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¿Existen las personas malas? 5 banderas rojas para estar alertas, y consejos prácticos para prevenirte

¿Existen las personas malas? 5 banderas rojas para estar alertas, y consejos prácticos para prevenirte

Por Daniel Colombo / ¿Qué se esconde realmente detrás de las personas maliciosas? ¿Existe la gente mala? ¿O solamente actúan con mala intención de vez en cuando?

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En un mundo donde es fácil caer en las garras de personas con malas intenciones, es fundamental identificar varias señales estudiadas por las ciencias del comportamiento humano, para poder protegernos.

Para empezar, en la psicología se maneja un concepto llamado “la tríada oscura”. Es un trío un tanto infame por la forma de pensar y hacer, cuyo conjunto conforma rasgos de personalidad que definen lo que habitualmente se puede denominar una «mala persona».

El primer rasgo notable es el narcicismo. Tienden a centrarse en sí mismas, a fantasear con que poseen un poder ilimitado, y a necesitar la admiración de los demás. Es ese uso de poder desvirtuado el que deviene muchas veces en comportamientos maléficos hacia los demás.

El segundo es la psicopatía, una serie de trastornos en la forma de relacionarse que se caracteriza por la falta de empatía. Por eso, la persona se convierte en manipuladora, desinteresada por lo que puedan sentir los demás, y poco confiable desde todo punto de vista.

Y el tercer lugar de este clan lo completa el ser maquiavélicos. Esto implica tener permanentemente actitudes cínicas y adoptar estrategias solapadas y actuar deslealmente por la espalda, cuyo único fin es causar daño a los demás, y a la vez, creer que así se benefician sus propios intereses.

5 banderas rojas de las malas personas

Posiblemente todos conocemos a alguien en nuestras vidas que parece tener una inclinación hacia el lado oscuro de la maldad. Pero, ¿qué hay detrás de su comportamiento? ¿Qué los impulsa a actuar de manera perjudicial para los demás? Hay al menos cinco banderas rojas que nos pueden servir de alerta:

  1. Manipulación

Investigando en la psicología, aparece una de las características más prominentes de estos individuos: el comportamiento manipulador. Estas personas son expertas en el arte de la manipulación y saben cómo usarla para obtener lo que quieren. Utilizan tácticas como el chantaje emocional, la mentira, el acoso, la tergiversación de situaciones donde pasan de culpables a víctimas, y la manipulación psicológica para controlar, dominar, humillar y hasta destrozar emocionalmente a los demás.

2. Falta de empatía

Como mencioné más arriba, otra bandera roja es la falta de empatía, ya que carecen de la capacidad de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones y necesidades. A una mala persona no le importa cómo sus acciones afectan a los demás y pueden causar un daño significativo sin que se les mueva un pelo, ya que tampoco ven nada extraño en su forma de proceder.

3. Falta de sentimiento de culpa

La falta de remordimiento y de sentimiento de culpa también son señales clave. Este tipo de persona puede hacer cosas terribles sin mostrar ni una pizca de arrepentimiento.

Imagina a alguien que lastima intencionalmente a cualquiera y luego sigue adelante como si nada hubiera pasado. Esta falta de registro del daño que provoca es una señal clara de que no tiene una brújula moral calibrada socialmente, y no le importa cómo sus acciones afectan a los demás.

Para los especialistas en los procesos de la mente, la falta de remordimiento o culpa no es solo una señal de una persona «mala», sino también de un trastorno psicológico subyacente.

Algunas personas pueden tener trastornos de personalidad que afectan su capacidad para sentir remordimiento o culpa. Sin embargo, esto no significa que debamos ignorar estas señales de advertencia, ya que estas personas aún pueden ser peligrosas para los demás, que deben ser tratadas exclusivamente por la psicología y la psiquiatría.

4. Impulsividad y ausencia de autocontrol

Hay otras dos señales que va de la mano, y que indican que se puede estar frente a una mala persona: la impulsividad y la falta de autocontrol, que generalmente se manifiesta al el actuar en forma temeraria cuando consuman el acto de maldad. Es como si llegaran a un punto de éxtasis muy profundo al causar el mal a los demás.

Como tienden a actuar sin pensar en las consecuencias, pueden ser propensas a comportamientos agresivos. “No fue mi intención”, “Lo hice sin pensar”, suelen ser algunas de las excusas.

En ese contexto, la impulsividad podría interpretarse como un indicador de una predisposición hacia la maldad. Aquellas personas que son impulsivas podrían encontrarse más inclinadas a realizar actos maliciosos sin pensar en las repercusiones, lo que a su vez podría llevar a comportamientos agresivos. La falta de reflexión sobre las implicaciones éticas y morales de sus acciones podría ser un elemento distintivo en la consideración de si alguien es genuinamente malo o si se trata de una interacción más compleja entre factores psicológicos y contextuales.

Por otro lado, la falta de autocontrol puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas personas pueden tener dificultades para controlar su ira o frustración, lo que puede llevar a actos violentos o destructivos. Otras, pueden tener dificultades para controlar sus impulsos, lo que puede llevar a comportamientos irresponsables o peligrosos. Entonces, si alguien muestra consistentemente comportamientos agresivos o irresponsables debido a la falta de autocontrol, es importante tomar precauciones.

5. Comportamiento antisocial y falta de respeto por las normas

El comportamiento antisocial y la falta de respeto son dos señales claras de que alguien puede ser una persona mala. Estas personas tienden a tener poco respeto por las normas sociales y pueden actuar de manera irresponsable o perjudicial para los demás.

La forma de ser antisocial puede manifestarse de diferentes formas. Algunas personas pueden mostrar una falta de empatía hacia los demás y una marcada falta de respeto por sus derechos y necesidades. Otras personas pueden tener un historial de comportamiento delictivo, violento o irresponsable.

Cómo protegerte de las personas “malas”

En conclusión, desde la psicología y las ciencias que estudian el comportamiento humano, las personas malas sí existen, y puede ser que sus motivos radiquen en aspectos de su personalidad que necesitan ser analizados por profesionales de la salud mental.

En el caso de padecer las consecuencias de las acciones de gente mala, hay algunas medidas que puedes tomar para mantenerte en un entorno protegido y seguro.

Aquí hay algunas estrategias que puedes implementar:

  • Establece límites: No tengas miedo de establecer límites claros y mantenerlos. Ponerte firme y decir que no son parte de estas fronteras que es necesario establecer en las relaciones. Esto te ayudará a protegerte de personas manipuladoras y controladoras.
  • Confía en tu intuición: Si algo no se siente bien en una relación o interacción, confía en tu instinto. Tu intuición puede ser una poderosa herramienta para detectar a personas «malas».
  • Busca apoyo: Si crees que estás lidiando con una persona mala en tu vida, busca el apoyo de amigos, familiares o profesionales para obtener orientación y apoyo. Lo ideal es abordarlo con terapeutas y buscar su ayuda profesional.
  • Frente a sus actos, no le devuelvas más maldad: Enfrentar la maldad con más maldad solo perpetúa un ciclo destructivo. En lugar de eso, opta por mantener tu integridad y compasión. No permitas que las acciones negativas de otros definan tus respuestas.

Responde desde la fortaleza interior, manteniendo tus valores y mostrando empatía, pese a todo. Al elegir no devolver la maldad, te elevas por encima de la toxicidad y abres la puerta a la posibilidad de un cambio positivo, tanto en ti como en los demás, porque tu verdadero poder interior radica en cómo eliges reaccionar ante la adversidad.

  • Aléjate de lo que te daña: Un límite saludable para mantener tu equilibrio emocional es el de aplicar tu inteligencia emocional y alejarte de cualquier cosa que implique el más mínimo nivel de sufrimiento interno. No temas expresar tu oposición cuando algo no te parece correcto. Aprender a establecer límites y defender tus derechos es fundamental para protegerte de este tipo de personas.

Recuerda que la clave está en la conciencia y la acción. Al aprender a reconocer y enfrentar a las personas con un perfil malicioso, tomamos el control y el poder personal, y nos aseguramos de rodearnos de personas confiables, positivas y que nos ayudan a crecer en todos los aspectos de esta aventura humana llamada vida.

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