Los libros cuentan historias y guardan registros muy importantes, pero no es solo su contenido el que nos habla; sus diseños y los diferentes elementos que los componen también relatan hechos. El caso de las cubiertas no es la excepción, al ser la carta de presentación de los textos.
CULTURIZANDO EN WHASTAPP
Los registros físicos de la historia de la humanidad preservados por la Universidad de Harvard, son inigualables. El caso del material literario, no es la excepción, el centro de estudios mantiene una recopilación de textos de todo tipo y modelo.
En la Biblioteca de Houghton, propiedad de Harvard, se encuentra el libro titulado Los destinos del alma (1880), una obra del novelista francés Arsène Houssaye. La encuadernación del texto, según lo que piensan los empleados del lugar, fue realizada con la piel de una enferma mental, que se entiende falleció por causas naturales.
La práctica de encuadernar libros con piel humana, se conoce bajo el nombre de ‘bibliopegia antropodérmica’ y se tiene el registro de que, tiempo atrás, era una práctica real de forma esporádica, sobre todo en el siglo XIX.
Se estima que el libro Des destinées de l’ame (titulado así en francés, su idioma original), fue entregado por Houssaye a su amigo, el doctor Ludovic Bouland, en 1880, la persona encargada de encuadernarlo.
Por otro lado, en el Reino Unido, también existe un ejemplar que nos demuestra esta increíble práctica. El libro, que se encuentra hecho de la piel de un hombre, estaba resguardado en una oficina de registro de Bristol.
El hombre del cual se extrajeron los materiales que recubren este texto, fue el primer colgado en la prisión de la misma ciudad, Bristol. John Horwood fue condenado a la pena de muerte, a sus 18 años, tras asesinar a Eliza Balsum.
Todos los detalles del crimen, cometido en 1821, son el contenido del libro encuadernado por su propia piel. Horwood poseía una obsesión por su víctima, Balsum, a quien previamente había amenazado con quitarle la vida, además de haberle arrojado una piedra en una primera oportunidad.
Según lo relatado en el texto, Horwood «cogió una piedra grande y con la más salvaje ferocidad la golpeó hasta casi dejar su cráneo en pedazos». Fueron los gritos de Balsum los que alertaron a sus amigos, quienes la trasladaron a un hospital, donde murió por la gravedad de sus heridas.
Pero, lo siniestro de este caso no termina allí. Luego del juicio y ejecución de Horwood, el cirujano Richard Smith, diseccionó su cuerpo para otorgar una lección pública en el Hospital Real de Bristol.
Es el propio cirujano quien decide que parte de la piel de Horwood, fuera curtida para servir como cubierta de la recopilación de textos sobre su caso. En la portada de este libro se observa una calavera y unos huesos cruzados, además del título Cutis Vera Johannis Horwood (traducido como: La piel verdadera de John Horwood), en letras doradas.
Actualmente, el libro se encuentra exhibido en el Museo M Shed de Bristol y es una de las piezas más populares. El ejemplar se encuentra conservado de la misma forma que cualquier otro libro con carátulas de piel, es decir, bajo las condiciones atmosféricas adecuadas.
Existen otros casos de libros encuadernados con la piel de criminales, como el de William Burke, un hombre que asesinaba personas con el fin de vender sus cuerpos para disecciones médicas. Con su piel se cubrió un pequeño libro marrón de notas de bolsillo, el cual posee en la carátula la fecha de su ejecución (1829) y se encuentra en el Museo del Colegio Real de Cirujanos de Edimburgo.
Se desconoce cómo la piel de Burke llegó a recubrir el texto, solo se tiene el registro de que existió una disección pública de su cuerpo, en la cual se reportó la desaparición de una parte de la piel. Tiempo después apareció el mencionado libro de bolsillo a la venta en Edimburgo, en una época en la que las partes de criminales ejecutados eran consideradas amuletos de la suerte.
Además de Horwood y Burke, esta lista incluye al asesino de Devon-Inglaterra, George Cudmore, condenado a pena de muerte por envenenar a su esposa; y a William Corder, autor del crimen conocido como ‘El asesinato del granero rojo’, en Suffolk (1827), hecho en el que resultó asesinada Maria Marten. La piel de ambos criminales, luego de perder la vida al cumplir su condena, fue utilizada para encuadernar textos.
Otro libro encontrado en Harvard, con supuestamente el mismo estilo de encuadernación, es el titulado Practicarum quaestionum circa leges regias. Posee una inscripción en el interior que, traducida de su idioma original inglés, relata: “La encuadernación de este libro es todo lo que queda de mi querido amigo Jonas Wright, que fue desollado vivo por el Wavuma, en el cuarto día de agosto”.
Este manual del siglo XVII, se hizo popular entre los visitantes como ‘el libro de la piel desollada’; tanto fue el interés del público que la Universidad de Harvard, quiso corroborar su autenticidad.
Luego de diferentes estudios, los expertos comprobaron que la cubierta estaba compuesta por la piel de diferentes animales, junto con colágeno de cerdo.
Los libros antiguos siempre despiertan gran curiosidad en el público, pero estos textos que se encuentran encuadernados con piel humana despiertan el lado más excéntrico de los lectores.
Actualmente existen contados registros para los más interesados.
Con información de: BBC | ABC |
--
--
Autor:
Daniela Iglesias
