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Alborota tu metabolismo desde la mañana hasta la noche

Alborota tu metabolismo desde la mañana hasta la noche

Nos encanta hablar del metabolismo, sobre todo, hablar mal de él (el mío es lento, malo, maluquísimo). Y la vedad es que el metabolismo va un poquito más allá de esos adjetivos negativos que usamos porque nos sentimos gorditos, ya que el metabolismo está presente en todas las acciones de tu cuerpo.

Pero como los rollitos en la cintura es lo que a veces nos preocupa más que cómo se realiza el intercambio celular de energía en nuestro cuerpo, vamos a centrarnos en cómo aumentar esa tasa metabólica y en qué debemos hacer para que nuestro cuerpo queme grasa como es debido.

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Desayuna: Comer temprano despierta tu metabolismo. Sobre todo si lo haces en la hora siguiente de levantarte. Tu metabolismo pasa toda la noche en “modo descanso” durante la noche, así que la primera comida del día hará que se levante y abra los ojos, como tú. Lo mejor es elegir comidas altas en proteínas y carbohidratos complejos con fibra. Un plato de avena con huevos, es un éxito multitudinario.

Estaciónate lejos de la puerta de tu trabajo: O bájate unas cuadras antes, o usa las escaleras en vez del ascensor. Quizás no te suena como una larga sesión de ejercicios pero el obligar a tu cuerpo a moverse, es un empujoncito para tu metabolismo. Esa subida en tu ritmo cardiaco, hace que los procesos internos de tu metabolismo se enciendan.

Tomen café: Quizás me dirán, “pero es que tú dices que no debemos tomar tanto café…” Y si, el detalle está en esa palabrita “tanto”. Pero una taza de café puede aumentar tu taza metabólica. Eso sí, debes recordar que no hablamos de un café con crema y azúcar. Café negro con un poquito de leche y listo. Y uno, todo exceso de cafeína y estimulantes sobre estimularán tus glándulas suprarrenales.

Muévete durante tu trabajo: Si no tienes un trabajo súper activo, seguramente pasarás horas sentado en tu silla, parándote sólo para lo necesario. Dale una mano a tu metabolismo tratando de moverte más durante tu jornada de trabajo. Párate más, camina un poco, estírate. Puedes tomar una caminata durante la hora del almuerzo, lo que te alejará también de comer de más o rendirte a la tentación de un “dulcito”. También aplica para cuando te dé el bajón de la tarde.

Si comes fuera: No caigas en la tentación de la comida rápida, o de la pasta, o de cualquier carbohidrato simple con grasa. Esto te dará sensación de llenura pero por un ratito y verás que en la tarde tu energía estará por el suelo, y tu hambre por las nubes. ¿Algo rápido, sabroso y que ayuda a tu metabolismo? Un sanduche de pan integral de grano entero, pavo y ensalada. Carbos buenos, proteína magra y fibra. Un éxito.

Si tomas agua, mejor si está fría: Yo soy una debilucha y nunca tomo agua fría, pero según algunos estudios el tomar agua fría aumenta tu taza metabólica ya que tu cuerpo tiene que generar calor para calentarse cuando consumes algo frío. Y como no puedes estar tomando refrescos todo el tiempo, pues el agua es lo que firma.

Después del ejercicio: Toma leche achocolatada. Es seguro que vas a decir ¿En serio? Pues sí, la leche con chocolate después de una buena sesión de ejercicios hace que tu metabolismo se ponga más fuerte. Cuando te ejercitas, tu cuerpo pierde glucosa y si la repones con un combo de proteína y carbos, pues vas en el camino correcto. Mi recomendación es siempre elegir una versión con leche descremada y sin muchos azúcares agregados (revisa que no tenga más de 13 gr de azúcar).

Cuando cenes, échale picante: Comer comidas picantes puede darle un empujoncito a tu metabolismo. Además las especies son libre de calorías y puedes darle un sabor totalmente distinto a tu plato con ellas.

Relájate: Cuando estás muy estresado, tu cuerpo libera cortisol, una hormona que además de ralentizar tu metabolismo, promueve la acumulación de grasa abdominal. Así que si te tomas unos 10 minutos para meditar o hacer un poco de yoga, tu cuerpo y mente te lo agradecerán.

Duerme: Suena como medio raro pero la verdad es que un buen reposo es la clave de tener un metabolismo ardiente. Tu cuerpo necesita recuperarse totalmente del día para empezar una nueva jornada, y es el momento donde se segregan hormonas como la del crecimiento, que te ayudará a la formación de músculo. Apunta a dormir al menos 7 horas al día.

Por Clementina Ramos
Vía @Inspirulina

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