La selacofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a los tiburones.
Esta fobia –que se cuenta dentro de la más general zoofobia (miedo a los animales)- constituye un problema para muchos nadadores, quienes se sienten totalmente incapaces de nadar en el mar, ni mucho menos practicar buceo o pesca submarina, incluso cuando se les asegure de que se han implementado procedimientos de seguridad como redes de protección. En casos extremos, incluso la foto de un tiburón puede llegarles a provocar un ataque de pánico. Existen también algunos casos registrados en video de personas tan aterrorizadas que se niegan a nadar en piscinas que están ubicadas a cientos de kilómetros del océano, o incluso darse un baño, por miedo al ataque de un tiburón.
La aparición de esta fobia afloró al poco tiempo del estreno de Tiburón, la exitosa película de Steven Spielberg. De hecho, muchas personas que sufren de selacofobia, e inclusive algunos psicólogos, atribuyen el miedo a los tiburones específicamente a dicha película.
Pero el daño producido por la cinta no está limitado a haber producido pánico a miles: desde 1975, los científicos han reportado una gran matanza de tiburones en todo el mundo. Esto ha contribuido directamente a que la población de tiburones blancos descendiera, poniendo a la especie en peligro.
Como otras fobias específicas, la selacofobia puede ser tratada con hipnoterapia, terapia conductual y/o medicación. Sin embargo, en ocasiones puede dificultarse encontrar el enfoque adecuado para cada individuo.
Dentro de los famosos, hay dos casos conocidos de selacofobia, a saber, Brad Pitt y Justin Timberlake.
Foto: Tiburón – Shutterstock
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