Amedeo Modigliani fue un pintor y escultor italiano que destacó por la elegancia y simplicidad de sus retratos y desnudos femeninos.
Nació en Livorno, creció en el barrio judío y tuvo tuberculosis siendo aún un niño. Estudió arte en Florencia y en 1906 se trasladó a París, donde entabló contacto con Pablo Picasso, Jean Cocteau y otros vanguardistas de la época.
En París Modigliani llevó una vida frívola, temeraria, que poco a poco le fue mermando la salud. Su talento como artista, sin embargo, nunca fue puesto en duda por sus compañeros.
Recibió la influencia del fauvismo y poco después también la de su amigo el escultor rumano Constantin Brancusi. Las primeras obras de Modigliani son esculturas inspiradas en las máscaras africanas, aunque realizó también algún que otro cuadro.
Las pinturas de Modigliani, suaves y delicadas, se caracterizan por su simplificación, sus líneas sinuosas, las formas planas y las proporciones alargadas.
La mayor parte de su obra la integran retratos y estudios de la figura humana, caracterizados por los rostros ovalados que tan popular le hicieron. Los retratos, aunque de gran simplicidad en los contornos, revelan un considerable discernimiento psicológico y un curioso sentido del patetismo.
Alcanzó, en su mejor obra, una mezcla del dinamismo de la escultura africana y la gracia y refinamiento del estilo renacentista de Botticelli.
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