La primera vez que el mundo conoció la capacidad de la energía nuclear, fue en 1945 con el empleo de dos bombas americanas en suelo japonés. Pero esto fue solo el inicio de una carrera radioactiva que ha pueso a la humanidad en riesgo de desaparecer varias veces, sin embargo no todos los accidentes nucleares han ocurrido en plantas de energía, hay un accidente menos conocido, producto de la irresponsabilidad humana, este es el accidente contaminación radiactiva en el centro de Brasil, en Goiânia, capital del Estado de Goiás.
El incidente sucedió el 13 de septiembre de 1987, el cual ocasionó la muerte a 5 personas e hirió a otras 249 a causa del envenenamiento por radiación., debido a la manipulación de una fuente radiactiva médica en desuso robada de un hospital abandonado.
Lo curioso de este accidente es que ocurrió fuera de una instalación nuclear, y aún así es uno de los peores accidentes de la historia.
El hecho sucedió cuando dos recolectores de basura ingresaron a un hospital abandonado y encontraron una máquina, a la cual comenzarían a desmontar, sin conocer realmente de que se trataba. La maquina resultaba ser una unidad de radioterapia utilizada para los tratamientos contra el cáncer, que además llevaron a su casa.
El proceso de desmontaje se hizo con unos destornilladores con la que abrieron una pesada caja de plomo dentro de la maquina en la que vieron un pequeño cilindro el cual contenía 19 gramos de cesio altamente radioactivo.
Una vez toman esta cápsula, la venden a un depósito de chatarra y dos días ambos hombres comenzaron a sufrir vómitos, diarrea, mareos y una mano hinchada, los cuales se diagnosticaron como algún tipo de reacción alérgica causada por comer alimentos en mal estado.
Tres días más tarde, el dueño del depósito, nota que de la capsula emanaba un brillo azul, pensó que se trataba de algo valioso y la llevó a su casa invitando a sus amigos y familiares a que observaran el extraño objeto.
Este extrajo algunos fragmentos del raro material del tamaño de arroces, que se desmenuzaban fácilmente en polvo. Dicho polvo se repartió entre los seres queridos, ocasionando enfermedades en muchas personas, todos con los mismos síntomas: diarrea, vómitos, fiebre alta y pérdida de cabello.
Por intuición la esposa del propietario del depósito de chatarra, sospechó que la capsula era la causante de todo, la cual decidió llevar a un centro de salud del gobierno local. Muchos médicos comenzaron a considerar la idea de envenenamiento por radiación y se comunicaron con un físico para que estudiara la capsula, el cual gracias a un detector de radiación logro comprobar que existía indicios de radiactividad en el polvo, la capsula, el depósito de chatarra, la casa y todos los espacios en donde había estado.
El físico alertó a las autoridades con la intención de detener la contaminación y evitar el pánico. Pero el rumor se expandió ocasionando el temor colectivo. Seguidamente, se comenzó un proceso de descontaminación en el que se examinaron a más de 100.000 personas, encontrando 249 con niveles significativos de material radioactivo en sus cuerpos.
La primera victima fue una niña de 6 años que jugó con el polvo e incluso ingiero un poco, muriendo de septicemia y sepsis un mes después de su exposición al cesio. Por su parte, el depósito de chatarra y decenas de casas fueron demolidas.
Cientos de objetos, desde refrigeradores a sofás, calles enteras, vehículos, incluso árboles y animales fueron destruidos y desechados como residuos nucleares. muchas víctimas se salvaron por el tratamiento que recibieron en el hospital.
Y en 1996, cinco personas conectadas con la clínica abandonada en la que se encontró la máquina de radioterapia fueron condenadas a tres años y dos meses de prisión por homicidio.
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