En griego antiguo la palabra Hubris o hybris se refería a las acciones crueles, vergonzosas y humillantes que un abusador cometía sobre su víctima por mero placer. La persona que cometía hybris era culpable de querer más de la parte que le había sido asignada por el destino. Hoy en día se utiliza para referirse a un trastorno paranoide denominado síndrome de Hubris o mal de Hubris.
El «síndrome de Hubris» es un trastorno que se caracteriza por generar un ego desmedido, un enfoque personal exagerado, aparición de excentricidades y deprecio hacia las opiniones de los demás. Se suele asociar a cargos de poder, tal y como pueden ser políticos, gobernantes…
Aunque el síndrome responde más a una denominación sociológica que propiamente médica, los psiquiatras han reconocido siempre los efectos mentales del poder. Entre los síntomas que puede producir el mal de Hubris destacan:
- Un enfoque personal exagerado al comentar asuntos corrientes.
- Confianza exagerada en sí mismo, imprudencia e impulsividad.
- Sentimiento de superioridad sobre los demás.
- Desmedida preocupación por su imagen, lujos y excentricidades.
- El rival debe ser vencido a cualquier precio.
- La pérdida del mando o de la popularidad termina en la desolación, la rabia y el rencor.
Con información de: Wikipedia / notaculturaldeldia
--
--