En la Antigüedad, el ambiente en que una cultura se desarrollaba ayudaba a definir la forma en que los hombres se imaginaban a sus dioses. En la mitología egipcia, el Sol era un regente indispensable, sin el cual el ciclo de la vida habría sido imposible. Uno de sus hijos, el toro Apis, cumplía varias funciones rituales importantes dentro de la tradición egipcia.
Conocido como “Hapu” o “Hap” entre los egipcios, y como “Hapis” o “Apis” entre los griegos, sobre su origen se cuenta que nació luego de que un rayo solar fertilizara a la diosa Isis.
A esta deidad se le adoraba, desde el Imperio Antiguo, bajo la forma de un hombre con cabeza de toro o directamente como un toro. En ambos casos, cuando se le representaba en esculturas, Apis aparecía portando un aro solar entre los cuernos; mejor conocido por los egipcios como el uraeus.
Pero el toro Apis no solo manifestó tener los atributos propios de una divinidad solar. A lo largo del tiempo, el culto del dios toro abrazó distintos rituales, algunos relacionados con las artes adivinatorias, otros de índole funeraria. Esto tiene que ver con el hecho de que, en el paso de una dinastía a otra, Apis fue relacionado con diferentes deidades.
Asociación con otras divinidades
Al toro divino se le consideraba como heraldo de Ptah, el dios de la construcción. Más tarde fue heraldo de Osiris, uno de los principales dioses de la fertilidad, y en un período todavía posterior, Apis aparece como representante de Sokar, el dios de la oscuridad.
Bajo la estela de Ptah, Apis fue el avatar de prácticas adivinatorias. Un ejemplo de esto era el ritual de los templos. En el período anterior a las cosechas, los sacerdotes de Ptah dejaban a un toro (representación de Apis) frente a dos templos, y dependiendo de si el animal optaba por el de la derecha o el de la izquierda, los agüeros resultaban positivos o negativos para la próxima temporada de cosechas.
Otra tradición le da la función de guardián de los muertos. En algunos relieves, colocados en las bases de tumbas de personajes importantes, Apis aparece transportando sobre su lomo el cuerpo del fallecido. El mensaje representado es claro: el portentoso animal se encarga de llevar al difunto a salvo hasta el país de los muertos, asegurándole así un viaje tranquilo.
Con información de: Egiptologia / Wikipedia / Foto: Wikimedia
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