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La ciencia desenreda los misterios del cabello

La ciencia desenreda los misterios del cabello

Físicos, químicos, ópticos, expertos en ciencia de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos trabajan en el recién inaugurado centro de investigación de L’Oréal en Saint Ouen (París). De una plantilla de 500 personas, 400 son científicos; el resto, peluqueros y estilistas.Todos ellos trabajan para desentrañar los misterios del cabello, una de las estructuras más complejas del cuerpo humano, y diseñar productos que se adapten a la gran diversidad de tipos de cabello del mundo y a las diferencias en su cuidado.

El gigante francés de la cosmética L’Oréal acaba de inaugurar el en barrio parisino de Saint Ouen el mayor centro de investigación del cabello del mundo. La apertura de este centro ha supuesto una inversión de 100 millones de euros. SINC ha visitado estas instalaciones, que son una mezcla de laboratorio con la última tecnología e inmenso salón de belleza.

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En este nuevo centro trabajan 400 científicos, desde, físicos, químicos y ópticos hasta expertos en ciencia de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos. Otro centenar de trabajadores son peluqueros y estilistas que se encargan de probar con voluntarios de diferentes nacionalidades, razas y edades las últimas formulaciones de champús, acondicionadores, productos de fijación, de coloración y de peinado, y de recoger sus impresiones.

El día de la visita al centro, en la zona del salón, los ‘peluqueros científicos’ (así les denominan en L’Oréal) estaban probando con voluntarios asiáticos un tinte físico que, a diferencia de los químicos, no penetra en el cabello. Sus partículas tienen propiedades ópticas que se depositan en el pelo y aumentan su brillo o aportan reflejos con diferentes tonos.

L’Oréal invierte al año 750 millones de euros a I+D (el 3,5% de su facturación total) y un tercio de esta cantidad va destinado específicamente a investigación sobre el cabello, explica Patricia Pinau, portavoz científica de la empresa.

La investigación sobre el cabello le parece apasionante a esta directiva. “Es único por su estructura biológica altamente desarrollada, autónoma y capaz de auto renovarse En el interior de un cabello se expresan los factores principales que rigen la vida y muerte celular”, subraya.

Innovación para mercados emergentes

El centro de Saint Ouen coordina una red compuesta por seis centros repartidos por el mundo (Estados Unidos, Japón, China, Brasil, India y Europa). Según Pinau, su objetivo es “alimentar un flujo continuo de innovaciones procedentes de los distintos países dentro del sector capilar”.

La empresa, que ha llevado a cabo una investigación de 7.500 cabellos en 23 países, no quiere perder la oportunidad que suponen los mercados emergentes como China Brasil e India, que se van a convertir en la principal zona geográfica en el negocio de cosmética capilar de L’Oréal. Por ello, el centro tiene un departamento específicamente dedicado al estudio de los cabellos del mundo.

“Si comparamos por ejemplo el cabello europeo, asiático y africano, vemos que no tienen las mismas propiedades biológicas ni físicas. Nuestros desarrollos se adaptan a cada mercado y, por tanto, a todos los tipos de cabello, desde liso a rizado, ensortijado, fino, sin volumen, corto y largo. Y también tienen en cuenta las culturas y la moda”, dice Pinau.

La portavoz científica pone un ejemplo de producto desarrollado localmente y luego utilizado de forma global. “Uno de nuestros últimos champús trata, en una única aplicación, los cinco problemas del cabello largo y rizado brasileño (fineza, falta de brillo, fragilidad, falta de suavidad al tacto y puntas dañadas). Este champú fue creado en Brasil y retrabajado en París para su distribución internacional”.

Coloración, fijación y peinado

Los programas de investigación e innovación del centro se basan en tres segmentos capilares: la coloración, el cuidado (champú y acondicionadores) y la fijación, tanto para peinar (lacas, geles, ceras) como para crear efectos, desde alisado hasta efecto volumen.

Las máquinas de las instalaciones imitan las aplicaciones de los diferentes productos en el cabello. Los experimentos se llevan a cabo con pelo humano que la firma compra a proveedores a 1.000 euros el kilo, comenta Maureen Barrow, responsable del departamento de metrología.

En este departamento, integrado por físicos, químicos e ingenieros, cuentan con máquinas que desenredan el pelo, miden su suavidad, valoran cómo le afectan las diferentes condiciones climáticas (una de a máquinas simula como afecta a la coloración dos semanas en la playa) y calibran el movimiento.

El centro cuenta además con robots que preparan diariamente miles de fórmulas, “así ahorran a los científicos las tareas más repetitivas”, señala Patricia Pinau.

En la compañía están especialmente orgullosos de un robot de pesaje que ha pesado hasta el momento un millón de muestras de colorantes para aproximadamente 100.000 fórmulas que requieren las diferentes pruebas.

Los laboratorios disponen también de herramientas de modelización numérica, con las que se pueden evaluar fórmulas virtuales para desarrollar aquellas con mayores posibilidades de satisfacer la demanda de los consumidores.

Una molécula con buen color

El grupo L’Oréal figura en el cuarto puesto de los registradores de patentes de Francia (sin distinción de sectores). Una de sus últimas patentes en el sector del cabello ha sido la primera coloración permanente sin amoniaco. “Descubrimos por casualidad que la monoetanolamina, una molécula que no daba muy buen resultado en productos de cuidado, era útil para la coloración” explica Leila Hercouet, ingeniera química que ha patentado la molécula.

“Hemos observado que mantiene la integridad del pelo mejor que el amoniaco. Esto se mide observando la cantidad de un lípido, el 18 MEA, presente en la superficie del pelo tras la aplicación del tinte. Este lípido, junto a otros, se encarga de proteger el cabello. Su presencia indica que el tinte es respetuoso con la fibra”, explica.

Curiosamente la compañía tiene su origen en una innovación en el ámbito de los tintes capilares. En 1909 el químico francés Eugène Schueller descubrió en la cocina de su casa el primer tinte por oxidación y creó una compañía llamada Tintes Inofensivos que en 1939 se rebautizaría con el nombre de L’Oréal.

El pelo en el mundo

Ningún cabello se parece a otro. No se trata sólo de una impresión, sino de una realidad que radica en la tipología capilar, en los hábitos y en los criterios de belleza.

Si se compara el cabello europeo, asiático o africano, se observa que no tienen las mismas propiedades biológicas ni físicas.

• Diámetro: los cabellos más anchos son los chinos.

• Sección transversal: circular para el asiático, elíptica para el africano y oval para el europeo.

• Forma: liso en Asia,muy ensortijado en el continente africano, con ondas en la fibra.

• Resistencia a la rotura: los más fuertes se encuentran en Asia y los más frágiles en África.

• Suavidad y brillo son características más comunes enel cabello europeo y asiático.

En biología, es distinta la densidad de cabellos por centímetro cuadrado en el cuero cabelludo; 226 para el cabello europeo, 175 para el asiático y 161 para el africano. La velocidad de crecimiento también varía: el cabello africano crece más despacio que el europeo, que a su vez crece más despacio que el asiático.

Las propiedades físicas y el comportamiento biológico están íntimamente ligados, y todo ello está siendo estudiado por los científicos de L’Oréal para desarrollar nuevos productos.

Asimismo, estas diferencias se modulan con la población migrante y con la mezcla de razas. Por ejemplo, al estudiar más de 7.500 cabellos en 23 países, los científicos de L’Oréal han elaborado y publicado un sistema de clasificación mundial capilar estableciendo 8 grados de rizo, que va desde el tipo 1 para el más liso hasta el tipo 8 para el más rizado o incluso ensortijado. En un país como Brasil, la amplitud del espectro de rizo va del 1 al 6, y en el Caribe, de 2 a 7.

@Culturizando
Fuente: agenciasinc

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