Menú
La química: mucho más que una simple atracción

La química: mucho más que una simple atracción

Estamos en febrero, el mes más romántico del año. Las personas siguen demostrando su amor con rosas rojas y chocolates caros. No les interesa en lo más mínimo abandonar los clichés. Los corazones continúan siendo el elemento decorativo predilecto durante estas fechas: resultan hasta exagerados, los vemos por todas partes. Lo más importante de ese ambiente sentimental es poder compartirlo con la persona que tanto amamos. Los solteros quizá se pregunten por qué no consiguen su “media naranja” para celebrar como el resto del mundo. La respuesta es sencilla: no ha existido química entre ellos y sus “potenciales” parejas.

CULTURIZANDO EN WHASTAPP

Pero ¿qué es la química?, ¿existe realmente? Hay quienes creen firmemente que sí, y que de hecho sin ella ninguna relación podría funcionar. La química es el lazo que se crea entre dos individuos; un lazo tan fuerte que, sin entender razones, motiva a dos perfectos extraños a buscarse constantemente. No es una simple atracción física, va más allá; y es tan real que incluso ha sido estudiada en infinidad de ocasiones para averiguar su funcionamiento.

Según un estudio realizado por la Universidad de Cornell (Nueva York), la química sí existe, pero no dura para siempre. De hecho, en esta misma investigación se detectó que ciertas sustancias responsables del amor como lo son la dopamina, la feniletilamina y la oxitocina sólo aparecen de manera conjunta en las etapas iniciales de la conquista. Con el tiempo, el organismo se va volviendo resistente a sus efectos, así que la atracción se desvanece. Otras de las sustancias químicas que intervienen en el juego de la seducción son, sin lugar a dudas, las famosas feromonas. Éstas son segregadas por el organismo y  liberadas a través de los poros de la piel. Su olor es imperceptible, producen reacciones químicas placenteras, y son capaces de desatar la atracción sexual entre dos individuos.

La química no se puede forzar, ocurre de manera involuntaria. Se da al instante de conocer a alguien, es magia en su máxima expresión.  Se manifiesta sólo cuando sentimos una conexión especial y única hacia otra persona. Podemos conocer a alguien con todas las características físicas y las cualidades internas que siempre hemos deseado encontrar en una pareja, y esto no garantiza que haya química; especialmente si nos damos cuenta de que ninguna de esas mariposas que habitan en nuestro estómago se digna a revolotear cuando la tenemos enfrente. Y es que necesitamos sentir que nos tambaleamos, y desear de manera absurda e inexplicable a la otra persona.

Para saber si hay química, sólo debemos estar pendientes de las sensaciones presentes en nuestro organismo. El beso puede ser un arma poderosa y el mejor indicador para determinar si existe esta especie de energía entre dos individuos. Es tan efectivo que en cuestión de minutos podemos comprobar si la otra persona tiene ese “no sé qué” que atrapa. Si una corriente intensa atraviesa nuestro cuerpo, y sentimos un magnetismo inexplicable por un determinado individuo, con seguridad allí ocurre algo más que una sencilla atracción, se llama química, así de simple.

Erika De Paz / IG @ERIKADPS 

 

--

--


Lo que más gusta

Lo más destacado