Por Cosas Muy Importantes | ¿Fue Erzebeth Bathory la asesina en serie más prolífica de la historia con 650 muertes?, ¿quién fue Griselda Blanco conocida como “la madrina de la cocaína”?, ¿Delphine LaLaurie fue una sádica torturadora de esclavos o más bien la víctima de una conspiración? ¿Sabes la siniestra razón del por qué a Leonarda Cianciulli se le conoce como «la jabonera de Correggio”? En este episodio de Cosas Muy Importantes hablamos de Mujeres Asesinas, porque la maldad no tiene nacionalidad, ideología, edad… y tampoco género.
Erzebeth Bathory, la Condesa Sangrienta
La condesa Erzsébet Báthory de Ecsed, fue una aristócrata húngara, perteneciente a una de las familias más poderosas de Hungría. Ha pasado a la historia por haber sido acusada y condenada de ser responsable de una serie de crímenes motivados por su obsesión por la belleza que le han valido el sobrenombre de la Condesa Sangrienta: es la mujer que más ha asesinado en la historia de la humanidad, con 650 muertes. Uno de sus antepasados fue Vlad Tepes, ‘El Empalador’ y según algunos historiadores, fue descendiente de Atila, el último y el más poderoso caudillo de los hunos.
Erzsébet o Elizabeth fue una mujer de gran belleza y apariencia delicada y frágil, obsesionada con el esoterismo, de gustos sexuales ambiguos, y perteneciente a una de las familias húngaras más ricas de la época. Entre sus fechorías se encontraba la de realizar famosos ‘baños de sangre’ que, según creía, le mantendrían joven y bella por toda la eternidad.
Actualmente, se desconoce el número de víctimas de Elizabeth Báthory. El número 650 que es posiblemente el más conocido no fue la cifra oficial que se dio en ese entonces porque solamente encontraron suficiente evidencia para 80 víctimas, número oficial que se usó en el caso. Aunque se cree que es posible que el número real de victimas si fuera uno más cercano a 650 que a 80.
El impacto de los crímenes Elizabeth Báthory fue tan grande en Hungría que incluso por un tiempo era ilegal decir su nombre. Pero, ahora en día, Elizabeth Báthory es mejor conocida como “La Condesa Sangrienta” o “La Condesa Dracula” y posiblemente será recordada por siempre como una de las mujeres más malvadas de la historia.
Griselda Blanco, la madrina de la cocaína
Ana Griselda Blanco Restrepo, conocida por sus alias de «La viuda negra» o «La madrina de la cocaína», fue una narcotraficante y criminal colombiana. Integró la cúpula del Cartel de Medellín y fue pionera del tráfico de cocaína y el crimen en Miami durante las décadas de los 70 y 80, siendo patrocinadora y mentora de Pablo Escobar en sus inicios con el narcotráfico, y controlando las redes de distribución en esa ciudad.
Su alias más popular, «La Viuda Negra», se debe a que estuvo casada varias veces y fue sospechosa de haber causado las muertes de sus esposos. Fue así mismo considerada una de las mujeres más ricas del mundo en su momento.
Operando impunemente durante dos décadas, fue encarcelada en 1985 por el asesinato de dos narcotraficantes cubanos, y recuperó su libertad en la década de los 2000 luego de hacer un trato con el FBI, siendo junto con los hermanos Ochoa y Carlos Ledher los únicos capos colombianos del Cartel de Medellín en ser condenados y pagar su condena. Murió asesinada en Colombia por un ajuste de cuentas.
Delphine LaLaurie, la bruja de Royal Street
Marie Delphine LaLaurie fue una socialité y asesina en serie de Estados Unidos que se volvió famosa por haber torturado y asesinado a un gran número de esclavos.
Lalaurie nació en Nueva Orleans y se casó tres veces a lo largo de sus años. Mantuvo una importante posición en los círculos sociales de su ciudad natal hasta el 10 de abril de 1834, cuando rescatadores que habían respondido a un incendio en su mansión en Royal Street descubrieron varios esclavos amarrados dentro de la casa que mostraban evidencia de haber sido torturados por mucho tiempo.
En medio del caos y las llamas, su cochero llevó su carruaje y Delphine subió a él con total confianza. La turba estaba atónita, inicialmente. Se dice que los ciudadanos enojados intentaron desesperadamente sujetar los caballos y sacarla del carruaje. Aún así, el cochero usó su látigo y lanzó a los caballos hacia adelante, escapando de la multitud. Condujo por la ruta de escape y la llevó a una goleta que esperaba en los muelles de la Compañía de Navegación de Nueva Orleans en el lago Pontchartrain, donde ella abordó y huyó.
Después de esto la casa de LaLaurie fue saqueada por una multitud de ciudadanos enfurecidos, y se cree que ella escapó hacia París, en donde se especula que pasó el resto de sus días hasta su muerte en 1849.
Hay historias de esclavos de Madame Lalaurie a los que les perforaron el cráneo y les rompieron las extremidades y las colocaron en posiciones antinaturales. Y después de mucha investigación, se confirmó que Lalaurie cometió los crímenes atroces contra las personas esclavizadas en su propiedad.
En 2016, la mansión en Royal Street en donde LaLaurie vivió se mantiene en pie y es un emblemático edificio de Nueva Orleans, propiedad del actor Nicolas Cage.
Leonarda Cianciulli, la jabonera de Correggio
Nacida en Montella, Provincia de Avellino, Reino de Italia, 14 de noviembre de 1893, fue una asesina en serie italiana, conocida como «la jabonera de Correggio» (en italiano: «la Saponificatrice di Correggio»), por haber asesinado a tres mujeres entre los años 1939 y 1940, convirtiendo sus cuerpos en jabón y pastel para acompañar el té.
La primera de las víctimas de Cianciulli, Faustina Setti, era una soltera que acudió a Leonarda para que la ayudara a encontrar marido. Cianciulli le hablo de posible candidato en Pola, pero le dijo que no le dijera a nadie acerca de la noticia. También le insistió en que escribiera cartas para sus amigos y familiares y que ella [Leonarda] las mandaría cuando llegara a Pola para que supieran que estaba bien.
El día que Setti iba a irse a Pola, volvió a visitar a Cianciulli y esta le ofreció un vaso de vino con somníferos. Mientras dormía, la asesinó con un hacha y escondió el cadáver en un armario. Cortó el cadáver en partes y guardó la sangre en un bol. Con el cuerpo hizo jabón y con la sangre hizo pastel de té que ofrecía a las mujeres que iban a visitarle y del que tanto ella como su hijo, Giuseppe, comieron.
Francesca Soavi fue la segunda víctima. En este caso, Cianciulli, le dijo que le había encontrado un puesto de trabajo como maestra en una escuela para niñas en Piacenzia. También le dijo que escribiera cartas para sus conocidos, pero esta vez desde Correggio, detallando su plan. Soavi también fue a visitarla el día que se marchaba (5 de septiembre de 1940), ella corrió una suerte diferente, ya que fue descuartizada viva.
La última víctima de Cianciulli fue Virginia Cacioppo. A ella Cianciulli le contó que le había encontrado trabajo como secretaria para un misterioso empresario en Florencia. A Cacioppo también se le dijo que no le hablara a nadie sobre el trabajo. Aquella mañana (30 de septiembre de 1940) antes de partir fue a visitar a Leonarda e igual que Setti le dio a probar el mismo vino con estupefaciente y la asesinó.
A la cuñada de Cacioppo le empezó a parecer sospechosa la desaparición de Virginia, pues la última vez que la vio fue entrando a la casa de Cianciulli. Le contó sus sospechas al superintendente de la policía de Reggio Emilia, quienes abrieron una investigación y arrestaron a Leonarda poco tiempo después. Cianciulli no confesó los crímenes hasta que su hijo Giuseppe comenzó a parecer el sospechoso. Leonarda confesó los crímenes dando todos los detalles posibles para demostrar la inocencia de su hijo.
Fue declarada culpable de sus crímenes y fue sentenciada a 30 años de prisión y 3 años en un asilo para criminales. Cianciulli murió en el asilo para mujeres en Pozzuli el 15 de octubre de 1970. Varias pruebas del caso, entre ellas el caldero donde cocía a las víctimas están expuestas en el museo del crimen de Roma.
Si quieres conocer todos los detalles de los crímenes y motivaciones de estas malvadas mujeres, escucha el episodio 54- Mujeres Asesinas, de nuestro Podcast Cosas Muy Importantes y recuerda suscribirte a su patreon para que puedas acceder a contenido extra exclusivo.
Imagen portada: Shutterstock
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