Juana I de Castilla, mejor conocida como Juana “la Loca”, logró ser reconocida como reina de Castilla, de Aragón y posteriormente de Navarra. Sin embargo, perdió todo su poder por supuestamente poseer una enfermedad mental, viviendo encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre Fernando el Católico y después por orden de su hijo el rey Carlos I.
Con información de PlayBuzz
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