Harris Glenn Milstead, mejor conocido como «Divine», fue uno de los íconos más influyentes para la cultura drag, al punto de ganarse el apodo «drag queen del siglo», por la revista People, e inspirar el estilo de Úrsula, una de las villanas más emblemáticas de Disney.
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Divine, un ícono de la contracultura estadounidense
Antes de convertirse en la emblemática Divine, Harris Glenn Milstead nació el 19 de octubre de 1945 en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. En el transcurso de su carrera musical y durante el auge del cine independiente de su colaborador y amigo de la infancia, el realizador John Waters, Divine participó en un gran número de notables películas que, con el paso de los años, abrieron paso a que el movimiento drag se introdujese, paulatinamente, en el mainstream de la cultura estadounidense.
“No soy un imitador de mujeres, soy un actor”
Divine
Cintas como Pink Flamingos (1972), Female Trouble (1974), Polyester (1981) y Hairspray (1988), todas bajo la dirección de John Waters, configuraron una fascinante dinámica en la escena artística de la época. Waters, un transgresor cineasta de culto, y Divine, dispuesta a dar vida a todos sus extravagantes personajes. Para Waters, Divine era «la mujer más hermosa en el mundo, casi».
Úrsula y el “renacimiento” de Disney
A finales de la década de los 80, Disney preparaba la adaptación del clásico La sirenita, de Hans Christian Andersen (publicado en 1837). Se trataba de la primera vez, al menos en 30 años, desde La bella durmiente (1959), que el estudio decidió retomar la idea de llevar a la gran pantalla clásicos de la literatura.
Durante los primeros estudios de los personajes, los animadores del estudio se dedicaron a evaluar las distintas personalidades y estilos que podrían dar vida a Úrsula, la antagonista de la cinta. Pero, a pesar de los esfuerzos, ninguna de las opciones era tan fascinante como lo esperaban.
No fue sino hasta el momento en que el dramaturgo y letrista Howard Elliott Ashman, quien había nacido en Baltimore, decidió acercarse a Rob Minkoff, el animador detrás de la construcción de Úrsula, y enseñarle algunos bocetos que había dibujado, inspirándose en la figura, la personalidad, y la esencia de la drag queen más influyente del momento, Divine.
Consecuentemente, las cejas altas, maquilladas y puntiagudas, el brillante azul en los párpados y los gruesos labios rojos, acompañaron al desafiante cabello blanco, a una figura ancha y curvilínea en un vestido negro ajustado. Era Úrsula, y al mismo tiempo, Divine.
La sirenita se convirtió no solo en un rotundo éxito comercial, sino que significó, indudablemente, una nueva etapa para el futuro de la animación de Disney. La película fue estrenada en 1989, y un año siguiente, en la ceremonia de los Premios Oscar, fue galardonada en la categoría de Mejor Banda Sonora, gracias a la extraordinaria música de Alan Menken y a las letras de Howard Ashman.
Desafortunadamente, el ícono drag no podría haber pensado siquiera en que su talento inspiraría a uno de los personajes más emblemáticos de una compañía tan tradicional como Disney. Divine falleció un año antes del estreno de La sirenita, a los 42 años, el 7 de marzo de 1988, luego del estreno de su última película, Hairspray.
Con información de: The Vintage News/ Milenio / IMDb / Foto: Wikimedia
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Autor:
Gabriela Herrera
