Pachacamac fue adorado durante siglos cerca de lo que ahora conocemos como Lima, su imagen y culto fueron tan potentes que cuando los incas llegaron a estas tierras tuvieron que adherirlo a su propio panteón divino… ¿Qué lo hace tan especial?
En el distrito de Lurín, en el actual Perú, nos podemos encontrar con un gigantesco complejo arqueológico que en su época fue el centro del culto a Pachacamac; pero, lo más interesante, es que esta poderosa divinidad fue adorada desde antes de la llegada de los incas; incluso, se dice que la adoración a este dios era tan ferviente que no se atrevían a pronunciar su nombre, entonces, los incas, en lugar de imponer el culto a Inti, como solían a hacer en las comunidades que conquistaban, escogieron incorporar a Pachacamac dentro de su propia creencia.
Aunque por sus previos feligreses fue visto como el dios creador, los incas dijeron que era hijo del dios sol Inti. En una de las leyendas más populares, se cuenta que efectivamente Pachacamac creó a la primera pareja de humanos, pero como olvidó darles comida, el hombre murió. Su esposa, desesperada, empezó a rezar, pero dedicó sus suplicas a Inti pidiéndole ser la madre de todos en la Tierra, así que Pachacamac intentó asesinar a todos sus hijos, solo para ser vencido por otro hijo de Inti, Vichama, en todos sus intentos.
Debido a esta constante lucha de poder, Pachacamac se rindió y se escondió en el océano, donde empezó a tomar cierta connotación negativa, pues cuando se enfurecía provocaba potentes temblores, o terremotos, desde el fondo del mar y desde las profundidades de la tierra.
A pesar de eso, en otras leyendas cuentan que tuvo varias esposas, entre las que podemos encontrar a la legendaria diosa inca con un nombre bastante similar, la Pachamama (la madre Tierra). Además, aunque fue adorado antes de la llegada del Imperio inca, fueron ellos quienes perpetuaron su culto, pues expandieron su territorio y le dedicaron grandiosos templos y construcciones en su honor.
La adoración a Pachacamac y al resto de las deidades incas era tal, que cuando los conquistadores españoles llegaron, liderados por Hernando Pizarro, entraron a sus templos para saquearlos, ya que pensaron que las riquezas internas serían tan ostentosas como las del Vaticano o la Mecca. Para su mala suerte, quedaron decepcionados al ver que Pachacamac era adorado a través de un ídolo de madera, así que lo destruyeron y luego lo remplazaron con una cruz cristiana.
Años después, se encontró un ídolo de madera de gran tamaño dedicado al poderoso dios, lo que ha hecho pensar que en realidad los españoles se equivocaron de tótem, o no lo destruyeron completamente como relatan sus crónicas.
Sin embargo, ya que probablemente el culto a Pachacamac era tan devoto en estas regiones del actual Perú, los españoles debieron buscar una forma de convertir a la población al cristianismo, así que fomentaron el culto al “Señor de los Milagros” o “Cristo Morado” para que fuera reemplazando a Pachacamac, especialmente después de que varios terremotos azotaran la región en los siglos XVII y XVIII.
Aunque en la actualidad, al decir “dioses incas”, las personas piensen en Inti o en la Pachamama, el hecho es que Pachacamac fue uno de sus dioses más importantes y poderosos, así que, indudablemente, su legado vive en todas esas edificaciones, que, a pesar del paso de los siglos, siguen en pie.
Con información de Mitología Wiki / Wikipedia / La Vanguardia / Imagen: Shutterstock
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