Cada estado, país o continente tiene diversas formas de tomar café. En algunos lugares los prefieren claro, en otros les gusta más oscuro y en algunos casos lo prefieren más o menos fuerte. En el caso de los estadounidenses el café tiende a ser muy líquido y su sabor es muy leve, se afirma que el mismo es un expresso largo con más agua. Existen varias historias que le dieron origen al famoso café americano.
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Una de las más conocidas se remonta a la II Guerra Mundial. Cuenta la leyenda que los soldados norteamericanos no estaban convencidos con los diminutos expresos que les servían en Italia. Ellos querían un café más grande, como en su país, así que la solución fue fácil: tomaron una taza de mayores dimensiones y añadieron agua al expreso original.
Con esta solución obtuvieron un café mucho más parecido al que tomaban en su hogar natal. Los italianos llamaron a esta forma de tomar café: Café a la Americana. Esa sería, por tanto, la receta original del café americano y una buena solución para tomar un café más largo y con una intensidad similar a la que se consigue con una cafetera de filtro utilizando una máquina expreso.
Sin embargo, en la inmensa mayoría de cafeterías no es así como se prepara un café americano. Normalmente el café que sirven en cualquier cafetería es un café simple preparado a través de un filtro.
El verdadero ‘café americano’ resultaría si simplemente se duplica la cantidad de café molido y la cantidad de agua y además se deja un poco más de tiempo. Otra solución sería servir un expresso común y colocar una jarra de agua caliente, de esta manera las personas podría regular a su gusto la cantidad de café y la intensidad del mismo.
Por María Gabriela Roa/ @gabyroab / culturizando
Con información de: @pictoline | Lavanguardia.com
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Autor:
María Gabriela Roa
