A veces la muerte nos impide conocer a las personas que más admiramos en el mundo, pero eso no significa que no podamos establecer un diálogo ficticio con ellas. Esta parece ser la conclusión a la que llegó George Whitman el día de 1960 en que decidió escribirle una carta a Ana Frank. Conoce el contenido de la carta aquí.
¿Quién fue Ana Frank?
Ana Frank (1929-1945) fue una joven judía alemana que se vio obligada a vivir escondida, junto con su familia, por poco más de dos años durante la Segunda Guerra Mundial; debido a las persecuciones antisemitas. Los Frank lograrían escapar de la Gestapo hasta el 4 de agosto de 1944, día en que fueron descubiertos y arrestados.
Durante el encierro, la pequeña Ana de 13 años decidió escribir un diario, para guardar sus pensamientos. Así, por un tiempo, la adolescente logró, por medio de la escritura y de la compañía de su amiga imaginaria «Kitty» (la destinataria de sus anotaciones), refugiarse del horror que se había apoderado del mundo exterior.
Aunque la adolescente no sobrevivió al Holocausto, su padre, Otto Frank, sí lo hizo. Esto le permitió al progenitor publicar el diario de su hija luego del fin de la guerra. El diario de Ana Frank alcanzaría muy pronto un amplio reconocimiento, debido a la sensibilidad y al profundo interés humano de la obra.
“Escribir un diario es una experiencia muy extraña para alguien como yo. No solo porque yo nunca he escrito nada antes, también porque me parece que más adelante ni yo ni nadie estará interesado en las reflexiones de una niña de trece años de edad”, anotó la adolescente Ana Frank en una de sus entradas.
¿Quién fue George Whitman?
George Whitman fue el dueño de la librería Shakespeare y Compañía, centro de convergencia de la cultura literaria del mundo occidental por seis décadas. Whitman, que había nacido en Estados Unidos en 1913, recorrió a pie su país natal, Latinoamérica, e incluso sirvió en la Segunda Guerra Mundial.
Después de este atareado itinerario, el bohemio Whitman decidió darle rienda suelta a uno de sus sueños más queridos: fundar una librería. Con este objetivo se estableció finalmente en París, era el año 1948. Whitman permanecería en Francia hasta el momento de su muerte, acaecida en 2011.
Sorprendido por la singular historia de la pequeña Ana Frank, Whitman decidió escribirle una carta a la valiente niña, 15 años después de su fallecimiento. ¿Te gustaría saber qué dice?
Carta de George Whitman a Ana Frank
“Querida Ana Frank,
Si envío esta carta a la oficina de correos, no te va a llegar porque te sacaron de este universo. Así que estoy escribiéndola, para aquellos que leyeron tu diario y encontraron una pequeña hermana que jamás desaparecerá completamente, porque vivirá en la tierra por el tiempo que nosotros, los vivos, la recordemos.
Tú querías venir a París por un año a estudiar la historia del arte, y si lo hubieras hecho, quizás recorrerías las calles alrededor de Notre Dame y descubrirías la pequeña librería que está al lado del jardín de Saint Julien le Pauvre. Conocerías suficiente el francés como para leer en la puerta “Chien aimable, Priere d’entrer” (perro amistoso, por favor, entra).
Y verás que el perro, no es realmente un perro. Es el poeta Francois Villon, quien regresó a la ciudad que amaba después de largos años de exilio. Está sentado junto al fuego, con un pequeño gato con un nombre inusual. Te alegrarás de conocer que se llama “Kitty”, justo como tu amiga imaginaria, a la que le escribías las cartas.
Aquí en nuestra librería, es como una familia con tus hermanas chinas y tus hermanos de todas partes del mundo, se sientan a leer en los cuartos de lectura y conocen a los parisinos. O toman el té con los escritores extranjeros que vinieron a nuestra casa de huéspedes.
¿Recuerdas cómo te preocupaban tus inconsistencias sobre tus dos formas de ser? La Ana extrovertida, coqueta y superficial y esa Ana serena que se escondía de los demás, tratando en silencio de amar y entender al mundo. Todos tenemos dos naturalezas. Todos queremos la paz, pero tratando de defendernos, utilizamos la autodestrucción. Hemos construido armamentos más poderosos que todos esos que se han utilizado en las guerras históricas.
Y los militares, que no están abiertos a negociar las pequeñas diferencias que separan las naciones ni actúan bajo la sabiduría civil, tienen el poder de escribir los testamentos de los hombres, en un planeta muerto, desolado, donde las ciudades radioactivas están rodeadas de plantas moribundas y hierbas venenosas.
Ya que una bomba nuclear podría destruir la mitad de la población mundial, así como también todos los materiales que hacen posible la civilización, el general soviético Nikolai Talensky concluyó que la guerra ya no es una solución viable para solucionar las diferencias políticas.
Los sueños de una pequeña niña que fueron archivados en su diario, desde su cumpleaños número 13 al 15, significan más para nosotros hoy que las labores de millones de soldados y miles de fábricas que trabajaron para crear un tercer Reich que durara 100 años y que en realidad, duró poco más de 10 años.
El diario que escondiste para que nadie pudiera leer, se quedó en el piso cuando la policía alemana te llevó al campo de concentración. Ahora ha sido leído por millones de personas en más de 32 idiomas.
La mayoría de las personas muere, desaparecen sin rastro, sus pensamientos se olvidan, sus aspiraciones quedan como misterios desconocidos. Tú, en cambio, dejaste de ser de tu familia y te convertiste en familia de todos los hombres.
George Whitman.”
Un mensaje vigente
El mensaje que Whitman les transmite a los lectores de la carta se encuentra, debido a los conflictos en los que está inmerso el mundo actual, bastante vigente. Por esto, conviene reflexionar detenidamente sobre los valores que el librero promueve en su misiva; especialmente la tolerancia y el respeto al prójimo.
Tanto la carta de George Whitman a Ana Frank como el diario de esta, representan dos documentos indispensables para la literatura y la historia contemporánea.
Con información de: El País / Wikipedia / Imagen de portada:
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