidas de escepticismo y desconfianza -los dos elementos clave de la definición de manual del cinismo-.
Al vivenciar su existencia de esta forma, eso influye en su conducta externa, por ejemplo, desacreditando los esfuerzos o intenciones de los demás. Por eso es que manifiesta cinismo como mecanismo de defensa contra futuras decepciones, e, incluso, para prevenir no sentirse “más desgraciado” de lo que ya se autopercibe.
8 formas para abordar a personas cínicas
El cinismo afecta severamente todo tipo de relaciones en el ámbito personal y profesional. Puede llevar a una comunicación negativa, desconfianza y conflictos, socavando así las conexiones saludables con los demás.
Para relacionarte mejor con personas cínicas, aquí tienes algunas ideas:
Comunícate con asertividad: esto significa hacer lo contrario del cínico, y responder con respeto y mucha altura.

Sostén la empatía: es la capacidad de ponerte en los zapatos de los demás, sin alterarte, y buscando comprender sus sentimientos, sus procesos internos y sus intenciones. 

No respondas “No, no es así”: Esto hará que se pongan con más furia. En vez de eso, utiliza el: “Sí, y… (y aquí sigues con tu argumento, que puede ser exactamente opuesto al que te dicen).

Evita querer cambiar la mentalidad de cinismo: Un problema frecuente es querer ‘salvar’ a la otra persona. Esto realmente no funciona, porque apenas podemos cambiarnos a nosotros mismos. Si la otra persona se abre y lo permite, podemos compartir alguna observación de mejora. Sugiero que no tengas la expectativa de que la otra persona siga tus ideas.

Busca el punto de encuentro: aún con personas cínicas, es posible establecer algún mínimo de contacto para establecer consensos en ciertas cuestiones. Aprovecha estos instantes.

Evita hablar de la persona: refiérete sólo a los hechos. Esta máxima es sumamente útil para despersonalizar conversaciones con personas cínicas. Busca la neutralidad al describir las situaciones. Para graficarlo: no apuntes con el dedo a la persona, porque hay tres dedos que apuntan a ti. En vez de eso, habla de hechos, no de la persona.

Determina tu límite entre ironía y cinismo: hay veces que, en código de confianza, humor o camaradería, la ironía se utiliza para simplificar conversaciones. Sin embargo, el límite es cuando te duele o te provoca algo desagradable interiormente: ahí posiblemente está el punto del cinismo haciendo de la suyas. Frena a las personas, y no permitas que te hablen de esa manera.

Modela una actitud constructiva: Sé ejemplo vivo de una persona profesional, positiva y entusiasta. Si ese es tu estilo y personalidad, seguramente tu comunicación verbal y no verbal estará en consecuencia, sin necesidad de engancharte con el comportamiento de las personas cínicas.

5 propuestas de cambio para quienes desean corregir el cinismo


En el caso de que hayas detectado tu cinismo, lo ideal es trabajar con psicoterapeutas profesionales para abordar qué hay de base, y, desde allí, modelar un nuevo comportamiento.
Como unas primeras líneas, el eje de un trabajo de reencuadre de conducta puede ser:
Desarrollar tu autoconciencia: Reflexionar sobre cómo el cinismo afecta a los demás y a uno mismo. A menudo las personas pueden expresar “no me di cuenta”, “no registro cuando me comporto de tal forma”. Esto expresa claramente que no tienen desarrollada la autoconciencia de su ser, cómo se comporta, cómo se relaciona y cómo afecta o impacta a los demás.

Busca personas de confianza que te ayuden a mejorar: En un marco de sensibilidad y vulnerabilidad, es apropiado pedir ayuda a gente de confianza para que te indiquen cuando aparece el comportamiento. Luego, que puedas llevarlo al espacio consciente de tu mente (en forma de ideas, pensamientos y acciones), para recapacitar, y elegir qué hacer al respecto.

Entrena las habilidades de comunicación y empatía: Aprender a expresar opiniones de manera constructiva, sin agredir ni denigrar a los demás, así como saber cómo disponer tu escucha y emocionalidad para vincularte y entender mejor a los demás, son dos de los resultados que verás cuando trabajas estos aspectos en profundidad.

Detectar si hubo experiencias de tu vida que marcaron tu cinismo: ¿Cuándo fue que te volviste escéptico? ¿Qué hizo que empieces a ver el mundo con un pensamiento catastrófico constante? ¿Entras en negatividad instantáneamente? Estos aspectos los puede escribir en un cuaderno, de puño y letra, y volcar todos los sentimientos y emociones. Si lo haces diariamente, a tu ritmo, en un plazo relativamente corto vas a haber expresado muchas de esas experiencias, que, quizás, te están marcando en el presente. Luego, puedes elaborarlas mediante la terapia.

Deja de normalizar el “Yo soy así y no voy a cambiar”: Generalmente las personas cínicas creen que tienen la verdad; lo que no saben es que hay tantas verdades como narices. Si tu quieres seguir en la postura cínica, sabrás que hay consecuencias que quizás lleguen a tu vida: menos amigos, malas relaciones, rechazos en el trabajo, entre otras. La elección siempre es tuya.

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