La palabra sicofanta deriva del latín sycophanta, y este del griego συκοφάντης sykophántēs. Es definida por la Real Academia Española como impostor, calumniador. Este sustantivo masculino se puede expresar, tanto oral como de forma escrita, como sicofante o sicofanta.
Algunos sinónimos son: delator, acusador o soplón.
De acuerdo a la página Lexicoon, es un término poco utilizado, y según su escala de 0 a 100, el país que más la utiliza es Italia.
La historia de esta palabra se remonta a la Antigua Atenas donde era el deber todos los ciudadanos denunciar los crímenes o delitos que conocían ante una asamblea democrática pública.
Los habitantes de Atenas no dudaban en acusar siempre y cuando fuera en aras del bien y la seguridad pública. De ahí surgió que varios hombres –de turbias intenciones- fueran pagados por otras personas para hacer denuncias falsas aprovechándose del derecho que la ley concedía.
A partir del siglo V a. C. se empezó a emplear el término sicofantas a todos aquellos que hacían denuncias a la ligera, con o sin motivo infundados y con la intención de recibir una ganancia ilegal.
El filósofo Sócrates fue acusado por sicofantes de no creer en los dioses del Olimpo. El tribunal lo condenó con pena de muerte, que en ese tiempo consistía en ingerir veneno de cicuta.
Las obras de teatro de Aristófanes -como Pluto- están llenas de personajes de ese nombre.
Con información de RAE, Lexicoon, Wikipedia
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