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Gente incumplidora: Cómo evitar las decepciones con estas 2 grandes diferencias que puedes aprender para no amargarte la vida

Gente incumplidora: Cómo evitar las decepciones con estas 2 grandes diferencias que puedes aprender para no amargarte la vida

Por Daniel Colombo | En un mundo ideal, cada promesa hecha sería una promesa cumplida. De eso se trata la responsabilidad personal y profesional. Sin embargo, la realidad dista mucho de este ideal, llevándonos con frecuencia a enfrentarnos con la decepción y la frustración cuando las expectativas y los acuerdos que hemos hecho no se materializan.

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Esta discrepancia entre lo esperado y lo real no solo pone a prueba nuestra paciencia, sino que también puede deteriorar nuestras relaciones interpersonales. El desafío, entonces, radica en cómo manejar efectivamente estas situaciones sin caer en la amargura.

Hay varias formas concretas para mejorar nuestra comunicación y las expectativas, enfocándonos en la comprensión de pedidos, ofertas, reclamos, y la delegación efectiva como pilares fundamentales para construir relaciones más sólidas y satisfactorias.

Primeras claves: entendiendo qué son pedidos, ofertas y promesas

En la interacción humana, la claridad en la comunicación es fundamental. Por eso, aunque la gente tome un pedido o una oferta como una promesa, cada componente son cosas distintas. Como humanos, somos interpretativos; esto significa que no todos percibimos lo mismo ante una situación en común, por ejemplo, pedir algo. Revisémoslo en detalle:

Los pedidos representan nuestras necesidades y deseos explícitos hacia otros. Para que un pedido sea efectivo, debe ser claro, coherente y adecuado a las capacidades de quien lo recibe.

Muchas veces, pedidos mal formulados se convierten en quejas cuando no se cumple lo esperado, o alguna de las partes rompe el acuerdo tácito. En este punto, es crucial transformar quejas en pedidos concretos, evitando asumir que el otro comprende implícitamente nuestras expectativas y el nivel de calidad deseado con lo que se solicita.

Un ejemplo para ilustrar sobre cómo formular pedidos con efectividad: Pedido Reformulado: En lugar de decir vagamente «¿Puedes hacer esto lo antes posible?», podría decir: «Necesito este informe para el martes al mediodía. ¿Es posible para ti cumplir con este plazo?».

Las ofertas, por otro lado, son compromisos que hacemos hacia otros, prometiendo una acción o resultado. Una oferta efectiva debe ser específica y realista, alineada con las necesidades de ambas partes. Al igual que con los pedidos, la claridad y la precisión son clave para evitar malentendidos.
Aquí va un ejemplo: Cambiar un «Te puedo ayudar con ese proyecto cuando tenga tiempo» por un «Puedo dedicar tres horas este jueves a ayudarte con tu proyecto. ¿Te viene bien?».

Las promesas son la culminación de este proceso, donde un ‘sí’ a un pedido o una oferta se convierte en un compromiso firme. Cumplir nuestras promesas es fundamental para construir confianza y mantener la integridad en nuestras relaciones.

Para graficarlo, en vez de expresar “Sí, te lo prometo”, se puede decir “Me comprometo a cumplirlo dedicándole dos horas este sábado, para tenerlo listo antes de las 12 del mediodía. ¿Es útil para ti de esta forma?”

La otra clave ante los incumplidores: aprender a delegar

La delegación no es solo asignar tareas; es también un acto de confianza. Para que lo puedas lograr, aquí hay algunos pasos para delegar de manera efectiva:

Define expectativas claras: Sé específico sobre lo que necesitas, incluyendo plazos y resultados esperados.

Selecciona a la persona adecuada: Asegúrate de que la persona a la que delegas tenga las habilidades y recursos necesarios.

Proporciona toda la información y recursos: Asegura que tengan lo necesario para completar la tarea.

Establece momentos de supervisión: Acuerda momentos específicos para revisar el progreso; pregúntale a la persona cómo lo haría y qué días pueden revisarlo juntos.

Fomenta la autonomía: Da espacio para que la persona encuentre su propia manera de completar la tarea, dentro de los parámetros establecidos.

Entonces, en vez de permitir que la amargura se arraigue dentro nuestro frente a incumplimientos, es posible optar por un enfoque más constructivo y proactivo.Al mejorar nuestra comunicación y ajustar nuestras expectativas, no solo prevenimos decepciones, sino que también abrimos la puerta a relaciones más profundas y significativas. Así, en lugar de preguntarnos por qué los demás no cumplen con nuestras expectativas, podríamos preguntarnos si estamos comunicando bien y estimulando lo suficiente, para construir un resultado compartido más satisfactorio.

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