Muchos horrorosos crímenes contra la humanidad se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos destacan los experimentos llevados a cabo por el Ejército Imperial Japonés, concretamente, el Escuadrón 731, en los campos de prisioneros de Zhong Ma y Pingfang.
El Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kempeitai, era el nombre oficial del Escuadrón 731. La misión secreta de este grupo era la investigación y prueba de armas biológicas en humanos.
Aproximadamente sobre 10.000 personas se hicieron estos experimentos inhumanos, entre los cuales se encontraban: niños, ancianos, mujeres embarazadas y prisioneros de guerras de nacionalidad china, rusa, coreana, europea y norteamericana. Murieron 200.000 personas más, como consecuencia de las armas químicas formuladas por el Escuadrón 731.
El creador del Escuadron 731
El General Shiro Ishii, jefe del Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica a partir de 1932, dio la orden de construir el campo de prisioneros Zhong Ma; con las personas cercanas al campamento la Unidad Togo practicaba sus experimentos.
Gracias a una fuga de prisioneros y un supuesto ataque el General Ishii suspendió las operaciones en este centro y se traslado a a Pingfang, lugar en el cual se construyó un establecimiento mucho más grande.
Ishii se había graduado en Medicina en la Universidad Imperial de Kioto, sentía un especial interés en la guerra bacteriológica, por ello, convenció al emperador Hiro Hito del poder de las armas biológicas. El emperador deposito su confianza en Ishii y le concedió un generoso presupuesto para sus investigaciones. Los resultados que obtuviera podían ser cruciales para la conquista de toda China.
Los experimentos realizados por la Unidad 731:
A los prisioneros de guerra se les infectaba con virus letales (cólera, disentería, ántrax y tifus) para luego diseccionarlos vivos sin anestesia; los científicos pretendían estudiar la evolución y los efectos de la enfermedad en los órganos humanos, creían que el proceso de descomposición alteraría los resultados.
Los científicos también se encargaron de embarazar a mujeres chinas, para luego practicar las vivisecciones y extraer los fetos. También se practicaba la amputación de las extremidades con el fin de estudiar la pérdida de sangre. Se probaba unir estas partes del cuerpo en el lado contrario. A algunos prisioneros se les extrajo quirúrgicamente el estomago y se les ligó el esófago a los intestinos.
Se usaron a humanos como blanco, variando la distancia, para probar granadas, lanzallamas, bombas de gérmenes, armas químicas y bombas convencionales.
Los prisioneros eran inyectados con sueros contaminados con agentes patógenos, aparentando ser vacunas, para estudiar sus efectos. Se investigaban los efectos de las enfermedades sexuales sin tratamiento, la sífilis y la gonorrea. Asimismo, los presos eran infestados con pulgas para analizar la viabilidad de una guerra biológica.
El Escuadrón 731 y sus unidades afiliadas (Escuadrón 1644, Escuadrón 100 entre otros), llevaron a cabo ataques biológicos en contra del pueblo chino (tanto civiles como soldados), durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Pulgas infectadas de peste fueron criadas en las instalaciones del laboratorio del Escuadrón 731 y el Escuadrón 1644, siendo diseminadas por aviones sobre localidades chinas habitadas, tal como la ciudad costera de Ningbo en 1940 y la ciudad de Changde en 1941. Este rociado resultó en epidemias humanas de peste bubónica que mató a miles de civiles chinos.
Algunos prisioneros eran privados de comida, agua y sueño para precisar la duración del tiempo de resistencia humano, otros fueron colgados cabeza abajo para observar cuánto tiempo les tomaría asfixiarse, otros tantos fueron expuestos a temperaturas extremas y a ciertos presos se les inyectó aire en las arterias para simular una embolia.
¿Por qué estos experimentos inhumanos son poco conocidos en Occidente?
Al regresar a Japón, el general Ishii le ordenó a su equipo de trabajo llevar el secreto hasta la tumba. Estados Unidos colaboró con esta misión, le ofreció la inmunidad a los Investigadores de la unidad 731 si estos le suministraban los resultados de la investigación.
Los soviéticos, en cambio, consiguieron capturar a 12 de los responsables de las atrocidades del escuadrón 731. Los llevaron a juicio en 1949 por crímenes de guerra y 6 de los acusados recibieron penas de entre 2 y 25 años.
Con el pasar del tiempo, Estados Unidos ha ido desclasificando más de 1.000 documentos relacionados con la Unidad 731.
En estos se da cuenta incluso de los planes que tenía Japon con la nación norteamericana. La operación “Cerezos en flor por la noche” sugería lanzar ataques kamikaze sobre la costa de California con bombas cargadas de esta bacteria.
No obstante, gracias a la inmunidad, no fueron pocos los que vivieron una vida tranquila y apacible, en la cual se desarrollaron en reconocidos cargos políticos y médicos, incluso algunos obtuvieron el honor de ser representantes del Comité Olímpico Japonés. Ishii, por ejemplo, fallecería a los 67 años como consecuencia de un cáncer de garganta.
Espera pronto una próxima entrega con más Horrores Humanos, que no deben ser borrados de la historia para así nunca ser repetidos.
Con información de: El mundo / BBC
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