‘La liebre y la tortuga’ es una de las fábulas infantiles más populares que existen. Narra la desigual carrera entre las dos protagonistas. Una competición con resultado inesperado y una más que interesante moraleja.
Esta es la historia de un reto a priori desnivelado. La liebre y la tortuga acuerdan competir en una carrera. La primera es mucho más rápida, tanto que no tarda mucho en adquirir una gran ventaja sobre su adversaria. Al verse ganadora, antes de cruzar la meta decide descansar a la sombra de un árbol y se queda dormida. Cuando despierta ya es tarde y finalmente pierde la competición ante el asombro de todos los asistentes.
¿La enseñanza? Despacio y con constancia es posible llegar muy lejos. No ayuda sin embargo arrogancia, una cualidad negativa.
‘La liebre y la tortuga’ es obra de Esopo, fabulista griego que nació alrededor del año 600 a.C. y murió en el 564 a.C. Citado por Heródoto, Aristóteles o Platón, entre otros, este autor debe su fama a su capacidad e inventiva para elaborar narraciones cortas moralizantes. Relatos que se transmitieron por tradición oral y de los que bebieron en la posteridad otros muchos escritores.
Se dice que Esopo era muy feo, jorobado y tartamudo. Con una vida complicada además: gran parte de la misma fue esclavo de un filósofo llamado Xanto y, aunque no se sabe si es realidad o leyenda, dicen también que fue arrojado al abismo por los habitantes de Delfos como castigo por robar un cáliz de oro.
Junto a ‘La liebre y la tortuga’ son también fábulas muy populares de Esopo otras como ‘La zorra y las uvas’, ‘El león y el ratón’ y ‘El lobo en vestido de oveja’. Todas ellas con animales humanizados en cuyas conversaciones se plasman tanto las virtudes como los defectos del ser humano.
Con información de Saberia
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