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Extrañas enfermedades: FOP, cuerpos convertidos en hueso

Extrañas enfermedades: FOP, cuerpos convertidos en hueso

En nuestros días, con algunas píldoras, un simple tratamiento a seguir y algunos días en la cama es suficiente para terminar con numerosas enfermedades. Otras pueden requerir de algunos tratamientos más complejos, una internación o quizás una intervención quirúrgica, así como más tiempo y paciencia. Finalmente, existen otras que aunque se traten con todos estos elementos, no siempre es suficiente, lo cual despierta gran curiosidad y muchas interrogantes en el ambiente médico. Hoy te presentamos una extraña enfermedad: FOP, cuerpos convertidos en hueso

Este sí que es realmente aterrador. La FOP (fibrodisplasia osificante progresiva), cual condición mutante, consiste en una extraña y progresiva enfermedad en la cual el cuerpo entero forma una suerte de segundo esqueleto. Es una enfermedad de tipo hereditaria y autosómica dominante que, comúnmente conocida como “el síndrome del hombre de roca” (debido al aspecto resultante), hace que los músculos, los tendones y los ligamentos del cuerpo humano gradualmente se pierdan y terminen oscificando, osea, convirtiendo en hueso.

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La FOP aún es un verdadero misterio para la comunidad científico-médica, pero algunos rasgos, como dedos exageradamente grandes al nacer y un extraño bulto o especie de terrón crece en la espalda en las dos primeras décadas de vida. Según los expertos, esta condición afecta a unas 3.300 personas en el mundo entero.

Desde el siglo XIX ha habido referencias esporádicas en la literatura médica describiendo a pacientes que, aparentemente, «se volvieron como piedra». Es posible que algunos de estos casos pueda haber sido atribuible a la FOP.

Quizá el caso más conocido de FOP en tiempos modernos sea el de Harry Raymon Eastlack Jr., nacido en Filadelfia, PA en noviembre de 1933. Su condición comenzó a desarrollarse a la edad de diez años y para la época de su muerte por una neumonía en noviembre de 1973 (seis días antes de su cuadragésimo cumpleaños), su cuerpo se había osificado por completo y sólo podía mover sus labios.

Lo que hace al caso de Eastlack particularmente notable es que antes de su muerte hizo conocer su intención de donar su cuerpo a la ciencia, con la esperanza de que su muerte pueda ayudar a encontrar una cura a esta poco entendida enfermedad. Como era su deseo, su esqueleto preservado ahora reside en el museo Mütter, en el Colegio de Medicina de Filadelfia y fue una invalorable fuente de información para el estudio de esta enfermedad.

Fuente: ojocientifico | wikipedia

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