Al gran Charles Chaplin apenas le dejaron descansar en su tumba un par de meses después de su fallecimiento… ¿Conoces la historia del secuestro del cuerpo de este gran actor?
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¿Quiénes fueron los responsables del secuestro?
Los ladrones fueron dos mecánicos de automóviles de nacionalidad polaca (Roman Joseph Wardas, de 24 años) y búlgara (Gandscho Ganev, de 38). La idea de robar el cadáver de Chaplin se les vino a la cabeza al leer la noticia de que la policía italiana había recuperado en Bari el ataúd y el cuerpo sin vida de Salvatore Matarrese, padre de un importante senador.
Los dos hombres querían ganar dinero de manera fácil, pero sin realizar actos violentos, así que vieron en el secuestro de la tumba de Chaplin la oportunidad perfecta, ya que este había dejado una herencia que, según ABC, estaba por encima de los 25 millones de dólares.
Una tragicómedia
Para desgracia de los ladrones, quienes entraron al cementerio suizo y huyeron con el ataúd en la madrugada del 1 al 2 de marzo de 1978, la viuda de Chaplin no tenía intención de pagar una moneda por el rescate de la tumba y los restos de su marido. Oona OŽNeill afirmó: “Charlie lo hubiera encontrado ridículo”
No obstante, hallar a los culpables no era fácil. Como evidencia la policía solo había encontrado huellas de pisadas que se dirigían hacia la puerta del cementerio y marcas de las ruedas de un carro.
En los primeros días la familia recibió muchas llamadas de extraños quienes pedían dinero y afirmaban tener el cadáver. Wardas y Ganev también llamaron, exigiendo cifras increíbles para entregar el cuerpo, sin embargo, estos llegaron a enviar fotos que probaban que el ataúd estaba en su poder.
La primera cifra ascendía los 600 mil dólares, después fue rebajada a 500 mil dólares, no obstante, Oona OŽNeill no tenía interés en negociar tales sumas. Los ladrones, desesperados, se conformaron con 100 mil dólares y volvieron a llamar para cerrar el trato.
El rescate
Oona OŽNeill informó de ello a la policía; el 16 de mayo los secuestradores llamaron para obtener una respuesta definitiva, pero les tendieron una trampa. La policía suiza colocó un equipo de vigilancia sobre 200 teléfonos públicos de la ciudad de Lausanne y sus alrededores. Así lograron atrapar a Wardas en una de las cabinas y, horas luego, a Ganev.
Los secuestradores confesaron el escondite del cadáver, este se encontraba enterrado a pocos kilómetros del cementerio de Corsier-sur-Vevey en un campo de maíz. Tras varios días de lluvia el trigo cubrió el lugar de la tumba. Irónicamente, el paisaje era muy bello, la viuda de Chaplin incluso comentó que era una pena sacarlo de ahí.
A pesar de ello tuvieron que sacarlo para enterrarlo en su lápida original, la cual cubrieron de hormigón, en vez de tierra, por si a alguien se le ocurría robarlo nuevamente.
Con información de: ABC / El país
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Autor:
Yury Caraballo
