Por Daniel Colombo | En un mundo que exhibe el éxito como si fuese un trofeo, muchas personas se ven reflejadas en esa realidad aparente como si fuese la meta por obtener.
Sin embargo, eso que llamamos “éxito” tiene una medida muy personal: para algunas personas será tener dinero, fama, prestigio, bienes materiales; y para otras ser buenos padres, tener buenas intenciones, o ser alguien confiable, por ejemplo.
Cuando alguien se siente desgraciado frente a lo que exhiben los demás, es porque internamente se activa el mecanismo de la comparación.
Al compararte siempre pierdes, porque, en primer lugar, partes de un escalón muy bajo del potencial que podrías lograr si quisieras expandirte; y luego, visualizas el proceso de alguien más versus el tuyo sin conocer cómo es en detalle y te quedas con la primera impresión que proyectan otros, sin cuestionártela ni pensar. Esto dispara un mecanismo inconsciente que te disminuye frente a los demás.
Por ejemplo, cuando se habla de logros materiales en las redes sociales al estilo “antes y después” o “de pobres a millonarios”, existe una brecha en el medio que hace que muchas personas se sientan desfavorecidas porque automáticamente piensan que no han sido tocadas con la “varita mágica” de la buena fortuna, y se sienten miserables tan solo con ver una de esas imágenes en Internet.
Como explican Alex Rovira y Fernando Trias de Bes en su libro “La buena suerte”, “Si ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.”
Si quieres lograr otro tipo de resultados para ti, en vez de sentirte en desgracia, necesitas hacer consistentemente algo exactamente opuesto a lo que haces, empezando por cambiar tu modelo mental, que define tu modelo de pensamiento.
Cómo dejar de compararte
El compararse se relaciona directamente con la baja auto estima -el aprecio que tienes por ti- y con que tienes puesta una mirada excesiva en los demás -y es sobre esa imagen que comparas tu realidad-. Al hacerlo limitas totalmente las posibilidades de construir algo mejor para ti.
El efecto es que te sientes cada día peor, y allí aparece un decreto interno, esa vocecita interior que te dice “Soy un desgraciado o desgraciada”. Puede que te sientas así, aunque en verdad, el afirmar “Soy así” es uno de los más potentes pensamientos limitantes.
¿Por qué? Esencialmente porque, al pensar de esta forma la mente subconsciente se pone en el rol de víctima, y desalienta cualquier posibilidad de superación, ya que creas un ancla basada en la dinámica de la queja y la pesadumbre. Todo esto te lleva a no disfrutar de tus propios logros, por pequeños que los consideres: siempre hay algo bueno para rescatar.
Claro que está muy bien admirar los rasgos positivos y sobresalientes de otras personas que sirvan de inspiración y motivación para ti. ¡Hazlo constantemente para superarte!
Recuerda que el único punto de comparación válido es contigo mismo, y cómo lo que hiciste ayer determina en el hoy un nuevo punto de crecimiento. La vida no es una competencia: es para vivirla y cada uno va descubriendo sus propias experiencias.
5 claves para vivir un éxito a tu medida
Un buen punto de partida es dejar de consumir todo tipo de materiales que alienten la comparación, desde la apariencia física, hasta logros materiales, ya que generalmente van en esa línea.
A continuación, enfócate en generar mejoras constantes en tu propia vida, sin necesidad de aparentar. Así te ahorrarás grandes cuotas de decepción, frustración y sufrimiento innecesario.
Puedes construir tu propio espejo donde reflejarte; un espejo consistente y congruente; con una auto imagen que trabajes desde adentro, y no validada sólo por lo externo.
La auto imagen es la percepción interna que tienes sobre quién eres, lo que haces, tus comportamientos, logros y experiencias de vida. Si eliges visualizarte de manera desgraciada, como te sometes a una auto crítica despiadada frente a tu entorno, es posible que sientas que tu auto imagen se ve disminuida frente a lo que tú interpretas de aquello que muestran otras personas.
A simple vista podría parecer envidia, aunque en fondo es un sentido de disminución de la propia valía y estima personal. Cuando consigues dejar de compararte, conquistas una vida de mayor libertad, plenitud y consciencia.
Aquí, cinco claves:
- Compara tu línea de tiempo. Se trata de observar la vida que llevas como una línea desde que naces hasta el presente. Identifica los hitos que la marcaron y que interpretas como importantes y reconócete con gratitud por el avance que vas logrando: es fundamental para sentirte mejor.
- Profundiza en tus aspectos a mejorar. Resalta aquellos que te han permitido crecer en distintas áreas. Potencia los que aún te faltan, con experiencias conscientes que te traigan más de esos momentos a tu vida actual.
- Establece metas y cúmplelas. El proceso de mejora a partir de “auto compararte” contigo analizando las distintas etapas de la vida es permanente, y se nutre de pequeños objetivos que te plantees. Identifícalos, diseña el plan de acción, cúmplelos y observa cómo va cambiando tu vida.
- Desvía tu mirada inconsciente hacia otros. Cuando sientas la tentación de compararte, se consciente de esa actitud, y coloca la atención en ti y en los aspectos en los que necesitas mantener el foco para mejorar. En la vida no sirve el molde de los demás para hacer tu experiencia, así como nadie puede hacerlo por ti. Una buena forma de apoyo es reconocerte por cada aspecto que vas puliendo y mejorando en la obra de arte que es tu vida.
- Se consciente del presente. Si bien conectar con tu pasado para observar las experiencias que te trajeron hasta el presente es una herramienta válida, no te detengas sólo en la comparación con aquel que fuiste: necesitas conectar aquí y ahora, para no distraerte de lo que marcará el cambio interno. Las acciones para dejar de compararte con otros se dan aquí y ahora.
En el fondo, la comparación aparece por la falta de confianza en ti, en las habilidades que tienes y cómo ponerlas a andar. Steve Furtick dijo: “La razón por la que luchamos con la inseguridad es porque comparamos nuestro detrás de escena con la película más destacada de todos los demás”.
Entonces, ahora lo sabes: empieza a filmar tu mejor película desde ahora mismo, dejando de compararte. Practica lo suficiente y empezarás a ver los resultados.
Imagen Portada: Shutterstock
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