Debido a que el trastorno obsesivo-compulsivo tiene la posibilidad de marcar un obstáculo en el desarrollo social y en el crecimiento, la Organización Mundial de la Salud lo reportó como una de las diez condiciones más inhabilitantes por la disminución de la calidad de vida y por la pérdida de ingresos.
Fue denominada como “neurosis obsesiva” por Freud en 1895. Actualmente no se conoce absolutamente todo, pero se tiene una idea importante sobre los síntomas y el tratamiento.
¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?, ¿cómo es el día a día de una persona con este diagnóstico?, ¿acaso va más allá de caminar sin pisar los bordes de las baldosas o de lavarse las manos de forma exagerada?
Primero que nada, ¿qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?
De acuerdo a la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza porque la persona tiene ciertas ideas o pensamientos para nada deseados (obsesiones), cosa que la lleva a tomar el impulso de hacer algo de manera repetitiva (compulsiones); he ahí el porqué de lo obsesivo y lo compulsivo en el nombre del trastorno.
Seamos un poco más detallistas para que se entienda este concepto. Una persona con trastorno obsesivo compulsivo puede tener un pensamiento recurrente e intrusivo relacionado con la moralidad, la religiosidad, la orientación sexual, el miedo a contaminarse, el miedo a perder algo importante o con números. A raíz de esta obsesión se puede liberar una compulsión, como lavarse las manos de una forma desenfrenada, revisar a cada rato que la puerta esté cerrada con llave o contar repetidamente hasta cierto número.
¿Y entonces cuál es la diferencia entre una persona con TOC y sin TOC?
Te puedes estar preguntando lo siguiente: si soy una persona muy ritualista u organizada, ¿tengo este trastorno? A ver, este es uno de los mitos más frecuentes y que se ve mucho en las redes sociales a forma de humor.
Siguiendo el concepto de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, muchas personas sin el trastorno tienen comportamientos repetitivos o pensamientos angustiantes. Sin embargo, cuando se trata de pensamientos y comportamientos que obstaculicen la vida diaria es que se puede hablar de TOC directamente.
Las personas con el trastorno tienen pensamientos persistentes y el no hacer la compulsión les da mucha ansiedad. Por consiguiente, se trata de una actividad rígida de la que no se puede salir fácilmente y que consume tiempo (más de una hora al día); lógicamente esto afecta al trabajo, a la vida social y a la escuela.
Algo adicional para decir
Como se ha estado comentando, el trastorno obsesivo-compulsivo tiene que ver con aquella persona que tiene un temor a contaminarse por diversos elementos del entorno y que toma la compulsión de lavarse las manos constantemente para aliviar esa angustia. Por supuesto, hay variedad de ideas posibles para tratarse de una obsesión (creer que se está ofendiendo a un personaje religioso, creer que si no se revisa por cuarta vez la cocina se va a quemar la casa, etc.).
Así como leen: se trata de ideas recurrentes e intrusivas.
Se sabe que el TOC afecta al 2-3% de las personas en Estados Unidos. Asimismo, se entiende que, entre los adultos, afecta un poco más a las mujeres. La edad promedio de aparición de los síntomas es de 19 años.
¿Cuál es la causa de este trastorno?
La causa exacta de este trastorno no está clara, pero hay unos detalles que hay que tomar en cuenta.
Por ejemplo, el TOC parece ser hereditario. Las investigaciones han demostrado que la heredabilidad es tan alta como del 45% al 65% en los niños y del 27% al 45% en los adultos. En otras palabras, tener una familia con el trastorno aumenta el riesgo de desarrollarlo.
Se dice también que hay zonas del encéfalo relacionadas con el trastorno, como la corteza orbitofrontal (comportamiento social y planificación cognitiva compleja), el núcleo caudado (movimiento voluntario) y el giro cingulado (respuestas emocionales y motivacionales).
Se cree que la serotonina y el glutamato, dos neurotransmisores, contribuyen al TOC. La hipótesis de la serotonina se dio luego de que los síntomas desaparecieran con el uso de antidepresivos serotoninérgicos.
¿Qué se hace al respecto?
Lo más curioso del asunto es que hay personas con TOC que saben que sus obsesiones no son realistas (no son para nada realistas), pero tienen dificultad para despegarse de ellas o de las compulsiones, ya que la angustia causada por los pensamientos intrusivos no se resuelve mediante la lógica.
También hay otras personas con TOC que pueden interpretar sus obsesiones como algo verdadero antes de recibir la orientación de un especialista.
Por consiguiente, acá es donde entra la importancia de visitar a un especialista médico. No puede ser tan fácil al principio tomar esta decisión, ya que se cree (comúnmente y de forma errónea) que ir al psiquiatra está muy mal porque la gente tomaría esa decisión como una verdadera locura.
No obstante, ir a un médico especialista ayuda a que el trastorno se lleve de la mejor manera para una vida cotidiana más tranquila. El trastorno obsesivo compulsivo se puede tratar con medicación y con terapia cognitivo-conductual.
Con información de: TED-Ed | ScienceDirect | American Psychiatric Association | Bookshelf / Imagen de portada: Shutterstock
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