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Personas ancla o personas vela: ¿A quién eliges para vivir la aventura de tu vida?

Personas ancla o personas vela: ¿A quién eliges para vivir la aventura de tu vida?

Por Daniel Colombo / Es una realidad innegable que hay personas que parecen tener un motor interno con el que se propulsan hacia adelante, alcanzan sus objetivos y metas y, además, inspiran, acompañan y guían a su entorno. Parafraseando el lenguaje náutico, son lo que llamo “personas velas”.

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Y, también, existen las personas ancla: son aquellas que siempre ponen algún tipo de dificultad, quisquillosidad, observaciones que tiran abajo tus iniciativas, o que traban tus movimientos con tal de que no puedas avanzar.

Las personas anclas y las velas están en todos los entornos: desde la familia y los amigos, hasta la comunidad donde participamos y, claro está, en el trabajo.

  • Ejemplos de personas ancla

Las personas del tipo ancla tienen algunas características por las que no sólo no tienen compersión (que es el sentimiento de alegrarse por la felicidad de los demás), sino que puede sentir envidia, celos y hasta un mecanismo adulatorio inverso, cuando parece que quiere reconocer tus méritos y capacidades.

Lo curioso es que lo hace en una forma que suena despectiva, capciosa y queriendo dar a entender que quiere cortar cualquier posibilidad de que tú avances.

Para que puedas captar la esencia de cómo funciona una persona ancla, aquí van algunas ideas de situaciones cotidianas por las que quizás hayas pasado:

  • “Toma un trago más, así vas más chispeante a tu reunión de las 7” (Quiere que hagas un papelón, aun cuando sabe que ya has tomado un trago y que el encuentro profesional es importante para ti).
  • Sé que tienes tu clase de pilates a las 8, pero por favor, ¿podrías cuidar de mi hijo? Es solo una hora nada más” (Y esto se repitió todo el mes, justamente en ese horario).
  • “No sé si esa ropa te queda bien; si bien es tu color favorito, creo que deberías escoger algo más parecido a lo que yo tengo puesto” (envidia y desconsideración hacia lo que a ti te haría sentir bien).
  • “Sí, considero que está preparada para ese ascenso; aunque hay que tener en cuenta que Mariana es mucho más preparada, es más linda y se viste mejor que ella” (En mi país se llama “serruchar el piso” a alguien que está a punto de conseguir algo que anhela).
  • “No pasa nada si nos tomamos un cafecito; esos mails que respondes siempre a tiempo pueden esperar” (Quiere hacerte nivelar para abajo tu nivel de calidad laboral y llevarte a su terreno de mediocridad).
  • Somos el promedio de las 5 personas con las que pasamos más tiempo

Este postulado del motivador, especialista en liderazgo y escritor Jim Rohn contiene otra gran verdad, y es que permanentemente estamos influidos por el entorno.

A la mayoría de las personas les parece normal que la gente haga chismes, escuche música cuyas letras sean limitantes para su conocimiento (y no digo que no hay que divertirse, que, vamos, ¡me encanta!), pierdan el tiempo soñando y no ejecutando planes, y se lo pasen quejándose de todo.

Si estás en ese entorno es sencillo reconocer a las personas ancla, que te mantienen fijo en el mismo lugar, porque lo que más les molesta y hasta ofende es que te despliegues y consigas lo que te propongas.

En la dinámica de la envidia, no existe eso que muchos llaman “envidia sana”. La persona que tiene estos sentimientos no quiere lo que tú posees, sino que lo único que le interesa es que no lo tengas más. Porque obtener eso que envidia implicaría demasiado esfuerzo para sí; por eso quiere que ese logro, ascenso o forma de destacarte en cualquier ámbito desaparezca de tu vida.

  • 5 preguntas para saber dónde estás y qué barco tomar

Para salir del círculo vicioso que te inmoviliza, te invito a plantearte estas 5 preguntas que te ayudarán a empezar a impulsarte con personas vela, que te acompañarán en la aventura de la vida, ajustarán el rumbo según el viento y serán flexibles en las dificultades:

  1. ¿Cuánta energía te aportan las 5 personas con las que pasas más tiempo en tu vida?

Toma papel y lápiz. Ponles un porcentaje, de 1 a 100 (siendo 100 el máximo) a cada uno de esos nombres. Luego, saca el promedio, y tendrás la energía que te aporta tu entorno. Si no has llegado a un número por encima de 90, considera rodearte de otras personas o encarar actividades que dependan sólo de ti y que eleven tu porcentaje de energía.

2. ¿En qué situaciones dices que Sí, queriendo decir que No?

Regístralas. Obsérvate durante un mes completo, y percibe si hay algún tipo de condicionamiento que te limita a salir de ese círculo por el que estás siendo incoherente con tu forma de ser y de sentir. La incoherencia se paga con sufrimiento.

3. Haz una lista de las personas ancla de tu vida.

Este es un ejercicio íntimo y secreto contigo. Escríbela, y anota algunos aspectos por los que consideras que esas personas te llevan al estancamiento. A la par, escribe las condiciones de cómo te gustaría que actuaran o sean esas personas.

Para seguir, elige personas sustitutas para nivelar las anclas y transformarlas en velas.

Esta nueva gente podrá ayudarte a balancear la situación, si es que decides no cortar lazos con aquellas a las que tú has dado el poder de impedir tu crecimiento y desarrollo.

4. Haz otra lista colocando las personas vela de tu vida.

¿Quiénes te impulsan? ¿Quiénes de inspiran? Pueden ser personas reales de tu cotidianeidad, u otras a quienes no conoces, aunque su ejemplo de vida, por ejemplo su biografía, te ha inspirado para ser una mejor persona. El objetivo es que te rodees más de esa energía constantemente.

5. Por último, reconoce cuándo tú eres ancla de otras personas, y cuándo te consideras vela.

Chequea esas situaciones a través de la observación de tus comportamientos y de los hechos reales que vives, y sus resultados.

Piensa que si eres ancla puede haber algunos motivos, aunque sean aparentes, que de alguna forma te llevan a actuar así: bucea en aguas profundas y anótalos.

Y lo mismo cuando actúas como vela: ¿Qué aportas? ¿En qué aspectos específicos agregas valor a quienes te rodean? ¿Qué legado estás entregando?

Una vez que hayas hecho estos ejercicios de toma de consciencia tendrás mayor claridad para elegir mejor el círculo que te rodea, e impregnarte siempre del viento en el rostro, el sol en tu corazón y del oleaje que impulsa la vida, condimentos típicos de las buenas aventuras con las velas desplegadas y moviéndote en dirección a tus metas.

Imagen de portada: Shutterstock

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