¿Es posible que una parte importante de la población sea descendiente de una sola persona? Conoce el misterio de Gengis Kan, uno de los hombres más fértiles del mundo.
Gengis Kan, o Temuyín (su nombre verdadero) fue un guerrero y conquistador mongol. Fue el primer Kan (emperador), ya que fue el fundador, y es conocido principalmente por lograr la expansión del Imperio mongol.
Kan era un líder carismático, y un general con tácticas increíbles a la hora de dirigir su ejército en la guerra. Tenía una gran cantidad de seguidores, que solo esperaban órdenes de él para cumplirlas sin ninguna réplica.
Pero una de las curiosidades de este personaje es la cantidad de descendientes que dejó a lo largo de su vida.
Descendientes de Gengis Kan
En el año 2003, un estudio liderado por Chris Tyler-Smith, en el Wellcome Trust Sanger Institute del Reino Unido, demostró que al menos el 0,5% de la población masculina del mundo era descendiente del conquistador, que existió hace más de 700 años.
Esto se ve reflejado en la secuencia de los cromosomas Y de los hombres, lo que significa que, un 8% de los hombres asiáticos, comparten una secuencia casi idéntica de sus cromosomas Y. Según la secuencia, se puede deducir que es una descendencia que empezó, aproximadamente, hace mil años en Mongolia.
Ewen Callaway, en el artículo Genghis Khan’s Genetic Legacy Has Competition dice que el legado (genético) de Gengis Kan es circunstancial. Para dejar un rastro genético así, se necesitaría tener mucha descendencia, y que en cada generación sea así también. Las conductas sexuales desmedidas, sumadas a las constantes invasiones y conquistas de pueblos enteros, ayudaron a que sus genes se regaran entre la población.
Kan tuvo diferentes esposas y concubinas, y sus hijos (en especial lo que fueron reconocidos como suyos), y los hijos de sus hijos, siguieron el mismo camino que él.
“Muchos hombres tienen muchos hijos, por casualidad. Pero lo que no pasa normalmente es que los hijos tengan probabilidades altas de que ellos mismos tengan muchos hijos”, dice Mark Jobling, en un nuevo estudio de la Universidad de Leicester.
El linaje del guerrero se habría expandido al oeste por la Ruta de la Seda y al interior de Asia, y como estos descendientes normalmente también eran guerreros, continuaban con la vida sexual en los pueblos a los que llegaban.
Con información de: Nature
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