Actualmente, una de las acciones más simples que podemos realizar es grabar algún audio o sonido, sea con nuestros celulares, grabadoras o computadoras… Pero, no hace mucho tiempo, este proceso era bastante complicado y… algunos años atrás inimaginable…
Los fonógrafos, muchas veces, son conocidos como las primeras grabadoras de sonido inventadas por el hombre. Su forma peculiar, con un cuerno de metal sobresaliente en la parte superior, se encuentra en la memoria de casi toda la humanidad; o al menos para aquellos que alguna vez en su vida pudieron ver uno. No obstante, este no es el primer aparato que se realizó con el objetivo de registrar sonidos.
Mucho tiempo antes de que Thomas Edison, en 1877, creara el mencionado fonógrafo, el cual sí fue el pionero en la reproducción de sonidos recopilados, se construyó un aparato capaz de grabar sonidos. Dicho mecanismo, fue inventado por el francés Édouard-Léon Scott de Martinville, quien con su ingenio logró crear un aparato capaz de registrar los sonidos que se le indicaban… Este artilugio llevó el nombre de fonoautógrafo.
Es gracias a este aparato de origen francés, que se tiene registrada la primera grabación de la historia; esta es un papel con una onda sonora dibujada en su superficie, compuesta por altos y bajos correspondientes al sonido registrado. El phonoautographe, como se le conocía en su país de origen, recibió la patente francesa #17,897/31,470, el 25 de marzo de 1857.
Ya desde 1854 Édouard-Léon, estuvo interesado en los medios mecánicos con los que se pudiera transcribir sonidos vocales. Es por esto que, mientras corregía un texto de física, se encontró con unos dibujos de anatomía auditiva, los cuales sirvieron como inspiración para su futura invención.
De Martinville buscó imitar el funcionamiento del oído humano en un aparato mecánico, compuesto por una membrana elástica -que funcionaba como el tímpano- y una serie de palancas -que cumplían las funciones de los huesillos del oído-. Las palancas movían una especie de punzón que, gracias a las vibraciones de la membrana, presionaba una superficie de papel, madera o vidrio ahumado, dejando registro de los sonidos que se reproducían en el exterior.
Este primer registro visible del sonido, llegó a grabarse gracias a la versión más avanzada del mecanismo: en una hoja de papel. Pero, por su incapacidad de reproducción, aunque marcó un precedente importante, el fonoautógrafo no pasó en su momento más allá de ser considerado una curiosidad de laboratorio para el estudio de la acústica; es por esto que fue usado para determinar frecuencias y profundizar en el conocimiento del sonido y el habla.
No es sino hasta el año 2008, cuando conocedores de la historia del sonido, gracias a los avances de la tecnología, decidieron reproducir por primera vez el audio grabado por un fonoautógrafo. Estos accedieron a diferentes registros y papeles que se encontraban en la oficina de patentes de la Académie des sciences francesa, y decidieron escanearlos con un programa desarrollado por la Biblioteca del Congreso estadounidense.
Dichos papeles, y las ondas presentes en ellos, fueron traducidos por un ordenador a sonidos reconocibles, es decir, reproducidos. Uno de los diferentes dibujos, con fecha de creación del 9 de abril de 1860 era una grabación de 10 segundos, de baja calidad claramente, de la famosa canción francesa ‘Au Clair de la Lune’, interpretada por un cantante desconocido.
A este pequeño registro de 10 segundos, conocido como “fonoautograma”, se le atribuye el título de la primera grabación de sonido conocida. Es por esto que, el invento de Édouard-Léon Scott de Martinville, aunque no tuvo un gran reconocimiento en su época, es actualmente considerado como el primer paso para el inicio de las grabaciones de audio de la historia.
Con información de: FESTIVALES DE POP | ALPOMA | ABC | Foto: Shutterstock
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