El cigarrillo es la principal causa de muerte prematura evitable. Cada año cobra la vida de cinco millones de personas en todo el mundo y en países como Argentina, 40.000 personas mueren por causas directas al cigarrillo. Por esto, y debido al alto costo que genera para la salud pública, se está incentivando cada vez más el dejar de fumar. Existen diferentes métodos y herramientas para alcanzar este objetivo, siendo lo más eficaz la combinación de varios métodos que la utilización de uno solo. Consulta a un médico si deseas iniciar un tratamiento para dejar de fumar.
1. Voluntad
Uno de los elementos más importantes para dejar de fumar es la voluntad. Prochaska y Di Clemente en 1983 hicieron una investigación en la cual estudiaron a un grupo de personas que lograron dejar de utilizar sustancias psicoadictivas. Ellos describieron cinco etapas por las cuales pasa un individuo hasta que deja de ser adicto a una sustancia. Las primeras dos etapas la denominaron como precontemplativa y contemplativa. Ellos descubrieron que en estas etapas, en las cuales la persona no quiere abandonar la sustancia adictiva, es prácticamente inútil cualquier intervención, demostrando así que lo primero que se debe tener para dejar una sustancia adictiva, como el cigarrillo, es el deseo y la voluntad de cambiar.
2. Alimentación
Es muy importante que se controle la alimentación cuando se está tratando de dejar de fumar, principalmente durante los primeros cinco días. Hay muchos alimentos y bebidas que se deberían evitar pues aumentan el deseo de fumar. Un estudio realizado por el Dr McClernon en la Universidad de Duke, Estados Unidos, demostró que existen alimentos que modifican el gusto del cigarrillo, volviéndolo más agradable o más desagradable al paladar. Las frutas, las verduras y los productos lácteos empeorarían el sabor del cigarrillo mientras que las carnes lo realzarían, por tanto, se debería evitar su consumo durante el tratamiento para dejar de fumar.
3. Bebidas estimulantes
El té, el café, las bebidas alcohólicas y los productos estimulantes cafeinados realzan el sabor del cigarrillo y aumentan el deseo de fumar según la investigación del Dr McClernon; por ello, se deberían dejar de utilizar si se quiere dejar de fumar. El no control de la ansiedad es una causa común de recaídas en aquellos que intentan abandonar el cigarrillo, por eso es fundamental disminuir al máximo el consumo de las bebidas que puedan generar y empeorar la ansiedad y el nerviosismo.
4. Actividad física
Algo que no debe faltar en la rutina diaria de una persona cuando trata de dejar el tabaco es la actividad física, ya que ayuda a eliminar la nicotina del cigarrillo por medio del sudor, disminuyendo así los deseos de fumar. La nicotina es la sustancia del cigarrillo que produce la adicción. Otro efecto importante del ejercicio es la disminución de la ansiedad y de la irritabilidad que se produce cuando se está dejando de fumar, además ayuda a controlar la presión arterial y a mantener el peso normal, que puede subir si no se controla la ansiedad.
5. Agua pura
El agua es un elemento que se debería utilizar en abundancia cuando se está tratando de abandonar el cigarrillo. Ya se comentó que la nicotina, la sustancia que produce la adicción, se elimina por la piel. Para facilitar este proceso, se debe tomar cada mañana un baño de agua caliente o tibia seguido de un baño de agua fría. La nicotina también se elimina por la orina, por tanto, es fundamental que se beba mucho líquido (agua pura o jugo de frutas naturales) para aumentar su depuración.
6. Cambio de ambiente
El cambio de rutina y de ambientes durante los días en los que se está luchando contra el cigarrillo es muy importante. Por lo general las personas siguen rutinas antes de prender su primer cigarrillo. Unos lo hacen al despertar en la mañana, otros después de beber una tasa de café, al leer el diario o al juntarse con ciertas personas. Es fundamental que se identifiquen estas rutinas y que se modifiquen lo máximo posible. Si se suele prender el cigarrillo al despertar, estos se deben dejar la noche anterior lo más lejos posible. Se debe evitar la compañía de las personas que fuman.
7. Terapia farmacológica de primera línea
Uno de los fármacos más utilizados para dejar de fumar es el bupropion, un antidepresivo atípico que ayuda a controlar los síntomas de abstinencia como el dolor de cabeza, la ansiedad y el nerviosismo. El mecanismo de acción del bupropion no se conoce del todo pero se sabe que aumenta los niveles de dopamina y serotonina. La sustancia involucrada en el control del síndrome de abstinencia seria la dopamina, la cual intervendría en los procesos cerebrales en los mismos lugares que trabaja la nicotina. Por los efectos adversos que posee, solo se debe utilizar por indicación de un médico.
8. Terapia farmacológica de segunda línea
Que unos fármacos sean de «segunda línea» significa que no son la primera elección para el tratamiento de una enfermedad, pero sí son una opción válida cuando no se pueden utilizar o hay alguna contraindicación para los fármacos de primera línea. En el caso de la cesación tabáquica la clonidina, un agonista de los receptores alfa adrenérgicos y la nortriptilina, un antidepresivo tricíclico, se encuentran en el grupo de los fármacos de segunda línea. Estas drogas son eficaces para dejar de fumar pero presentan mayores efectos adversos que los de primera línea por tanto requieren un estricto control médico.
9. Terapia de reemplazo nicotínico
Actualmente se han desarrollado muchos productos para reemplazar la nicotina del cigarrillo. Existen parches, spray nasales, tabletas sublinguales, chicles e inhaladores bucales que vienen con nicotina para controlar los síntomas del síndrome de abstinencia. No hay evidencias que demuestren diferencias entre las terapias de reemplazo nicotínico y el uso de bupropion ya que falta investigación en esta área. Al igual que la terapia farmacológica, se necesita de un médico para comenzar a utilizar estos productos.
10. Terapia grupal
Las terapias grupales son una herramienta muy eficaz para dejar de fumar, ya que si son dictadas por un profesional puede agrupar a todas las demás. Una de las terapias grupales más conocidas y efectivas es el famoso «Plan de cinco días para dejar de fumar», diseñado en Estados Unidos y promovido en Latinoamérica por las Universidades Adventistas. Un estudio realizado en la Argentina con una muestra de 281 personas demostró su eficacia. Al finalizar los cinco días del curso, 201 personas dejaron de fumar de las cuales 77 se mantuvieron sin fumar al cabo de un año. Su eficacia está asociada al sexo y al nivel de dependencia nicotínica.
Fuente: Ehow
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