Por Daniel Colombo | En el entorno laboral actual, competitivo y ocupado, construir fuertes lazos y fomentar la camaradería entre los colegas es más importante que nunca. Las amistades en la oficina no solo hacen que el lugar de trabajo sea un ambiente más agradable y de apoyo, sino que también contribuyen a aumentar la productividad y la satisfacción de los empleados.
Según un estudio del Future Work Institute, con sede en Bonn, Alemania, cuando se crea un ambiente de amistad laboral incrementa 10% el nivel de productividad y 2% las ventas de una organización. Además, se comprobó que permite conocer más rápidamente los estilos de trabajo de las personas al tener vínculos de mayor cercanía.
Sin embargo, descifrar el código de las amistades en la oficina puede parecer a veces una tarea desalentadora, porque hay personas con las que tenemos onda, otras que no, y también algunas más que quisiéramos pasar a una amistad, y, simplemente, no se da.
La importancia de las amistades en la oficina
“Acá se viene a trabajar, no a hacerse de amigos”, se escuchaba decir hace no tanto tiempo. Sin embargo, todo cambió con la disrupción del trabajo remoto o híbrido, y la necesidad de fortalecer vínculos. Incluso algunas “amistades” antes del tiempo de pandemia pueden haber quedado en el colador, y no pasado el filtro de las más relevantes para nosotros.
La amistad puede tener niveles: hay amigos y amigas todo terreno, con quienes es factible mostrar incluso nuestras partes oscuras más grandes y temidas; otros, para salir y divertirnos; algunos, para sentirnos más cerca en los proyectos y el tiempo laboral.
Aunque posiblemente coincidas en que los buenos amigos, esos de verdad y entrañables, pueden ser un pequeño puñado de afectos muy cercanos que se cuentan con los dedos de una mano.
En una época de desconexión e hiper-comunicación virtual, tener amistades en la oficina va más allá de simplemente tener a alguien con quien charlar durante el almuerzo. Estas relaciones desempeñan un papel crucial en la creación de un ambiente de trabajo positivo y saludable.
Las relaciones sólidas entre colegas no solo mejoran la comunicación y la colaboración, sino que también pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar el bienestar general de los equipos. En la cultura organizacional se siente cuando los compañeros de trabajo están conectados, y por eso generalmente trabajan de una manera más efectiva, comparten conocimientos y se ayudan mutuamente a alcanzar metas y objetivos.
Además, las amistades del trabajo por lo general brindan un sentido de pertenencia y camaradería, lo que a su vez puede aumentar la satisfacción laboral y la retención de personal.
Algunos desafíos al querer hacer amigos del trabajo
Aunque las amistades en la oficina son beneficiosas, construirlas puede presentar desafíos. Uno de los más comunes es la falta de tiempo. En un entorno laboral ocupado, puede ser complejo encontrar tiempo para interactuar y construir relaciones más allá de las tareas profesionales. De allí es que las salidas, los partidos de fútbol, o el after office compartido, es una excelente alternativa.
Otro desafío es la falta de oportunidades para el contacto social. En algunos entornos de trabajo, las interacciones sociales pueden estar limitadas o ser mínimas, por ejemplo, en líneas de producción fabril, lo que dificulta la construcción de relaciones informales. Además, aparecen siempre las diferencias de personalidad y la falta de intereses comunes pueden obstaculizar la formación de amistades en la oficina.
5 consejos para facilitar las amistades en la oficina
Si bien muchas empresas de cultura más tradicional no desean que se den demasiadas relaciones de amistad dentro de sus filas, lo cierto es que los amigos se eligen y es un vínculo que se construye espontáneamente. En las nuevas generaciones de compañías se lo ve como altamente favorable este tipo de relacionamiento, para incentivar el buen clima, la interacción, la distensión y el generar espacios más allá de lo meramente laboral.
Como una ayuda, aquí van cinco consejos prácticos para desarrollar una cultura de las amistades en el ámbito del trabajo:
Consejo 1: Fomentar actividades de construcción de equipos
Una forma efectiva de fomentar la conexión y camaradería en la oficina es a través de actividades de construcción de equipos en un entorno no laboral, lo que facilita la formación de relaciones más informales y amistosas.
Las actividades de construcción de equipos pueden variar desde juegos y competencias, coaching ejecutivo de equipos, hasta eventos sociales fuera del lugar de trabajo.
Al elegir actividades, es importante considerar los intereses y preferencias de la mayoría de las personas para asegurarse de que sean atractivas y agradables para todos. Además, es recomendable variar las actividades para mantener el interés y la participación.
Consejo 2: Crear oportunidades para la interacción social
Además de las actividades de construcción de equipos, es importante crear oportunidades regulares para la interacción social en el lugar de trabajo. Esto puede incluir eventos informales como almuerzos de equipo, desayunos especiales, cafés después del trabajo o, simplemente, reservar tiempo para conversar y conocer a los colegas durante el horario laboral. Estas interacciones informales proporcionan un ambiente relajado y propicio para construir relaciones y fortalecer la conexión entre los empleados.
También es importante recordar que no todos los empleados pueden sentirse cómodos participando en actividades sociales fuera del tiempo de trabajo, por lo que no deberían ser obligatorias. La excepción puede ser la fiesta de fin de año o alguna celebración muy especial.
Consejo 3: Desarrollar un entorno de trabajo de apoyo e inclusivo
En empresas donde existen jefes verticalistas es complejo permitir la colaboración y la inclusión como una cultura permanente. Muchas de las dificultades que enfrentan empresas a la vieja usanza tiene que ver con modelos retrógrados que, quizás, puedan replantearse
Algunos aspectos que permiten crear entornos de apoyo y de inclusión, pueden ser implementar y fomentar una comunicación abierta y transparente, promover la igualdad de oportunidades y tratar a las personas de manera respetuosa y justa.
Para quienes encabezan equipos, es importante brindar apoyo y reconocimiento a los empleados, ya sea a través de capacitación y desarrollo profesional, retroalimentación constructiva o simplemente mostrando aprecio por su trabajo. A esto le llamamos “salario emocional”, que no es retributivo en dinero, aunque sí alienta, estimula y motiva a las personas.
Al crear un entorno de trabajo de apoyo e inclusivo, se fomenta la confianza y el sentido de pertenencia, lo que a su vez facilita la formación de amistades en la oficina.
Consejo 4: Encontrar intereses comunes
A veces se da espontáneamente, y otras, por instancia de la propia empresa. Conocerse en aspectos “no laborales” es una excelente forma de conectar a los equipos.
Cuando entreno ejecutivos, a veces utilizo una dinámica que consiste en que comenten a sus pares algo que aún los demás no saben. Así, el de finanzas resultó ser un experto cocinero; la gerenta de tecnología, una bloguera de viajes en su tiempo libre, y el de operaciones, guitarrista en su propia banda de rock.
Las personas generan mejores conexiones cuando tienen algo en común, ya sea un hobby, un deporte o incluso un programa de televisión favorito. Al descubrirlos, se generan conversaciones, actividades e interacción que une y distiende.
Consejo 5: Dar libertad para que los equipos fomenten su amistad
En algunas empresas con las que he trabajado, se quería controlar hasta el after office que organizaban los propios colaboradores por su cuenta, y hasta incluir a una persona “espía”.
En estos casos, lo más conveniente es dejar que las personas lo manejen a su manera, con total libertad. Y, si en algún caso, la empresa es invitada a participar de alguna forma, lo considerarán en su momento.
Para concluir, si bien es beneficioso tener amigos en la oficina, también es importante establecer límites y mantener una separación saludable entre la vida personal y profesional. Esto implica establecer momentos y espacios dedicados exclusivamente a actividades sociales fuera del entorno laboral, y lo del trabajo en su espacio pertinente.
En este punto, es recomendable evitar chismes y rumores de oficina en todo momento -dentro y fuera de la oficina-, y tampoco usar esos espacios para mofarse de personas que no estén presentes.
Una sana convivencia, la cercanía sincera y los códigos de amistad se van dando con el tiempo: no hay que forzarlos. Y de allí, quién sabe, pueda surgir algo entrañable que dure por muchos años.
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