Wonderwall Music fue mucho más que una simple banda sonora. Fue el primer álbum en solitario de George Harrison y, de paso, el primer disco en solitario publicado por cualquiera de los Beatles. Salió al mundo en 1968, pero se gestó entre finales del ‘67 y principios del ‘68, con sesiones que transcurrieron tanto en Londres como en Bombay. Un auténtico puente musical entre Occidente y la India, que por entonces ya había empezado a marcar el rumbo espiritual y sonoro de Harrison.
La mayoría de los temas del álbum son instrumentales, casi como pequeñas piezas de meditación, aunque se cuelan algunas voces indias y una curiosa pista con una conversación hablada. La idea no era hacer canciones al uso, sino acompañar una película que, aunque hoy pocos recuerdan, tenía un aire psicodélico y surrealista que encajaba perfectamente con la época.
Y hablando de la película… Wonderwall, dirigida por Joe Massot, es un viaje visual tan extraño como encantador. Cuenta la historia de un científico solitario que descubre un agujero en la pared de su apartamento, a través del cual espía a su vecina: una joven modelo que representa todo lo que él no es. Es una mezcla de voyeurismo, psicodelia y melancolía, con una estética que parece sacada de un sueño lisérgico de los años 60. No es una cinta para todos los gustos, pero es el lienzo perfecto para la experimentación sonora que propuso Harrison.
Además de componer y producir todo el álbum, George se rodeó de músicos hindúes y de algunos amigos occidentales que participaron bajo seudónimos. Ringo Starr, por ejemplo, figura como Richie Snare (un chiste con su caja de batería), y Eric Clapton aparece disfrazado de Eddie Clayton. Sin embargo, a pesar de los rumores, no hay evidencia confiable de que Peter Tork, de The Monkees, haya formado parte del proyecto.
Un detalle curioso: mientras estaban grabando en Bombay, Harrison aprovechó para registrar también la base instrumental de «The Inner Light», una canción que acabaría como cara B del single Lady Madonna de The Beatles. Esa grabación, completada después en Londres con las voces, fue la primera vez que una composición de George se publicaba en un sencillo del grupo. Nada mal, ¿no?
Y es que Wonderwall Music no solo fue pionero en términos musicales, también lo fue a nivel empresarial: fue el primer álbum editado bajo el sello Apple Records, el ambicioso proyecto discográfico que los Beatles habían lanzado por esas mismas fechas, poco antes del famoso Álbum Blanco.
A pesar de todo ese contexto revolucionario, el álbum no logró colarse en las listas de éxitos del Reino Unido. En Estados Unidos tuvo algo más de suerte: alcanzó el puesto 49 a comienzos de 1969. No fue un hit, pero tampoco lo necesitaba. Porque Wonderwall Music no se hizo para vender millones de copias, sino para abrir caminos, tender puentes y dar el primer paso hacia una carrera solista que, con el tiempo, terminaría siendo legendaria.
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