Alan Mathison Turing (1912-1954) fue una de las mentes más brillantes de todos los tiempos. El matemático de origen británico, que sentaría las bases para la informática y la ciencia moderna, tuvo la desgracia de enfrentarse a un destino que no comprendía los avances ni de su obra, ni de su vida privada. Alan Turing pasaría a la historia como el genio perseguido y condenado por ser homosexual.
¿Quién fue Alan Turing?
Alan Mathison Turing nació en Londres, Reino Unido, el 23 de junio de 1912. Gracias a sus significativos aportes, es considerado el padre de la informática. Asimismo, la comunidad científica le atribuye también ser un precursor de lo que hoy en día denominamos inteligencia artificial.
Inevitablemente, su genio lo llevó a ser admitido en una de las universidades más prestigiosas, no solo de Reino Unido, sino del mundo, y se convirtió en uno de los estudiantes más extraordinarios del King’s College de la Universidad de Cambridge, para así comenzar el trayecto de lo que se sería una de las carreras más brillantes, exitosas pero, trágicas en la historia contemporánea.
Algunos de sus aportes a las matemáticas y a la informática
En 1936, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Turing trabajaba insaciablemente hasta que decidió publicar un artículo llamado Sobre números computables, con una aplicación al Entscheidungsproblem, donde manifestaba su más reciente descubrimiento: en el mundo de las matemáticas existen los problemas sin solución.
Del mismo modo, publicó la teoría sobre la cual descansa el origen de la informática moderna, donde describe qué puede ser definido como computable y qué no. Lo computable, desde luego, era todo aquello que podía ser representado y resuelto por medio de un algoritmo, mientras que lo no computable se traducía en aquellos problemas que aunque presentaban una sucesión de pasos y tareas, no contenían una solución.
El científico británico fue el encargado de idear una prueba, denominada el Test de Turing, en la cual pone en tela de juicio la habilidad que podría tener una máquina en función de cumplir y desempeñar los roles de un ser humano, pasándose por este último.
El rol fundamental de Turing en la Segunda Guerra Mundial
En 1938, un año antes de comenzar el conflicto histórico más importante del siglo XX, el Gobierno británico decidió contratar a Turing para que dirigiese un equipo encargado de descifrar los mensajes codificados de los submarinos nazis en las máquinas Enigma.
El científico desempeñaría esta labor en el marco de la Segunda Guerra Mundial, y tanto a él como a su equipo se le atribuye haber adelantado el descenso del nazismo y la continuidad del conflicto.
En respuesta a la complejidad que suponía la máquina Enigma, Turing construyó su propia herramienta que le permitiese desarrollar la forma más idónea para decodificar los mensajes alemanes. Basándose en una idea similar que había tenido la inteligencia polaca, la bautizó Bombe.
Su sexualidad y las bases de la inteligencia artificial
A lo largo de su vida, y específicamente durante su época universitaria, Alan Turing experimentó cautelosa y discretamente su sexualidad. Sin embargo, a pesar del intento de sobrellevar lo que para entonces era considerado una “conducta indecente”, las medidas aplicadas para sancionar a las personas homosexuales eran cada vez más crueles.
A partir de 1947, y durante varios años que corresponden a la década de 1950, Alan Turing dirigió el Computing Machine Laboratory de Manchester. Allí, fue el encargado de desarrollar una computadora que llevó por nombre MADAM -Manchester Mark I-, y que contaba con más capacidad de memoria que cualquier máquina construida con antelación.
En el transcurso de la década de los 50, Turing se vio ampliamente interesado por la inteligencia artificial. Para entonces, escribió el artículo académico que sentaría las bases para el estudio de la capacidad intelectual de las máquinas.
Sin embargo, su estudio se vería interrumpido cuando la policía británica se lo llevó detenido en 1952. Turing fue condenado a causa de presentar comportamientos homosexuales con quien para entonces sería su pareja, Arnold Murray.
Años atrás, en 1945, Turing había recibido la Orden del Imperio Británico. Sin embargo, no hubo título ni reconocimiento suficiente para que el juez escatimara en la severa pena que llevaría al matemático a buscar la “cura” de su homosexualidad. Es fundamental señalar que el tratamiento de la época incluía castración química, terapia de electroshock, entre otros métodos obsoletos.
Desde entonces, hasta su muerte 12 años más tarde, el genio matemático se habría sometido no solo a procedimientos médicos, sino a la reclusión de una vida solitaria y sombría, que habría culminado al ingerir una manzana con cianuro, el 7 de junio de 1954.
Con información de: National Geographic | La Vanguardia | El País | El Diario |
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