Orgullo y prejuicio (en inglés, Pride and Prejudice) es la más famosa de las novelas de Jane Austen. Se publicó por primera vez el 28 de enero de 1813 como una obra anónima, sin que figurara el nombre de su autora. Es una de las primeras comedias románticas en la historia de la novela y su primer frase es una de las más famosas en la literatura inglesa «Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.»
Para conmemorar el aniversario de Orgullo y Prejuicio te traemos otras de sus grandes frases y fragmentos
«Ya no me sorprende que sólo conozca usted a seis mujeres con tan grandes perfecciones. Más bien me maravilla que conozca usted alguna.»
«Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor.»
Jane Austen, la ambiciosa escritora que nunca conoció el amor
«Mis afectos y deseos no han cambiado, pero una palabra suya me silenciara para siempre.»
«La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.»
«No podría decir qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el cuello.»
«Yo no quería que usted pensara bien de mi, pero usted lo hizo sin yo quererlo.»
«Pero aborrezco fingir y no me avergüenzo de mis sentimientos. Eran naturales y justos.»
«Ocultando sus pensamientos al hombre a quien ama, una mujer puede perder la ocasión de despertar su amor, y es un triste consuelo para ella pensar que nadie se ha enterado de que estaba enamorada. En los enamoramientos cuentan mucho la gratitud y la vanidad; de ahí que sea peligroso dejar que surjan por sí mismos. Su inclinación puede ser espontánea y empezar como una sencilla preferencia, cosa muy natural; pero somos pocos los que tenemos suficiente valentía para enamorarnos del todo si la otra parte no nos anima, De diez casos, en nueve aconsejaría a las mujeres que demostrasen más afecto del que realmente siente, pues todo puede quedar en simpatía si ellas no le animan al caballero a continuar.»
«A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.»
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