Por Álvaro Vito | ¿Sabías que para 2015 se reportaron 8,7 millones de casos de meningitis en todo el mundo con 379 000 muertes posteriores? Aunque existen grandes innovaciones en el cuidado médico, esta patología sigue presentando una tasa de mortalidad de hasta el 25%. Por lo tanto, quédate para conocer todo sobre la meningitis, entendiendo así a qué se debe su riesgo y cómo se puede evitar.
Una enfermedad por virus y bacterias
La meningitis es definida como la inflamación de las meninges. Las meninges son tres membranas (duramadre, aracnoides y piamadre) que recubren y protegen al cerebro y médula espinal.
Las causas de la meningitis son diversas, presentándose así las siguientes:
Meningitis viral
La más frecuente y a su vez tiene la ventaja de ser leve; a menudo desaparece por sí sola. El enterovirus es el más común, siendo más activo a finales del verano y principios del otoño en Estados Unidos. Asimismo, otros como el virus del herpes simple y el virus de las paperas también han sido vistos como provocadores de la meningitis viral.
Meningitis bacteriana
Queda en el segundo lugar de los tipos de meningitis más habituales. La meningitis bacteriana puede producirse ya sea por bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo y llegan al cerebro y médula espinal, o por una invasión bacteriana directa en las meninges.
La Streptococcus pneumoniae (neumococo) es una bacteria muy usual en esta clase de meningitis, logrando contagiar a bebés, niños pequeños y adultos; una vacuna puede ayudar a prevenirla.
Adicional a ella, existe la Neisseria meningitidis (meningococo), que comúnmente provoca una infección en las vías respiratorias superiores, afecta sobre todo a adolescentes y adultos jóvenes y también hay una vacuna disponible para evitarla; la Haemophilus influenzae, con una cantidad muy reducida de afectados en la actualidad; y la Listeria monocytogenes, vista en quesos no pasteurizados y carnes procesadas.
Meningitis parasitaria
Se considera poco frecuente. El contagio con este grupo de meningitis viene de la mano al consumir alimentos contaminados con parásitos, por lo que la transmisión entre personas es nula.
Meningitis no infecciosa
Alergias a medicamentos, algunos tipos de cáncer y enfermedades inflamatorias como la sarcoidosis (acumulaciones de células) son parte de la meningitis no infecciosa.
Meningitis micótica
Está relacionada con hongos. Típicamente se asocia a huéspedes inmunocomprometidos, es decir, con defensas inmunitarias debilitadas. Entre los hongos presentes en este problema está el Cryptococcus neoformans y Candida.
Los factores de riesgo
- Sin vacunación: Para la meningitis bacteriana hay una variedad de vacunas, pero no emplearlas es un punto a favor en mayores probabilidades de contraer la patología.
- Edad: La mayoría de los tipos de meningitis se muestran en personas menores de 20 años.
- Comunidades: Ya sea en una residencia estudiantil, bases militares o niños en internados. Estos sitios son capaces de propagar la meningitis meningocócica.
- Inmunosupresión.
- Problemas de alcoholismo.
De igual importancia, existe una zona en el África subsahariana llamada el cinturón de la meningitis, que se extiende desde Etiopía a Senegal y se caracteriza por poseer mayores casos de meningitis a nivel mundial.
Síntomas detectados en los pacientes
Los iniciales tienen similitud con los de una gripe (influenza). Cualquier paciente mayor de 2 años puede experimentar rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, dificultad de concentración, falta de apetito o sed, convulsiones y sensibilidad a la luz.
Ahora, en los recién nacidos los síntomas van por otro lado, presentándose ya sea una fiebre alta, llanto constante, vómitos o alimentación deficiente.
Se puede tratar y prevenir
El tratamiento depende del tipo de meningitis. La meningitis bacteriana se trata con antibióticos intravenosos y, en algunas ocasiones, con corticosteroides; para la meningitis viral, al tratarse de una afección de la que se recupera con el tiempo, se suele usar el reposo en cama, abundante líquido y otro medicamento específico que recete el médico; y si la meningitis no infecciosa ocurre por una reacción alérgica, se trata con corticosteroides.
Cabe destacar que el tratamiento de la meningitis bacteriana necesita realizarse en el menor tiempo posible, ya que esa clase de meningitis puede resultar mortal o dejar secuelas neurológicas (problemas de aprendizaje, pérdida auditiva, convulsiones, etc.) en el paciente si no se evalúa con rapidez.
La vacunación es el método más importante para prevenir la meningitis. También hábitos saludables como el ejercicio físico regular, el lavado de manos antes de ingerir alimentos, el taparse la boca y nariz ante un estornudo y los cuidados de la comida en un embarazo ayudan a evitar esta enfermedad.
Para concluir
Como ya viste, la meningitis es un padecimiento que puede llegar a ser grave si no se trata como es debido. Ante los resultados comprobados de secuelas en fallecimientos y daños neurológicos y físicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como objetivo derrotar la enfermedad para el año 2030.
Recuerda siempre que, en caso de sentir alguno de los síntomas ya mencionados, hay que visitar a un profesional de la salud para que la recuperación sea óptima.
Con información de: PubMed | Mayo Clinic | CDC
Portada: Shutterstock
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