Por Crónicas de Ares | Tras la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial, la capital del antiguo reich, Berlín, quedó dividida entre aliados y soviéticos. Para acceder a la zona aliada, había que cruzar territorio ocupado por los rusos. Reformas económicas que se produjeron en junio de 1948 desencadenaron en un bloqueo de vías de acceso por parte de la Unión Soviética a la Berlín aliada. La tensión mundial por el estallido de una Tercera Guerra Mundial se elevó. Aliados y soviéticos vivieron en vilo una situación de conflicto que se solucionó con un puente aéreo. Aquí explicamos cómo el bloqueo de Berlín se convirtió en la primera gran crisis de la Guerra Fría.
La crisis de Berlín o el bloqueo de Berlín, fue el primer gran conflicto de la Guerra Fría. Los acuerdos interaliados tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial habían estipulado que la antigua capital del Reich, así como el resto de Alemania sería ocupada y administrada provisionalmente por las tropas aliadas. En efecto, en el Comunicado Final de la Conferencia de Yalta, el 11 de febrero de 1945, se establecía la partición de Alemania y Berlín, atribuyéndose las zonas de ocupación según avance de las tropas aliadas en territorio alemán.
La Conferencia de Potsdam celebrada entre el 17 de junio y el 2 de agosto de 1945, ratificó la partición de Alemania entre las cuatro potencias vencedoras. Berlín no era considerado parte de Alemania, ni de la occidental ni de la oriental, sino que se encontraba oficialmente bajo el régimen de las cuatro aliados victoriosos de la Segunda Guerra Mundial. Los soviéticos ocupaban un gran sector de la parte oriental de la ciudad, los norteamericanos tenían un sector en el sur, los británicos en el oeste y los franceses en el norte. En estas circunstancias, Berlín había sido dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba situada en el corazón de la zona de ocupación soviética.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia se hicieron cargo de la ocupación de la Alemania Occidental; mientras que la Unión Soviética ocupó la oriental. En este punto se debe recordar la situación de Polonia frente a los territorios alemanes. Este país extendió su frontera hacia el oeste sobre territorio alemán, pero no como país ocupante, sino que concretamente se produjo el desplazamiento de su frontera. Los aliados occidentales con reticencias aceptaron en Yalta y Potsdam esta nueva frontera de forma provisional hasta que se firmara un tratado de paz con Alemania.
Las crecientes discrepancias entre los antiguos aliados hicieron de la cuestión de Berlín uno de los temas clave de la Guerra Fría. Abandonadas las negociaciones para acordar un status político común para Alemania, los representantes de EE.UU., Gran Bretaña y Francia se reunieron y firmaron los Acuerdos de Londres entre abril y junio de 1948 para iniciar un proceso constituyente en sus zonas de ocupación.
El 18 de junio de 1948, los aliados occidentales dieron un paso más, creando una nueva moneda para sus zonas de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos reaccionaron aplicando una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que consideraban parte integrante de la zona soviética.
Reanimada en parte por las inversiones del Plan Marshall, la economía alemana occidental estaba en condiciones de independizarse de su deprimida contraparte oriental, que debía pagar la pesada carga de la reconstrucción de Europa Oriental. El cambio de moneda impediría así el intercambio comercial entre los estados del oeste y del este, que hasta entonces habían venido manteniendo un comercio bastante informal, vital para las zonas del este. La URSS rehusó que su zona de ocupación utilizara la moneda impuesta por las potencias occidentales, en tanto ello privilegiaría la situación económica de las zonas occidentales, sujetas a reactivación económica y estaba libre de la imposición de «indemnizaciones de guerra» que gravaba toda la economía de la zona oriental.
Cuando los occidentales trataron de introducir el Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín, las protestas soviéticas se tornaron en actos: se inició el Bloqueo de Berlín. Mediante la interrupción de toda comunicación terrestre entre las zonas de ocupación occidentales y Berlín occidental. Como señala Charles Zorgbibe, el 24 de junio, con el pretexto de restaurar algunos puentes sobre el Elba, queda suspendida la circulación en la autopista, los ferrocarriles y los canales que unían Berlín con la Alemania del oeste.
El factor principal que permitió que se llevara a cabo el bloqueo de Berlín por parte de la Unión soviética estuvo dado, esencialmente a partir del hecho que entre las cuatro potencias ocupantes nunca se habían negociado acuerdos acerca del acceso a Berlín, no se habían convenido explícitamente los mecanismos de paso.
El día 23, la autoridad soviética anunció su propia reforma monetaria para su zona de ocupación con la introducción del Ostmark, moneda que se iba a extender a todas las zonas de Berlín. Los poderes occidentales protestaron por la sobreextensión de la autoridad soviética por lo que extendieron su Deutsche Mark a sus zonas en occidente, aunque reconocieron la circulación de los marcos del este. Por la tarde de ese mismo día 24, las autoridades soviéticas establecieron un bloqueo total por carreteras, ferrocarriles y ríos, y de la energía; aunque oficialmente la clausura de esas rutas se adjudicaron a razones técnicas, el propósito era que las potencias occidentales abandonaran las zonas occidentales de Berlín. Se ordenó a las tropas soviéticas cerrar el paso a especuladores con el control de mercancías y pasajeros de todos los accesos terrestres a Berlín Occidental. Los soviéticos pidieron que se les encargara de todo el abastecimiento de la zona occidental, a lo que las tropas de ocupación occidentales se negaron. La población de Berlín Occidental comprendía unos dos millones de habitantes, y no podía sobrevivir mucho tiempo sin comestibles, carbón y otros bienes de importación. Pronto habrían tenido que rendirse, aceptando registrarse en la administración de racionamiento de Berlín Oriental y consintiendo así, tácitamente, en formar parte de la zona soviética de Alemania
Según la perspectiva soviética, las razones del bloqueo se explican esencialmente a partir de la conducta de las potencias occidentales, al poner fin a los acuerdos de Potsdam, referidos al control cuatripartito de Alemania. Esta situación se habría manifestado en la aplicación de la reforma monetaria llevada a cabo separadamente en junio de 1948. El 20 de junio se anunció inesperadamente la reforma monetaria separada en las tres zonas occidentales, preparada secretamente.
Los viejos marcos alemanes, desvalorizados fluyeron inmediatamente a Alemania Oriental, creando el peligro de causar enorme daño a la economía de esta zona. Ante ello las autoridades soviéticas tuvieron que adoptar medidas urgentes. Con el objeto de cerrar el paso a los especuladores se instauró el control de mercancías y viajeros procedentes de Alemania Occidental. La administración militar soviética dispuso que se le encargara de todo el abastecimiento de Berlín Occidental, en lo que a víveres se refería, para que la población no sufriera privaciones. Pero las autoridades de ocupación occidental se opusieron a ello.
La primera idea de los aliados occidentales consistió en llevar los bienes necesarios por un convoy armado a Berlín, pero el plan no se ejecutó puesto que tales actividades suponían legalmente una invasión armada de la URSS, lo que podía dar lugar a una guerra. En su lugar, el comando aéreo de Estados Unidos decidió abastecer la ciudad por vía aérea a través de los tres corredores aéreos legalmente establecidos. El puente aéreo de Berlín (en alemán: Berliner Luftbrücke) se inició el 25 de junio de 1948, con el aterrizaje del primer avión de carga C-47 en el aeropuerto Tempelhof, en Berlín.
Los norteamericanos, con una pequeña ayuda británica, organizaron un puente aéreo que durante once meses y mediante más de 275.000 vuelos consiguió abastecer a la población sitiada. Al mismo tiempo, la Casa Blanca hacía saber al Kremlin que no dudaría en usar la fuerza para hacer respetar los “corredores aéreos” que unían Berlín con la Alemania occidental. En este momento la crisis de Berlín se convierte en un típico conflicto de la Guerra Fría. En él, ambas partes midieron su fuerza y decisión. Los soviéticos midieron la voluntad occidental, mientras que los EEUU dieron prueba de firmeza. La ciudad quedaba así aislada. Para auxiliar a sus habitantes sólo podían utilizarse los tres corredores aéreos existentes.
Rehusaron abandonar Berlín, pero no hicieron ningún gesto directamente agresivo contra la URSS. En efecto, este tipo de ofensivas y reacciones se seguirá repitiendo durante toda la Guerra Fría. Cada una de las partes barajó un conjunto de riesgos calculados, procurando dar pie atrás cada vez que el riesgo de un conflicto abierto y directo estuvo próximo a suscitarse.
El plan era arriesgado porque unas cuatro mil toneladas de suministros al día parecían imposibles mediante vía aérea, pero el número de aviones implicados en el puente aéreo creció constantemente. Los estadounidenses tuvieron que ser asistidos por el resto de sus aliados, pues también aviones británicos y franceses asumieron algunas misiones de vuelo. Por año, fueron 200 000 vuelos, con 4700 tm diarias.
Los primeros resultados de julio y agosto fueron decepcionantes, pero poco después los aliados occidentales establecieron un sistema de desembarque, mantenimiento de aviones y mejoramiento de pistas de aterrizaje en colaboración con los berlineses del oeste, por lo cual en septiembre de 1948 el puente aéreo resultó plenamente eficiente, suministrando adecuadamente con alimentos, combustible, productos de consumo, e inclusive maquinaria pesada (dividida en piezas), a la población de Berlín Occidental.
Al cabo de unos meses, Berlín recibía unos novecientos vuelos cada día que la abastecían con más de nueve mil toneladas diarias de bienes. La propaganda estadounidense mostró así que el bloqueo impuesto por la URSS resultaba inútil; por su parte, la propaganda soviética afrontaba dificultades para explicar que EE. UU. y sus aliados pudieran suministrar a Berlín Occidental con toda clase de productos, inclusive de una manera más eficiente que el régimen soviético en Berlín Oriental, que tenía todas las fronteras abiertas.
El invierno boreal que empezó en noviembre de 1948 causó serias dificultades al suministro, y en diciembre aumentaron los problemas para continuar los vuelos. La URSS consideró que la llegada del invierno mostraba la imposibilidad de sostener el puente aéreo todos los meses del año, pero la situación cambió en enero. Para sorpresa de ambos bandos, el frío permitió vuelos en cantidad suficiente desde los primeros días de 1949, motivando inclusive migraciones de berlineses orientales, deseosos de beneficiarse de la administración del lado occidental.
El puente aéreo estaba cercano a cumplir casi un año, periodo que había supuesto también un gran esfuerzo financiero a los aliados occidentales, que esperaban urgentemente una ocasión para ponerle fin, aunque el Gobierno soviético mantenía cortadas las comunicaciones terrestres con Berlín.
Mientras tanto el Gobierno de la Unión Soviética podía apreciar que el bloqueo no llevaba a los resultados esperados, pues la población de Berlín Occidental mostraba ahora más adhesión que nunca a los EE. UU. y sus aliados, mientras la URSS y su régimen se hacían muy impopulares, sobre todo en Berlín Este. Para colmo, el hecho de que los estadounidenses y británicos hubieran sostenido el suministro de modo exitoso durante tantos meses era un triunfo de la propaganda «pro-occidental» inclusive entre los alemanes de Berlín Oriental, que disfrutaban de un menor nivel de vida que sus vecinos occidentales pese a no ser víctimas del bloqueo. El propio éxito del puente aéreo se tornó así en una humillación para la propaganda soviética, por lo cual el régimen de Stalin ordenó levantarlo unilateralmente el 12 de mayo de 1949.
Stalin levantó el bloqueo de Berlín. Pero la división definitiva de la ciudad ya había comenzado a tomar forma. El 8 de mayo de 1949 se adoptó la ley fundamental de la futura República Federal de Alemania. Esta constitución estableció un sistema liberal democrático y contó con el visto bueno de las potencias occidentales. En Septiembre de aquel mismo año, Konrad Adenauer fue elegido su Canciller. Por su parte, la URSS, respondió el 7 de octubre de 1949, con la proclamación de la constitución de la República Democrática de Alemania, un estado creado siguiendo el modelo de las democracias populares. Terminada la crisis, la indefinición respecto de la autoridad legal acerca del acceso a Berlín siguió siendo igual de indefinida, ya que nunca se llevaron a cabo acuerdos entre las partes.
Imagen portada: Shutterstock
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