Efecto espejo nivel realidad. Esta es básicamente la percepción que se ha de tener cuando se visita un lugar que refleja exactamente lo que el cielo proyecta. Cuando lo que está arriba se funde con lo que está abajo, se une y se vuelve prácticamente una copia exacta, surge una suerte de conexión indescriptible que se ha de comparar -quizás- con encontrarse en el medio del universo.
El salar de Uyuni es una impresionante planicie ubicada en el departamento de Potosí, al Sur de Bolivia. Con una extensión de 12.000 km² y una altura de 3.689 metros es el más grande del mundo (por encima del salar de Bonneville en Estados Unidos); y su principal atractivo es el espejo de sal que se formó por la evaporación de antiguos mares.
La cantidad aproximada de sal que alberga esta blanca belleza natural, es de 64 mil millones de toneladas, además de ser una de las mayores reservas de litio en el mundo.
En noviembre es el escenario perfecto para la cría de flamencos: Austral, Andino, y James.
También es posible encontrarse cactus de hasta 10 metros de alto –única señal de vida aparente por varios kilómetros- en la Isla Pescado, la más grande de las que se encuentran dentro del propio salar.
En invierno (mayo-octubre) se endurece la superficie y aparecen figuras geométricas formadas por partículas de sal. En verano (noviembre-marzo) es cuando este desierto se convierte en el famoso y gigantesco espejo que se mezcla con el cielo y todos los colores que él refleja.
El salar es uno de los principales destinos turísticos de Bolivia, al año reciben alrededor de 60.000 turistas. También los visitantes pueden disfrutar de aguas termales, las lagunas: Verde, Colorada, Amarilla y Celeste, llamadas así por su color, geiseres, formaciones rocosas y pozos volcánicos.
Si desean pernoctar en el sitio, pueden reservar en los variados hoteles construidos con bloques de sal, considerados como unos de los más extravagantes del mundo.
Otra actividad que sirve como atracción es la de conducir en medio del lago de sal. En invierno, el azul del cielo contrasta con el blanco de la costra salina, y cuando está nublado el horizonte se difumina hasta desaparecer y se produce el efecto “White out”, lo que impide que se pueda distinguir la división entre el cielo y la tierra.
Con información de: Wikipedia / turismoboliviaperu / rutaverdebolivia / boliviaentusmanos | Foto: Salar de Uyuni / Shutterstock
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