Benjamin Franklin es uno de esos personajes a los que se le puede asociar en diversas áreas. En la política, la ciencia y la literatura destacó notablemente. Fue un hombre completo que luchó por sus ideas y llevó a cabo varios experimentos e inventos que contribuyeron a aumentar su trascendencia y legado.
Nacido en Boston el 17 de enero de 1706, Benjamin Franklin obtuvo una formación básica en la South Grammar School hasta sus diez años. Posteriormente trabajó en algunos oficios como la elaboración de velas y jabones en la fábrica de su padre, en la marina, en la carpintería, como tornero o como albañil. Sin embargo, su primer acto público de relevancia fue la creación de La tragedia del faro y Canto de un marino, dos poesías escritas por él.
A sus quince años de edad uno de sus hermanos fundó el New England Courant, un periódico en el que Franklin escribió algunas de sus primeras obras. Allí escribía bajo el seudónimo de Sra. Entrometida Silenciosa (Mrs. Silence Dogood), hasta sus 17 años cuando viajó a la ciudad de Philadelphia, donde trabajó en varias áreas.
El interés de Benjamin Franklin por los fenómenos eléctricos no comenzó sino hasta el siglo XVIII. Concretamente en el año 1752 llevó a cabo uno de los experimentos científicos más relevantes para el desarrollo de la ciencia moderna: el experimento de la cometa de Franklin.
Influenciado por las obras de Isaac Newton o Joseph Addison, Franklin escribió su trabajo científico más relevante: Experimentos y observaciones sobre electricidad. El experimento de la cometa de Benjamin Franklin consistió en atar una cometa con esqueleto metálico a un hilo, con su extremo inferior atado a una llave.
Aprovechando una tormenta eléctrica observó que al remontar la cometa la electricidad se conducía desde la cometa hacia la llave, recargándola de corriente eléctrica. A partir de ello Franklin demostró que las nubes estaban cargadas de electricidad y que los rayos que vemos son descargas eléctricas de las mismas.
Entre los inventos de Benjamin Franklin destaca el del pararrayos, producido a partir de este descubrimiento. El pararrayos se instaló rápidamente por todo el país y fue un éxito comercial, pero no fue la única creación de esta prominente alma inventora. Los inventos de Franklin fueron múltiples, como por ejemplo:
La armónica de cristal (1762). Esta está constituida por un número de platos de cristal alineados y atravesados por un eje. Con un pedal que los hace girar mientras se toca con la mano mojada, el instrumento registra cuatro octavas.
Horno de Franklin (1742). Se trata de una estufa de hierro que produce más calor y menos humo que una estufa abierta ordinaria.
Lentes bifocales (finales del s. XVIII). Se trata de lentes que tienen dos graduaciones diferentes en el mismo cristal. Suelen ser utilizados por personas con miopía, y aunque se debate la creación de los mismos por parte de Franklin, tradicionalmente se asocia a él.
Cateter unrinario. Se trata de un pequeño tubo que se inserta en la vejiga del paciente mediante su uretra. La cateterización le permite al paciente orinar libremente sin obstrucciones.
Todos estos inventos no fueron las únicas contribuciones de Benjamin Franklin al mundo de hoy. Su labor política fue reconocida en la época, y hoy en día los billetes de US$100 tienen su rostro impreso en ellos.
Los inicios políticos de Franklin ocurrieron en 1736 al ser elegido miembro de la Asamblea General de Filadelfia. También fue clave en la independencia de los Estados Unidos, y contribuyó a la Declaración de Independencia de 1776 junto a Thomas Jefferson. Se lo nombró también Ministro para Francia, y luchó para abolir la esclavitud, defender la democracia y terminar con la Guerra de Independencia.
Benjamin Franklin falleció el 17 de abril de 1790 con 84 años, y fue enterrado en Filadelfia con unas 20.000 personas asistiendo a su funeral. Su legado lo llevó a consagrarse como uno de los grandes científicos y seres humanos de la historia, y como emblema de los Estados Unidos democráticos que caracterizaron a la época de su vida.
Algunas de las mejores frases de Benjamin Franklin
«Un hoy vale por dos mañanas.»
«El camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.»
«El corazón del loco está en la boca; pero la boca del sabio está en el corazón.»
«Tómate tiempo en escoger un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo.»
«Bien hecho es mejor que bien dicho.»
«El orgullo detesta el orgullo en los demás.»
«Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza.»
«Nunca ha habido una buena guerra ni una mala paz.»
«De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.»
«La necesidad nunca hizo buenos negocios.»
Con información de: ojocientifico.com
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