La sensación de estar solo, cuando no es elección propia, se convierte en el mayor factor de riesgo de salud entre la población de más edad. Tanto es así que puede aumentar hasta en un 14% el riesgo de muerte prematura, según la última investigación de John Cacioppo, profesor de psicología en la Universidad de Chicago.
El estudio pone sobre la mesa la gran diferencia existente entre las personas que son capaces de satisfacer sus relaciones personales con las que viven en extrema soledad. Las personas mayores que viven acompañadas o que tienen vínculos sociales satisfactorios ya sea con familiares o amigos, desarrollan una mejor capacidad de recuperación para sobrellevar las adversidades y gestionar las tensiones del día a día.
Las personas mayores que viven en absoluta soledad tienen un sueño irregular, presión arterial más alta, están más estresados, más depresivos y con una sensación general de falta de bienestar, corroborando que salud y soledad están más ligados de lo que a priori pueda parecer. Sentir que se preocupan por nosotros y tener a personas de las que preocuparnos crea una conexión íntima que va más allá de la pura relación social: afecta a nuestra salud.
Con información de: Muy Interesante | Foto: Mujer sola / Shutterstock
--
--