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El fascinante retrato naturalista de ‘Marriage Story’ con Scarlett Johansson y Adam Driver

El fascinante retrato naturalista de ‘Marriage Story’ con Scarlett Johansson y Adam Driver

Desde su estreno en el Festival de Cine de Venecia, ‘Marriage Story’ se posicionó como una de las cintas más aclamadas por la crítica internacional. ¡Te invitamos a conocer la más reciente película escrita y dirigida por Noah Baumbach, y sus influencias del cine de Bergman y protagonizada por Scarlett Johansson y Adam Driver!

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Marriage Story, el décimo filme de Noah Baumbach

A lo largo de su trayectoria como realizador, Noah Baumbach ha consolidado un estilo y un lenguaje visual tan único como sus propios guiones.

Baumbach es conocido por haber llevado a cabo interesantes proyectos, como The Squid and the Whale (2005), una impecable e incisiva historia sobre una familia que se separa; Frances Ha (2012), cuyo guion contó con la colaboración de Greta Gerwig -quien, además, protagoniza la cinta-, y enmarca por medio de un retrato cómico y elocuente, la inminente transición hacia la vida adulta; entre otros filmes desbordantes de vitalidad, como Greenberg (2010) y Mistress America (2017).

Noah Baumbach y la importante influencia de Bergman

‘Marriage Story’ es el más reciente proyecto de Noah Baumbach, y está disponible a través de la plataforma de streaming Netflix – Fuente: IMDb.-

Luego de nueve extraordinarias películas, donde sus personajes eran vistos en poéticos planos abiertos, como parte de su sello creador, Baumbach se percató de que, mientras escribía el guion de su décimo largometraje, Marriage Story, esa distancia que permitía conocer y relacionar a los protagonistas con respecto a su entorno y su mundo ordinario, también lo alejaba de la esencia intrínseca del carácter que los motivaba y conducía al desarrollo de su arco narrativo: el naturalismo de las emociones y la relación entre Charlie y Nicole.

«Siempre he sentido que es importante ver el mundo que los rodea. Así que no hay muchos primeros planos en esas películas, y si los ves, tiende a ser un momento muy particular» – Noah Baumbach para el portal IndieWire, sobre el estilo cinemático por el que se caracteriza su filmografía.

En este sentido, Baumbach decidió enfocarse en retratar visualmente el viaje interno de los personajes, encarnados brillantemente por Scarlett Johansson y Adam Driver, y en consecuencia, materializar sus fallas, sus temores, y la verdadera relación que mantenían uno con el otro, por medio de una dirección sutil y naturalista, configurado por el clímax del melodrama.

La cinta se estrenó en el Festival de Cine de Venecia, el pasado 29 de agosto del 2019 – Fuente: IMDb.-

Baumbach, junto con su director de fotografía Robbie Ryan, encontraron en el lenguaje visual de Persona (Ingmar Bergman, 1966), el magistral encuentro de un montaje de rostros yuxtapuestos, que exponían e intercambiaban deseos y conflictos reprimidos.

Trasladándolo a Marriage Story, la fotografía y los primeros planos de la cinta no solo nos permite acercarnos hacia los sentimientos más recónditos de los personajes, y acompañarlos en la medida en que avanza el diálogo, sino adentrarnos en su perspectiva, revivir emociones del pasado, y preocuparnos por las decisiones que ambos tomarán, aunque sabemos que cada vez se aproxima una consecuencia todavía más devastadora e inevitable.

«¿Cómo se sientan dos personas estando juntas en una habitación? Ya eso es interesante, y algo en lo que Bergman era simplemente brillante. Entonces, no es solo sobre cómo dispara la cámara, sino cómo es la relación de los actores entre ellos. Todo en esa película trata sobre dos versiones de la misma persona” – Noah Baumbach sobre Persona de Bergman.

Marriage Story puede definirse, pragmáticamente, como el retrato dicotómico de una pareja que ha decidido divorciarse. Charlie, un exitoso director de teatro vanguardista, y Nicole, la actriz que ha dado vida a los extravagantes personajes de sus obras, se enfrentan ante el momento más complicado en su relación: separarse.

Pero no se trata de la historia, sino de cómo nos la ha sido presentada. Noah Baumbach hace uso de su indiscutible talento como guionista, y elabora, durante los primeros minutos de la cinta, un boceto de cómo cada personaje percibe al otro. Encantadores, talentosos, intelectuales… son las primeras impresiones de la audiencia ante la ingeniosa proyección de las virtudes y defectos de los protagonistas. Pareciera que estamos a punto de presenciar una película completamente distinta… hasta que finaliza la introducción.

Scarlett Johansson y Adam Driver en la cinta ‘Marriage Story’ de Noah Baumbach – Fuente: IndieWire.-

No nos toma más de un par de segundos para darnos cuenta de que sus palabras no son más que un ensayo preparado para una suerte de terapia, una asignación que pretende hacer del divorcio una experiencia menos traumática. Allí radica, efectivamente, la genialidad del realizador. La audiencia se toma un espacio y se permite a sí misma conectar con la simpatía de sus personalidades, con la frustración detrás de sus errores, y con la irremediable complejidad de relacionarse, en las siguientes dos horas y 17 minutos de película.

El espacio negativo en el Diseño de Producción

Para configurar la atmósfera de vacío, la carencia de identidad y arraigo con respecto a los espacios y cómo estos elementos inciden en las acciones de los personajes, la diseñadora de producción Jade Healy, explicó que, por medio del uso de espacio negativo -espacios vacíos o en blanco en la composición-, es posible visualizar el contraste entre la vida de Charlie en Nueva York, en contraposición a lo que debe enfrentarse en Los Ángeles.

Mientras que en la «gran manzana» suele estar rodeado de objetos propios, amigos, libros, o elementos que componen su personalidad, los espacios por los que debe transitar en Los Ángeles más bien crean la sensación de distanciamiento, como si en lugar de pertenecer, se ahogara en el vacío.

La genialidad de la puesta en escena

Sin lugar a dudas, uno de los aspectos más resaltantes de Marriage Story radica en la metaficción que se esconde tras los propios personajes, acompañados de la puesta en escena. Es decir, si Charlie es director de teatro, y Nicole, actriz, muchas de sus escenas cruciales se desempeñarán en escenarios que bien podrían formar parte de su cotidianidad, en el marco de sus profesiones.

En el segundo acto de la película, Charlie se ve en la circunstancia de alquilar un departamento en Los Ángeles. Cuando es visitado por una trabajadora social, quien observa el comportamiento que mantiene con su hijo Henry, Charlie compra todo tipo de muebles y decoraciones, con la finalidad de acondicionar su nuevo hogar, y hacerlo parecer como un sitio donde el niño estará cómodo y seguro. El trasfondo es simple y poético: el director de teatro decora su propio set, con el propósito de llevar a cabo un ensayo que, al ser presentado en la vida real, no sale como esperaba.

Del mismo modo, el personaje de Nicole, a quien en un primer momento vemos respondiendo preguntas de un interlocutor, ensaya como si de una audición se tratase, para reflejar la mejor versión de sí misma ante un posible juez, y así ganar la custodia de su hijo.

Con información de: IndieWire / IMDb / Filmaffinity

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