Septiembre 14, 2016

No esperes y hazte hoy un regalo; por Magdalena del Río

No esperes y hazte hoy un regalo; por Magdalena del Río

Por Magdalena del Río |

Hoy me he despertado sin necesidad alguna a las 5 de la madrugada y, sin tener que trabajar hasta las 9, he sentido un impulso de no seguir durmiendo y ponerme a escribir. Ahora mismo tengo mucha paz dentro de mí, pero he recordado años atrás, en los que me despertaba con muchísimas pesadillas y carecía de bienestar interior.

Así que se me ha ocurrido, por si alguno estáis pasando por una situación parecida, ayudaros un poco y hablaros sobre el perdón. Sí, habéis leído bien. La capacidad de perdonar a personas que te han hecho daño, por mucha razón que tengas o por muy grave que haya sido el asunto, te genera mejor calidad de vida ¡y eso es lo que busco yo para ti! Mayor bienestar, energía positiva a tu alrededor.

Séligman, escritor y psicólogo estadounidense, nos recomienda que para tener una felicidad duradera hay que tener emociones y actitudes positivas dirigidas no solo al futuro, sino también a nuestro presente y a nuestro pasado. Eso nos garantiza tener paz interior, estar sanos tanto física cono psíquicamente.

Yo te propongo que cojas papel y lápiz, y si estás preparado para dejar marchar el odio y la ira que solo te intoxican a ti mismo, nos pongamos manos a la obra de la mano de Wayne Dyer (considerado uno de los mejores psicólogos del mundo que falleció el año pasado, por desgracia para el mundo) y que hoy nos va a ayudar mucho, ya que dejó diez pasos para perdonar, que vamos a ir viendo de uno en uno.

 

PRIMER PASO – FÍJATE EN LO QUE SIGUE

Tu pasado ya pasó y todo lo que conlleva también. Lo que te duele no es parte de tu presente real, de tu presente físico. Solamente queda en ti una herida que debes cicatrizar, ¿cómo? Sin dejarle espacio en tu cabeza. Imagina que tu vida es como un tren lleno de vagones. El tren solo para en las estaciones para recoger o dejar pasajeros en el siguiente destino, pero nunca descansa hasta que acaba su vida, tu vida. Algunos de los viajeros pasan poco tiempo allí, otros hacen un viaje más largo y se les puede coger cariño, habrá quienes ensucien o dañen el tren pegando chicles bajo los asientos o rayando las paredes con sus maletas y por el contrario algunos cuidarán de éste. Tú eres el tren, y las personas que entran y salen son necesarias, ya que sin ellas no te moverías ni llegarías a ningún destino. ¡OJO! Todas ellas son necesarias, pero ninguna imprescindible. Antes o después, casi todos se acabarán bajando, y tú seguirás moviéndote a tu siguiente destino.

 

SEGUNDO PASO – RECONECTA CON TU ESPÍRITU

“Haz un nuevo trato contigo mismo para estar conectado contigo mismo espiritualmente aun cuando las cosas parezcan difíciles”. Me explico. Tu mente y tu cuerpo no son dos entes dispersos que van por separado. Están unidos uno con el otro, y con este “acuerdo” tenemos que conseguir que fluyan hacia una armonía, una paz entre ambos. Fuera angustia, fuera ira, fuera cuerpo tenso, fuera dolores… Conéctate contigo mismo y encuentra tu luz y tu amor para poder olvidar así los malos sentimientos.

 

TERCER PASO – NO TE DUERMAS ENOJADO

Las últimas horas antes de ir a dormir no permitas que tu cabeza se dirija hacia ningún pensamiento negativo. Dicen que durante el sueño, el hombre deja en su subconsciente lo que piensa de él mismo. Si nos vamos a la cama pensando cosas malas… ¿Qué acabaremos pensando de forma subconsciente de nosotros mismos? Aparta la negatividad de la cabeza sobre todo por la noche porque solo te servirá para darle más energía. Pedirle a alguien que deje la cabeza quieta es muy difícil (en mi caso por ejemplo, por ahora nunca lo que conseguido), pero sí que se puede llenar de otros pensamientos bonitos como la inmensidad de la naturaleza, los planes divertidos que nos gustarían hacer antes de morir, la casa de nuestros sueños, dar gracias por todo lo que tenemos, pensar en lo bueno que hemos hecho durante ese día y estar orgullosos de nosotros mismos… ¡Esas sí son buenas formas de quedarse dormidos!

 

CUARTO PASO – CAMBIA EL ENFOQUE: DE CULPAR A OTROS A ENTENDERTE A TI MISMO

No te pido que te culpes por lo que ha pasado, ¡faltaría más! Solo deja que la experiencia suceda y recuerda que nadie debe tener el poder de hacerte sentir así sin tu permiso. Recuerda que tú tienes el poder de decidir lo que quieres sentir y lo que no, y cuándo quieres sentirlo. Si pensamos así, se podría decir que en cierta medida les hemos “concedido el permiso” de hacernos daño. Este es un paso que cuesta mucho asumir. Pero piénsalo despacio. Solo tú puedes sentir por ti. Nadie te obliga a sentir ira, tristeza, miedo, o sed de venganza. Es duro aceptarlo, pero si dejas ir las culpas, dejas ir el deseo de entender al otro, entonces te enfocarás SOLO EN TI, que es lo que queremos. Al ser responsable de lo que eliges, te pones en armonía con la vida y cambia tu forma de percibir las cosas, cambia el poder que otros tienen sobre ti. Te das cuenta de que tu autoridad es mayor e ilimitada frente a la maldad de otros y podrás perdonar y dejar ir las cosas en el momento que elijas.

 

QUINTO PASO – EVITA DECIRLE A OTROS QUÉ HACER

Evita actividades que involucren decirle a las personas lo que tienen que hacer y descarta cualquier intento por dominar tus relaciones. Escucha, presta atención y date cuenta de tus opiniones y juicios, obsérvate. Reemplaza tu mentalidad de ENJUICIADORA a PERMISIVA. Te darás cuenta de que tu frustración se irá yendo y te llevarás mejor con los que no viven de acuerdo a tus ideales. Cada uno puede tomar sus decisiones.

 

SEXTO PASO – APRENDE A SER COMO EL AGUA

En vez de dominar a los demás, como hemos visto en el punto anterior, debemos ser como el agua, debemos fluir a través del cauce. Sustituye las opiniones contrarias por la escucha al otro y la tolerancia. Imagínate llegando a lugares a los que antes no podías acceder por ser más duro y sólido. Cuando te recompones al perdonar, fluyes como el agua, con suavidad, a otros puntos diferentes de la vida y otras perspectivas que antes no veías.

 

SÉPTIMO PASO – RESPONSABILÍZATE DE TU PARTE

Remover la culpa para sentirnos mal no sirve para nada. Lo que debemos hacer es retirar la responsabilidad a otros sobre lo que sentimos. Estoy dispuesto a decir: “Puedo no entender por qué me siento de esta manera, porque me he victimizado, porque sufro esta enfermedad, este accidente, u otro motivo, pero estoy dispuesto a asumir sin culpa ni resentimiento que son míos. Yo vivo con esto, soy responsable porque yo lo tengo en mi vida”. Cuando te haces responsable, abres la puerta a aprender de ello y luego renunciar a ello. Si el responsable es otra persona, tendrás que esperar hasta que el culpable arregle las cosas y no podrás vivir en paz ni cambiar nada. Y además, reconozcamos que eso es poco probable que suceda. Vives sin poder hacer nada cuando en realidad la paz está en el otro lado de la barrera.

 

OCTAVO PASO – DEJA IR EL RESENTIMIENTO

Recuerda que una tormenta nunca dura para siempre. Si después de una discusión nos dedicásemos a pensar una y otra vez de forma detallada todas las razones por las que estamos enfadados, no acabaríamos nunca, sino que empezaríamos una nueva discusión. Sé que cuesta esfuerzo, y no todo el mundo lo hace, pero los que podemos DEBEMOS sembrar semillas de paz en el mundo. Y la primera qué menos que esté en nuestro corazón.

 

NOVENO PASO – CONVIÉRTETE EN UN SER AMABLE EN VEZ DE SER QUIEN TIENE LA RAZÓN

Hay un proverbio chino que dice: “Si vas a buscar venganza, es mejor que caves dos tumbas”. El mensaje es claro: tus resentimientos te destruirán. No sé si alguna vez lo habrás escuchado, pero dicen que “la naturaleza es sabia”. ¡Pues imagínate la vida, que da vida a la naturaleza! Cada cuál es como es, tú encárgate de ser bueno y hacer el bien, no enjuicies a los demás y despreocúpate por eso, que ya la vida dejará a cada uno en el lugar que le pertenece.

 

DÉCIMO PASO – PRACTICANDO EL DAR

Con el “dar” me refiero a dejar atrás el propio ego antes de salir por la puerta. Él es quién necesita ganar y demostrar su superioridad para afirmar su existencia, y nosotros somos los que debemos destruirlo. Lo hacemos por nosotros y para nosotros. Es lo contrario a la paz y la armonía. Se un dador de perdón. Trae amor donde haya odio, luz donde haya oscuridad, y perdón donde haya heridas.

 

Después de estas diez enseñanzas, se podría decir que perdonar es, básicamente, cambiar las percepciones de lo sucedido. Es entender que somos seres humanos y cometemos errores almacenando nuestros sentimientos negativos en vez de quitarlos de nosotros mismo cuanto antes. A veces pensamos que el perdón es un regalo para la persona que ha cometido el agravio, sin embargo, yo por ejemplo necesité perdonar porque me afectaba ese resentimiento en mi día a día, a pesar de que ya no tenía relación con los que me dañaron.

Entonces, ¿por qué esa búsqueda de perdonar? ¿Realmente para quién es el regalo? ¿Para el que nos hace daño, o para nosotros mismos, que nos liberamos de las cadenas de los sentimientos negativos?

 

Por Magdalena del Río | Facebook Magdalena del rio | Twitter – Instagram: @magdaino  | www.espantasapos.wordpress.com

Escritora, feminista y soñadora con el alma libre. Adicta a la poesía y al café de las mañanas. Psicoterapeuta a todas horas del día, modelo de talla grande de vez en cuando. La mejor forma de vivir es riéndome de mi misma.
Foto: Mujer libre / Shutterstock
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