Por Daniel Colombo | Es un hecho y ya está instalada entre nosotros, por más que algunos se quejen y tengan más dudas que certezas sobre su utilidad, y si, realmente, exterminará millones de empleos… o bien, -es lo que pienso- se convertirá en un excelente co-piloto laboral.
Lo cierto es que la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una herramienta indispensable para la creación de contenido, por sólo hablar de unas de sus características más salientes, el lenguaje generativo. «Es como una súper calculadora de palabras que puede hacer funciones sumamente complejas», me dijo anoche Pablo, Ingeniero en Sistemas.
Quiero compartir algunas visiones sobre la generación de textos; y lo que comentó mi amigo me pareció una muy buena definición.
Desde artículos para un blog, posteos para redes, y hasta comentarios, preparar informes y artículos, combinar toneladas de información en pocos minutos, y hasta comentarios en redes sociales -incluso, gente que comenta mis post aquí en LinkedIn (y automatizadamente)-, la IA nos ayuda a mantener nuestra presencia online activa y relevante.
Sin embargo, hay ciertos patrones y lugares comunes que delatan cuando un texto ha sido generado por IA y no por una persona.
10 señales para darte cuenta si escribió una persona o la IA
Para que puedas observarlo, aquí te presento 10 señales reveladoras:
- Introducciones genéricas: Los textos de IA a menudo empiezan con frases como “En el emocionante mundo de…”, «El intrincado…», sin ofrecer una perspectiva única o un gancho interesante, propio de la elaboración humana.
- Recapitulaciones superficiales al finalizar: Es común que, al concluir, la IA simplemente resuma los puntos principales sin ofrecer una conclusión original o provocativa que invite a la reflexión. Por lo general, escribe «En conclusión», o «En síntesis», y pasa a enumerar los dos o tres tópicos salientes del texto.
- Uso repetitivo de frases: La IA tiende a reutilizar combinaciones de palabras y frases hechas, lo que puede resultar en un contenido que suena mecánico y repetitivo. Muchas veces el resultado es bastante básico, aunque escribas un muy buen «prompt» (las indicaciones precisas que le das a la IA).
- Falta de opiniones personales o emociones: Los textos carecen de un punto de vista personal auténtico, mostrando una notable ausencia de pasión o emoción. Esto es el próximo paso, según parece.
- Estructura predecible: La estructura de los textos generados por IA suele seguir un patrón preestablecido, con una falta evidente de creatividad en la organización de las ideas.
Por más que le pidas algo disruptivo, quizás siga igualmente el mismo patrón, ordenamiento y conceptos que son casi siempre los mismos para cada usuario. Usualmente se basa en modelos conocidos de copywriting -escritura persuasiva, entre otras cosas-, como el A.I.D.A. (Atención – Interés – Deseo – Acción), muy aplicado en las redes. - Respuestas estandarizada para en redes sociales: En plataformas como LinkedIn y Facebook, los comentarios generados por IA a menudo parecen descontextualizados, repitiendo información del post original sin aportar valor adicional. Esto se puede leer todos los días en cualquier perfil de grandes creadores de contenido. Alguien toma un fragmento de tu post, lo pone en una IA, y le pide que haga una reflexión sobre eso: lo que queda es un texto largo como comentario, sin la personalidad del que publica.
- Uso excesivo de palabras clave: Intentando optimizar el SEO (la tecnología detrás de las búsquedas en Internet), los textos de IA a veces saturan el contenido con palabras clave, comprometiendo la naturalidad y fluidez de lectura. Una cosa que quizás te hayas dado cuenta es que la IA “adorna” mucho lo que te entrega, por eso usa muchas palabras para expresar algo que no necesita tantas. Claro que la culpa no es de la IA, sino de quien publica ese material, incluso muchas veces sin revisarlo.
- Falta de contexto cultural o actual: La IA sigue fallando bastante en incorporar referencias culturales actuales o entender el contexto más amplio, o traer datos y estadísticas con fuentes reales, resultando un contenido que parece desconectado de la realidad.
Si bien se avanza, es imperioso revisar a fondo cada cosa que le pides, para no quedar mal parados con datos erróneos, muy frecuentes por ahora. Gémini (ex Bard) de Google, suele tener más precisión en datos que, por ejemplo, Chat GPT. - Errores de coherencia: Aunque la gramática y la ortografía suelen ser correctas, la IA puede generar textos con errores de coherencia o transiciones abruptas entre ideas. Lo que conviene hacer es ponerle siempre tu toque personal.
- Citas y datos genéricos: La Inteligencia Artificial frecuentemente recurre a citas y datos muy utilizados, sin aportar información nueva o perspectivas frescas. Le cuesta aún seguir las tendencias, y si le pides algo muy novedoso (más allá de su última actualización) quizás vaya a lo clásico. Para lograrlo, nútrete de búsquedas más amplias y en distintas fuentes, para que lo que publiques sea novedoso.
Aspectos positivos de la Inteligencia Artificial de lenguaje generativo
- El tiempo que ahorras en armar esquemas.
- La generación rápida de ideas que puedes asociar para crear algunas todavía mejores.
- La ayuda inmediata para escribir en tiempo récord las bases de textos, informes, estudios, presentaciones, etc.
- Tener un co-piloto que, con las coordenadas precisas, te ayudará a optimizar tu tiempo y tus ideas.
- Miles de ideas que quizás jamás se te hubiesen ocurrido.
Es decir que la inteligencia artificial ha revolucionado la forma en que producimos y consumimos contenido. Sin embargo, es fundamental identificar y superar estos lugares comunes para asegurar que los textos mantengan una calidad humana, ofreciendo valor real al público.
Si eres creador de contenido, o para redactar, resumir documentos, traducir y miles de funciones más, nuestro desafío es utilizar la IA como una herramienta que complemente nuestra creatividad y no que la reemplace. Al menos eso pienso y eso hago: es un co-piloto que ayuda en determinadas cuestiones, y, la mayoría de las veces, sorprende con algo que jamás hubiese imaginado: un giro, una conexión de ideas, una vuelta de tuerca, una analogía.
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