Por Erika De Paz |
¿Quién no recuerda a la Pata Daisy? En ella no sólo resaltaba un enorme lazo rosado, sino también unas pestañas larguísimas que parecían tocar el cielo. Muchas mujeres, y me incluyo, envidiábamos sus pestañas: eran hermosas. Sin embargo, son muy pocas las que cuentan con la fortuna de tenerlas como las de este personaje de Disney. Algo lamentable si tomamos en consideración que este conjunto de pelos en el borde de los párpados resalta la mirada de cualquiera. Por eso las pintamos, las rizamos, y muchas veces esparcimos pega sobre ellas para colocarnos unas postizas. Y aunque queremos ser las dueñas absolutas de unas pestañas magníficas, la mayoría de nosotras las olvidamos; no las cuidamos ni les damos el cariño que merecen.
Las pestañas cumplen funciones importantes (no son solamente algo estético): protegen nuestros ojos y sirven como barrera para evitar que nos entre polvo o cualquier cuerpo extraño. Al igual que el cabello, crecen (aunque más lento), se caen, y luego son reemplazadas por unas nuevas en un par de meses. Existen diversas maneras de cuidarlas, pero lo primero que debemos saber es que los rayos ultravioleta las resecan, y hacen que se caigan con facilidad; por lo que es recomendable utilizar lentes oscuros que permitan protegerlas del sol. También es importante cepillarlas desde la raíz hasta la punta, aun cuando no las maquillemos.
Hay distintos remedios caseros que permiten hidratar y alargar nuestras pestañas. El aceite de ricino es uno de los secretos de belleza más efectivos para nutrirlas y fortalecerlas; de allí que sea bastante popular. Algunas mujeres aplican aceite de almendras, de oliva o de argán por las noches con un cepillo para cejas; y a la mañana siguiente lo retiran con un desmaquillante suave. La vaselina es otra sustancia que permite acondicionar las pestañas; y existen quienes aseguran que impregnar una mota de algodón con manzanilla, las embellece como por arte de magia.
Aunque muchos de estos trucos son milagrosos, la caída de las pestañas puede deberse a una mala alimentación. Si no revisamos lo que estamos comiendo, nada de lo que apliquemos sobre ellas funcionará. Es necesario consumir de manera regular alimentos ricos en silicio, un mineral que mejora su apariencia. El silicio está presente en los cereales integrales, el berro, los tomates, las zanahorias, la remolacha y la alfalfa; así como en las hortalizas de hojas verdes, en las almendras y el maní. Algunas de las frutas que contienen este mineral son el aguacate y las manzanas. Las vitaminas C y E también son importantes para la salud de nuestras pestañas, ya que constituyen poderosos antioxidantes. Asimismo, la biotina (vitamina H o vitamina B7) además de fortalecerlas, acelera su crecimiento; para obtenerla, sólo debemos ingerir hígado, pescado, leche, huevos y nueces.
También es fundamental aprender a manejar el estrés pues, al igual que ocurre con nuestro cabello, cuando atravesamos situaciones difíciles, nuestras pestañas se tienden a caer sin ningún tipo de contemplación. Otro dato relevante es evitar la manía de frotarnos los ojos, ya que las lastimamos; y jamás debemos olvidar desmaquillarlas antes de dormir: se ponen duras y se quiebran. Los rizadores, así como el rímel, son fabulosos para mejorar el aspecto de nuestras pestañas, pero si no somos cuidadosas en su uso y apretamos demás, podemos terminar con unas cuantas pestañas menos. Los expertos señalan que debemos utilizarlos con moderación, pues su uso constante tiende a debilitarlas.
Los ojos son el espejo del alma, y las pestañas son el marco que resalta ese espejo. Sabemos que son importantes, no están de adorno. Pero muchas veces las olvidamos, y deseamos que estén fuertes y densas sin consentirlas en lo más mínimo. Si las quieres tener como la sofisticada novia del Pato Donald, toma en cuenta estas recomendaciones para embellecerlas, y…empieza a seducir con esa mirada cautivadora.
Por: Erika De Paz | IG @ERIKADPS | Foto: Pestañas de Mujer / Shutterstock
--
--
Autor:
Erika De Paz
