A cuatro horas de Rangún en Birmania, nos encontramos con el pintoresco pueblo Kinpun, lugar que recibe varios turistas al año; sin embargo, su mayor atractivo es la famosa Roca Dorada, la gigantesca piedra del templo que parece estar a punto de caerse, la cual, según cuenta la leyenda, se sostiene por un cabello de Buda…
En otros tiempos ver la Roca Dorada (ubicada en el lugar de peregrinaje Pagoda Kyaiktiyo) no era fácil, pero en la actualidad puedes llegar en ocho horas de tren o cuatro horas de autobús desde la capital birmana hasta el pueblo de Kinpun. Una vez que llegas al pueblo serían cinco horas a pie para llegar al templo, pero afortunadamente, debido a la gran cantidad de peregrinos y turistas hay muchos autobuses o taxis que te podrán ayudar a movilizarte fácilmente.
Además de unos pocos turistas occidentales, la Pagoda Kyaiktiyo es un lugar para budistas de todo el mundo y podemos ver monjes que realizan el recorrido entero a pie; no obstante, lo más llamativo de este lugar que parece estar perdido en el tiempo es una inmensa roca dorada, a mil metros sobre el nivel del mar, que parece desafiar todas las leyes de gravedad…
La leyenda de la Roca Dorada
Cuenta la leyenda que Buda visitó muchísimas veces el lugar y le obsequió un hilo de cabello a Taik Tha, un ermitaño que vivía allí. El hombre deseaba que el cabello permaneciese en un objeto que tuviese la forma de su propia cabeza por tratarse del cabello de Buda, así que llevó el hilo de pelo al rey del lugar.
Afortunadamente el rey tenía poderes mágicos debido a que era hijo de Zawgyi, un importante alquimista; además, su madre era una naga, criaturas budistas mitad humano y animal, en este caso, una princesa serpiente y dragón. Entonces, debido a las habilidades extrahumanas que poseía el monarca gracias a sus padres, él y el ermitaño lograron encontrar una roca perfecta en el océano, entonces la moldearon para que tuviese la forma de la cabeza de Taik Tha.
Luego, con la ayuda de Thagyamin (el nombre birmano de la deidad budista Śakra), el ermitaño y el rey pudieron colocar la gigantesca roca al borde de la montaña, la cual está sostenida por ese peculiar regalo que le dio Buda a Taik Tha, un hilo de cabello que evita que caiga colina abajo…
Más allá de la leyenda
Probablemente el color dorado se deba a que una de las cosas más interesantes que los hombres budistas pueden realizar en el lugar es pegar pequeñas laminas de oro batido que venden en la Pagoda. Esta actividad se realiza dos veces al año; de hecho, hay áreas de la piedra donde se puede ver que se han pegado varias laminas en un solo lugar.
¿Por qué fuimos tan específicos al referirnos a los “hombres budistas”? Pues, los turistas extranjeros no tienen permitido estar muy cerca del santuario y en el caso de las mujeres en general, ellas tienen prohibido tocar la gran Roca Dorada.
Probablemente pienses que es algo extraño viniendo de una religión tan inclusiva como el budismo, pero aparentemente, la verdadera razón por la que las mujeres no pueden tocarla, es porque se piensa que ellas sí podrían empujar la colosal piedra al vacío con solo tocarla.
Dicen que quien peregrina tres veces al año a este remoto lugar de Birmania se le es otorgado, como recompensa divina, muchas riquezas… pero también recibirán honor y respeto. Pero lo más peculiar es que, según se comenta en el lugar, la Pagoda Kyaiktiyo es un incentivo para que muchas personas se conviertan al budismo, porque aunque científicamente no tenemos muchas teorías sobre por qué la piedra no se precipita, al menos el budismo nos explica que la gigantesca roca está sostenida por un cabello de Buda…
Con información de Mochileando por Asia / Wikipedia / Global Intergold / Foto: Shutterstock
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