A lo largo de la historia, algunos dictadores han muerto plácidamente y sus cuerpos han sido enterrados -incluso con honores-, por el mismo pueblo al que sometieron. Sin embargo, el destino no ha sido tan benevolente con otros que han muerto de la manera más despiadada: a manos del pueblo al que habían torturado, suicidándose o huyendo mientras se hundían en la miseria… Te traemos la historia y el dramático final de Trujillo, los Ceaușescu, Milošević y Noriega, cuatro dictadores que pasaron a la historia por sus macabras acciones.
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«Dios manda en el cielo y Trujillo en República Dominicana». Rafael Leónidas Trujillo
Rafael Leónidas Trujillo Molina, ‘El Jefe’ o ‘El Benefactor’, dictador de la República Dominicana cuyos 30 años de gobierno son conocidos como la Era de Trujillo, una época considerada como la más terrorífica del país insular y una de las tiranías más sangrientas de toda Iberoamérica.
Nacido en la ciudad de San Cristóbal, en el seno de una familia de pequeños comerciantes y campesinos, Trujillo tuvo una infancia relativamente tranquila y sin incidentes aunque su educación básica fue irregular y bastante limitada…
En 1907 a los 16 años de edad, Trujillo obtuvo un empleo como telegrafista, actividad que ejerció durante 3 años. Después, se dedicó junto con uno de sus hermanos al cuatrerismo, a la falsificación de cheques y el robo postal, delitos por los que fue declarado culpable y encarcelado por algunos meses.
En 1916, nuevamente se dedicó a actividades criminales y lideró a la banda de asaltantes llamada “La 42”, temida en todo el país por su violencia; sin embargo, tras la intervención estadounidense, el ejército de ocupación creó una Guardia Nacional y viendo en ello una oportunidad, Trujillo se integró en la recién fundada institución militar en 1918, siendo rápidamente promovido a segundo teniente.
El 11 de enero de 1919, fue ascendido nuevamente y prestó juramento, convirtiéndose en el teniente número quince de los dieciséis que existían entonces en la Guardia Nacional. En 1920, ya con el grado de teniente de la GN, fue sometido a un juicio militar por violación y extorsión a Isabel Guzmán, una menor de 16 años, en una iglesia; sin embargo, fue exonerado de culpa y en 1921 ingresó en la Academia Militar fundada por el ejército de ocupación en Haina, siendo designado a la jefatura de la Guarnición de San Pedro de Macorís.
Dictadores contemporáneos: Un viaje a la locura – Rafael Leónidas Trujillo
En 1922 fue trasladado al Cibao y, mientras se encontraba en San Francisco de Macorís, fue ascendido a capitán sin pasar por el grado de primer teniente, algo irregular en el escalafón militar. Este ascenso fue acompañado por la reorganización de la GN, la cual más tarde pasó a ser Policía Nacional Dominicana.
En esta época, a pesar de su formación militar, comenzaron a manifestarse sus inclinaciones políticas. En su vertiginosa carrera en la milicia, llegó al grado de mayor y cuando las tropas de EE. UU. abandonaron el país en 1924, dejaron a Trujillo a cargo…
En 1930, estalló en Santiago una insurrección contra el entonces presidente Horacio Vásquez y los rebeldes marcharon hacia Santo Domingo. Trujillo recibió la orden de someter la rebelión; sin embargo, cuando los protestantes llegaron a la capital no encontraron resistencia alguna pues uno de los ideólogos de la insurrección era el propio Trujillo.
Vásquez decidió renunciar como una salida negociada a la crisis a fin de evitar derramamiento de sangre y fue enviado al exilio…
Trujillo se convirtió en el candidato en las elecciones presidenciales de 1930 llevando a Rafael Estrella Ureña –presidente interino en aquel momento- como vicepresidente. Antes de las elecciones la candidatura opositora se retiró quedando la de Trujillo-Ureña como única opción…
Aun así, la campaña electoral se realizó bajo un clima de terror provocado por Trujillo y su banda paramilitar ‘La 42’, dirigida por el mayor del ejército Miguel Ángel Paulin. Incluso los miembros de la Junta Central Electoral se vieron forzados a renunciar, siendo sustituidos por personas que respondían a la voluntad de Trujillo, quien obviamente ganó las elecciones el 16 de mayo, oficialmente con el 45% de los votos aunque más tarde se supo que solo el 25% de los votantes acudieron a las urnas… Así empezó el primer mandato de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Tras varios intentos fallidos de sacar a Trujillo del poder, todos los miembros de la oposición quedaron en el exilio y ‘El Jefe’ tuvo carta blanca en el poder para gobernar sin partidos que se le opusieran.
Mientras, el país iba sumiéndose en un deterioro cada vez peor y en octubre de 1931 Trujillo promulga la ley de emergencia, redujo el gasto público con despidos masivos, reducción de sueldos y disminución de las importaciones…
El gobierno de Trujillo se caracterizó por el anticomunismo, la represión violenta a toda la oposición dominicana y el culto a su personalidad. Además, las libertades civiles apenas existieron y se cometieron constantes violaciones de los Derechos Humanos.
Una de las cosas que más preocupó a Trujillo durante su mandato fue la inmigración haitiana y con base en eso creó una fuerte política xenófoba.
Esto desembocó en la ‘Masacre de Perejil‘, donde el dirigente ordenó el fusilamiento de cualquier habitante de origen haitiano -aunque también fueron asesinados dominicanos de piel significativamente oscura-. Se calcula que entre 15.000 y 20.000 habitantes que vivían en la frontera de ambos países fueron asesinados a sangre fría.
Algo que hizo este suceso aún más perturbador, fue el hecho de que la madre del propio Trujillo era de origen haitiano aunque él siempre renegó de ella…
Al finalizar su primer mandato y tras recibir quejas de otros países acerca de su dictadura, Jacinto Bienvenido Peynado, uno de los hombres de confianza de Trujillo, tomó las riendas del país entre 1938 y 1942.
De esta manera se garantizó gobernar el país desde la sombra. Sin embargo, Trujillo volvió a presentarse a las elecciones de 1942 las cuales ganó, dando así inició a su segundo mandato donde tuvo que enfrentar varias huelgas por parte de la población. La gran mayoría de los dirigentes de estas huelgas se vieron perseguidos y asesinados y otros tantos en el exilio…
En mayo de 1947 se celebraron nuevas elecciones, matizadas esta vez con fuertes críticas internacionales sobre el carácter dictatorial del gobierno, lo que obligó a Trujillo a montar una ficción democrática que “ganó”, por supuesto, él mismo.
El final
El siguiente presidente títere de Trujillo, tras finalizar su segundo mandato en 1952, fue Héctor Bienvenido Trujillo: su propio hermano. Gracias a eso, el dictador siguió dirigiendo República Dominicana desde la sombra por algunos años más.
Lo cierto es que, a pesar de que Trujillo era un bastión del anticomunismo en el Caribe y era un protegido de los Estados Unidos, empezó a tener problemas con la potencia norteamericana después del genocidio de haitianos. Al mismo tiempo, mantenía relaciones tensas con parte de América Latina, especialmente con Costa Rica y Venezuela.
Estados Unidos rompió relaciones definitivamente con la dictadura dominicana en 1956 tras el secuestro del español Jesús de Galíndez, profesor de Columbia University y quien en ese entonces residía en Nueva York. Galíndez había escrito una tesis doctoral sobre la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y este, al enterarse, lo mandó secuestrar, haciéndolo desaparecer más tarde.
A partir de 1959, Trujillo comenzó a interferir cada vez más en los asuntos internos de otros países vecinos y expresó un gran desprecio por el presidente de Venezuela Rómulo Betancourt, quien era un abierto oponente del dictador.
Trujillo desarrolló un odio obsesivo y personal hacia Betancourt y apoyó numerosos planes de los exiliados venezolanos para derrocarlo. Debido a esto, el gobierno venezolano llevó el caso en contra de Trujillo a la Organización de Estados Americanos (OEA), situación que enfureció a Trujillo y ordenó a sus agentes extranjeros colocar una bomba en el auto de Betancourt.
El atentado -fallido- contra Betancourt puso a la opinión mundial contra Trujillo e, indignados, los miembros de la OEA aprobaron por unanimidad romper relaciones diplomáticas con el gobierno del dictador y cualquier país que tuviera relación con él pasó a ser una vergüenza.
El clima hostil hacia él y hacia su dictadura fue creciendo hasta que el brutal asesinato de las tres hermanas Mirabal, a finales de 1960, opositoras a la dictadura, aumentó en niveles exorbitantes el descontento popular.
Finalmente, el martes 30 de mayo de 1961, a las 21:45 horas, Trujillo fue ametrallado en una emboscada tramada por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Manuel ‘Tunti’ Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño y Huáscar Tejeda.
El Chevrolet Balair azul que conducía su chófer, recibió más de 60 impactos de bala de diversos calibres, de los cuales siete impactaron en el cuerpo del dictador dominicano. Trujillo tenía 69 años…
«Matadlos y a una fosa común, que no quede ni uno». Elena Ceaușescu, esposa y mano derecha de Nicolae Ceaușescu
Nicolae Ceaușescu, Presidente de la República Socialista de Rumania, el dirigente político más notable que gobernó Rumania durante la segunda mitad del siglo pasado debido al régimen lleno de terror y sangre que instauró en su país…
Nacido en la villa de Scornicești en Oltenia, Ceaușescu se trasladó a Bucarest con 11 años de edad para trabajar en fábricas. A comienzos de 1932 ingresó en el Partido Comunista de Rumania, entonces ilegal, y fue arrestado por primera vez en 1933 por altercados en las calles durante una huelga…
Un año más tarde, en 1934, fue arrestado nuevamente por recoger firmas a favor de unos trabajadores del ferrocarril a quienes se estaba procesando, y dos veces más por actividades similares.
Estas detenciones le granjearon la descripción de «peligroso agitador comunista» y «distribuidor activo de propaganda comunista y antifascista» en los archivos policiales.
Pasó, pues, a la clandestinidad, pero fue capturado y encarcelado en la prisión de Doftana en 1936 durante dos años por actividades antifascistas.
Mientras estuvo en prisión conoció a Elena Petrescu, en 1940, con quien se casó años más tarde y que tendría un rol fundamental en su vida política durante el resto de su carrera, pues se convirtió en su mano derecha.
En 1943 fue trasladado al campo de concentración de Târgu Jiu, donde compartió celda con Gheorghe Gheorghiu-Dej, líder comunista y futuro presidente de la república, y se convirtió en su protegido.
Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Rumania comenzaba a caer en la influencia soviética, Ceaușescu fue secretario de la Unión de la Juventud Comunista. En 1947, se convirtió en ministro de Agricultura y viceministro de las Fuerzas Armadas bajo el gobierno de Gheorghiu-Dej y más tarde fue nombrado mayor general…
Gracias a su política y discurso independiente que desafiaba la influencia de la URSS en el país y a la muerte de Gheorghiu-Dej en marzo de 1965, Ceaușescu llegó a la presidencia del Consejo del Estado, convirtiéndose rápidamente en una figura popular.
En el año 1974 asume como presidente de la República de Rumania y, junto con su esposa, se intensificó la mano dura con la que castigaban a quienes pensaban distinto, asimismo, con los medios de comunicación que se atrevían a desafiar su autoridad y decisiones…
El final
La vanidad de Ceaușescu corría a la par con la de su mujer, Elena, que ostentaba el poder con su marido a la vez que el pueblo se sumía en crisis y en una gran austeridad.
Elena decoraba su currículo científico con premios y reconocimientos a menudo extranjeros, algunos inexistentes y otros comprados, mientras Nicolae instituyó un culto a su persona, dándose a sí mismo el título de «Conducător» (conductor), teniendo incluso un cetro hecho para él.
Entre los dos manejaban los asuntos públicos como si se tratase de la actividad doméstica, con la diferencia de que sus métodos de gobierno eran cada vez más severos y la represión reinaba en el país.
La policía política rumana, la Securitate, mantuvo un firme control sobre la libertad de expresión y los medios de comunicación y no toleró la existencia alguna de oposición, lo que se fue intensificando cada vez más en la década de 1980.
En Rumania comenzó a crecer descontroladamente una deuda externa que llegó a más de 12 millones de dólares, producto de la industrialización acelerada que Ceaușescu instituyó como parte de un programa de urbanización.
Debido a la deuda, el presidente ordenó la exportación de gran parte de la producción agrícola e industrial del país, lo que trajo como resultado una enorme escasez de comida, energía y medicamentos, que provocó que la vida diaria de muchos rumanos fuera una lucha por la supervivencia…
Sin embargo, todo empezó a tomar otra forma tras la caída del muro de Berlín, pues vientos de cambio soplaban en Rumania.
El 17 de diciembre de 1989, cientos de ciudadanos cansados se manifestaron por las calles de Timisoara -oeste del país- para protestar por todo lo que ocurría, aunque el detonante fue el desahucio de Lazslo Tokes, un pastor evangélico que había sido crítico con el régimen.
Aquel 22 de diciembre Ceaușescu y Elena huyeron de Bucarest en un helicóptero pero aterrizaron cerca de Targoviște, las Fuerzas Armadas habían restringido los vuelos en el espacio aéreo de todo el país.
Luego de ser recogidos por un médico que los dejó en el camino, el matrimonio Ceaușescu fue arrestado por la policía en un control de carretera y entregado a los militares insurrectos.
El día de Navidad, Ceaușescu y su mujer fueron condenados a muerte por un tribunal militar en un juicio sumarísimo, bajo los cargos de genocidio, daño a la economía nacional, enriquecimiento injustificable -se acusó a los Ceaușescu de poseer mil millones de dólares depositados en cuentas bancarias en el extranjero- y uso de las Fuerzas Armadas en acciones en contra de civiles.
El matrimonio Ceaușescu fue ejecutado por fusilamiento en un cuartel militar en Targoviște, escena que fue transmitida en televisión nacional.
Cuando era llevado al patíbulo, Ceaușescu exclamó: «¡Viva la República Socialista de Rumanía! ¡La historia me vengará!».
«Haremos lo mismo que hicimos en Drenica en 1945 o en 1946… Los juntaremos y les dispararemos a todos». Slobodan Milošević
Slobodan Milošević, Presidente de la República Federal de Yugoslavia y de la República de Serbia, pasó a la historia por ser el primer presidente electo de Serbia, el fundador del Partido Socialista de Serbia y, además, por ser conocido como “el carnicero de los Balcanes” gracias a su atrocidad más notoria: el genocidio de albaneses en el sur de Kosovo en 1999.
Nacido en la localidad serbia de Požarevac en el seno de una familia acomodada que procedía de Montenegro, se dice que Milošević llegó a consagrarse como sacerdote ortodoxo sin llegar a ejercer.
Sus padres se quitaron la vida cuando era adolescente y, en 1953, se afilió a la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, nombre con el que se conoció al Partido Comunista de Yugoslavia a partir de 1952. Estudió Derecho en la Universidad de Belgrado, licenciándose en 1964.
A partir de aquel momento Milošević inició su actividad profesional en la administración de la República Socialista de Serbia, y más concretamente en el Ayuntamiento de Belgrado, primero como asesor del alcalde y luego como jefe del servicio de información municipal.
https://culturizando.com/horrores-humanos-slobodan-milosevic-e/
En 1968 se pasó al mundo empresarial, en el que ocupó puestos de responsabilidad en la empresa autogestionaria, característica del régimen económico yugoslavo, basado en el llamado socialismo autogestionario.
Comenzó a trabajar en la compañía energética estatal Technogas, en donde fue nombrado director general en 1973; diez años después accedió a la dirección del mayor banco de Yugoslavia, el Banco Unido de Belgrado.
En 1980, Milošević comenzó a abrirse paso en el mundo de la política y, aunque aparecía como un hombre de carácter introvertido, en menos de siete años fue elegido presidente de la República Socialista de Serbia, mediante la manipulación, las mentiras y una silenciosa pero desmedida ambición de poder que sorprendió a todos.
El final
El 28 de junio de 1989, en plena efervescencia nacionalista, Milošević se presentó en el escenario de la Batalla de Kosovo, en el 600º aniversario de la derrota contra los turcos, donde, ante una multitud de un millón de personas, pronunció el célebre ‘Discurso de Gazimestán’, una exaltación nacionalista que trajo graves consecuencias futuras y que muchos analistas consideran el «pistoletazo de salida» a las guerras yugoslavas…
En este contexto pactó con el entonces presidente de Croacia, el Acuerdo de Karađorđevo para el reparto de Bosnia entre serbios y croatas. Además, desde su nueva posición de poder, decidió anular todas las concesiones autonómicas a Kosovo y modificar la Carta Magna para conceder más poder ejecutivo al presidente.
A pesar de que en la oposición, algunas voces empezaron a elevarse contra la amenaza nacionalista (Círculo de Belgrado), el 20 de diciembre de 1992, Milošević es de nuevo reelegido como presidente, esta vez en elecciones con sufragio universal directo.
A principios de los 90, el populista presidente se ganó el apodo de “el carnicero de los Balcanes”, al iniciar la sangrienta desintegración de Yugoslavia: Milošević exaltó el agazapado nacionalismo de su pueblo emprendiendo la espeluznante guerra en Bosnia, tres años de limpieza étnica con 250.000 civiles muertos, miles de desaparecidos y al menos 12.000 violaciones…
La atrocidad más notoria fue el genocidio de albaneses en el sur de Kosovo en 1999. Docenas de hombres mujeres y niños fueron masacrados y los cuerpos habían sido mutilados post mortem. Les habían sacado los ojos, había cabezas reventadas y algunas de las víctimas habían sido decapitadas…
El mundo estaba horrorizado y Milošević fue acusado de crímenes de guerra por Las Naciones Unidas. En octubre del 2000, el mismo pueblo que lo puso en el poder, lo derrocó: en las elecciones de aquel año resultó castigado; no obstante, él se negó a aceptarlo y anuló las elecciones.
Las protestas en el país comenzaron… y sin titubear, Milošević ordenó sacar los tanques a la calle para aplastar a su propio pueblo; sin embargo, la orden no fue obedecida por sus oficiales por el riesgo de provocar una guerra civil… Al día siguiente miles de personas asaltaron el Parlamento y le prendieron fuego.
El candidato Vojislav Kostunica subió al poder y 8 meses más tarde las autoridades serbias entregaron a Milošević al tribunal de La Haya, donde se inició un proceso legal en el que se le acusaba de crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio.
Milošević fue hallado muerto en su celda el 11 de marzo de 2006, en el centro de detención del tribunal penal en Scheveningen, en la ciudad neerlandesa de La Haya. El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia dijo que padecía del corazón y su presión sanguínea era más alta de lo normal.
«Quieran a Noriega que lo que viene es peor». Manuel Antonio Noriega
Manuel Antonio Noriega Moreno, Líder Máximo de la Liberación Nacional de Panamá, uno de los últimos hombres fuertes latinoamericanos del siglo XX que, aunque nunca ostentó el título de presidente de la república panameña, muy poco se hacía en el país sin su autorización previa.
Nacido en la provincia de Darién y abandonado a muy temprana edad por su madre, Noriega optó por la carrera militar ya que su familia adoptiva no podía costear los estudios de medicina a los que aspiraba.
Tuvo su formación militar en la prestigiosa Escuela Militar de Chorrillos, en Lima – Perú, graduándose como Subteniente del arma de ingeniería, fue ahí donde se dice fue reclutado por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) como informante.
A su regreso a Panamá, en 1962, ingresó a la Guardia Nacional (GN) y a los pocos años ya ostentaba la comandancia de la zona militar de Chiriquí, en el occidente del país, donde muchos historiadores creen que comenzó a trabajar con el Cartel de Medellín.
En 1968 formó parte del golpe de Estado dado por Omar Torrijos Herrera. Gracias a ese suceso, su lealtad se vio recompensada con su nombramiento como Teniente Coronel y nombrado Jefe del Servicio de Inteligencia G2, lo que en la práctica lo convirtió en el segundo hombre más poderoso de Panamá.
En 1972 Torrijos Herrera llamó a una asamblea constituyente y se autoproclamó “líder máximo de la revolución panameña”. Su gobierno fue de un carácter populista representado por una parte en la redistribución de tierras, construcción de escuelas y obras públicas, y una política económica liberal que convirtió a Panamá en un centro bancario internacional, y por otra en la persecución implacable de la oposición.
Durante esos años, la relación de Noriega con la CIA se consolidó, a la vez que comenzaban a correr rumores vinculándolo con el tráfico de armas, el crimen organizado y los carteles de drogas; además, lo responsabilizaban por la tortura y desaparición de opositores al régimen militar.
Torrijos trabajó con Estados Unidos durante su mandato. En 1977 firmó el tratado Torrijos-Carter que establecía la neutralidad del Canal de Panamá y básicamente le dio legalidad a la presencia norteamericana en el país, a cambio del retorno de la propiedad del canal en 1999; además, una de las condiciones principales de EE. UU. era que se instaurara una democracia en el país centroamericano.
Todo esto cambió en 1981 cuando Torrijos murió en un extraño accidente aéreo, que se cree, fue arreglado por la CIA. Después de aquel día, y gracias a su cercanía con Estados Unidos, Noriega llegó finalmente al poder en 1983…
El final
A cambio de que Noriega extendiera el rango de operaciones de las fuerzas americanas en la región y sirviera de frente al movimiento izquierdista en Centroamérica, Washington no tuvo reparos en hacerse de la vista gorda ante el aumento de la represión de los opositores al régimen y los cada vez más numerosos indicios de su relación con otros servicios de inteligencia y el narcotráfico…
Sin embargo, cada vez eran más las denuncias contra Noriega, quien se defendía de ellas tachándolas como maniobras de aquellos que querían desprestigiar a las autoridades panameñas.
En 1984, tras el fraude electoral elaborado por Noriega donde resultó como “ganador” su propio candidato Nicolás Ardito Barletta Vallarino, el opositor al régimen Hugo Spadafora, anunció su regreso a Panamá acusando a Noriega de tener pruebas de sus lazos con el narcotráfico.
No obstante, Spadafora fue raptado misteriosamente en la frontera con Costa Rica y su cuerpo apareció decapitado y metido en sacos del servicio postal.
En junio de 1987, Roberto Díaz Herrera, exjefe del Estado mayor del ejército panameño, dio una entrevista a un diario local donde acusó a Noriega de haber planeado la muerte de Torrijos en 1981, además de haber orquestado un fraude electoral en 1984 y ordenado la decapitación del líder opositor Hugo Spadafora.
Aquello, junto a las acusaciones por narcotráfico, hizo insostenible el apoyo estadounidense y se originaron múltiples manifestaciones de protesta en Panamá que fueron duramente reprimidas por Noriega, quien además suspendió las garantías constitucionales.
La crisis económica se tornó cada vez más desesperada en Panamá, y el descontento se fue haciendo cada vez mayor, mientras que Noriega reprimía a la población sin ningún reparo: los manifestantes eran golpeados salvajemente, encarcelados y muchos inclusive asesinados por los grupos grupos paramilitares y por las fuerzas armadas.
Estados Unidos reaccionó demandando la salida de Noriega del poder, quien además fue acusado en tribunal federal estadounidense por sus vínculos con el Cartel de Medellín. Sin embargo, el “hombre fuerte” respondió aumentando la represión contra su pueblo y adoptó un discurso cada vez más violento y antiestadounidense…
En mayo de 1989 se realizaron elecciones y el candidato de Noriega perdió contra la oposición de forma indiscutible. No obstante, las elecciones fueron anuladas, las caravanas de celebración de la opción fueron reprimidas brutalmente y meses después, el general Noriega abolió la constitución y se proclamó a sí mismo Jefe de Gabinete de Guerra para luego declarar la guerra a Estados Unidos.
No obstante, a cinco días después de esta acción, el 20 de diciembre de 1989, 24.000 soldados norteamericanos invadieron Panamá con la alegación de «proteger las vidas de los ciudadanos estadounidenses presentes en el país, defender la democracia y los derechos humanos, combatir el narcotráfico y asegurar la futura neutralidad del canal», capturando al general Noriega quien fue llevado ante los tribunales estadounidenses marcando el fin de la dictadura militar en Panamá…
Noriega fue sentenciado a 40 años de cárcel en EE. UU., que luego fueron reducidos a 17 por buena conducta; además, en el 2010 fue extraditado a Francia, donde se le condenó a siete años de cárcel también por delitos vinculados al narcotráfico y lavado de dinero.
Sin embargo, el gobierno francés decidió autorizar su retorno a Panamá, donde fue recibido con una pena de más de 60 años por asesinatos y desapariciones durante su régimen, condena que cumplía cuando fue diagnosticado con un tumor cerebral…
El 29 de mayo de 2017, Manuel Antonio Noriega, murió como lo han hecho pocos dictadores latinoamericanos del pasado siglo: condenado por la justicia…
Con información de: BBC | La Vanguardia | El País | Biografías y Vidas | History Chanel | El Mundo | Notimérica | Gaceta |
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Autor:
Diana Fernandes