La concentración es la acción y efecto de centrar intensamente la atención en algo.
Es importante diferenciar que estar concentrado implica que estamos enfocados exclusivamente en algo, excluyendo todo lo demás, mientras que la atención, incluye todo lo que ocurre a nuestro alrededor, cada detalle, cada cosa que sucede.
Como cualquier otro órgano, el cerebro no puede estar en su máximo rendimiento durante periodos demasiado prolongados de tiempo porque se fatiga y necesita descansar para recuperar su nivel de funcionamiento.
Nuestro organismo desvía la atención para obligarnos a parar para protegerse si nosotros no paramos la actividad que nos cansa.
Síntomas como falta de atención, hiperactividad e impulsividad pueden dificultarte el tener un día productivo y cien por ciento concentrado. La clave del éxito es aprender cómo trabajar con estos síntomas, y no luchar contra ellos.
La concentración es como un músculo, podemos aprender a entrenar nuestra capacidad de enfocarnos, y así mejorar nuestros niveles de concentración, memoria y aumentar nuestra productividad.
A continuación ocho técnicas para mejorar tu concentración:
Descansa lo suficiente
Para poder concentrarnos bien necesitamos dormir las horas suficientes para proporcionarle al organismo la recuperación cerebral y cognitiva necesaria para poder rendir perfectamente.
Si no se descansa lo suficiente vamos a estar dispersos, tendremos menos memoria, seremos más irritables y estamos más irascibles. Además, la falta de sueño puede producir molestias en los ojos y visión borrosa de manera transitoria.
Durante las horas en que dormimos, el cerebro realiza un «reseteado» de ciertas funciones, preparándonos para que el día siguiente podamos procesar mucho mejor la información y los estímulos. Además, dormir ocho horas es también muy bueno para nuestra memoria a largo plazo y ayuda a disminuir el estrés.
Escribe a mano
Según un estudio publicado en el diario Psychological Science si escribimos a mano, nuestro cerebro hará un esfuerzo superior para concentrarse y recordará más fácilmente los datos y apuntes que salgan de nuestro puño y letra.
Gestiona el estrés y no dejes que te invadan las preocupaciones
Si lo que queremos es realizar una actividad cognitivamente demandante durante un rato, nuestra mente necesitamos gozar de un estado mental que no sea ni excesivamente relajado -que nos induciría al sueño y a la escasa retención de datos- ni excesivamente activo -estaríamos tan nerviosos que simplemente no seríamos capaces de focalizarnos en una sola tarea-.
Puedes manejar el estrés apretando fuerte el puño o una pelota anti-estrés durante un minuto, meditando, respirando o haciendo ejercicio –que además aporta múltiples beneficios para la salud- y así podrás cumplir tu objetivo sin que nada te perturbe.
Juega ajedrez
Un estudio publicado en Science Direct explica que si queremos aumentar la concentración, una alternativa es jugar ajedrez ya que exige una gran capacidad de concentración para analizar cada situación que se produce en el tablero, tomar decisiones acertadas y anticiparnos a los movimientos del rival.
Es una actividad perfecta para desarrollar ambas capacidades, además de nuestra habilidad para el razonamiento lógico y estratégico.
Elimina las distracciones
El ruido ambiental afecta a nuestro rendimiento si estamos realizando una tarea que requiere concentración –ya sea el celular, la televisión, la radio, etc.-. Cuando menos ruidoso sea el entorno, más en forma estarán tus habilidades cognitivas.
Para focalizarte por completo en una tarea, lo ideal es que encuentres un espacio cómodo y sin distractores. También que la temperatura del espacio en cuestión no sea ni demasiado frío, ni demasiado caluroso.
Planifica tu tiempo y ocupaciones
Establece prioridades y planifica tu día. Fijar objetivos claros y lo más específicos y realistas posibles te ayudará a organizarte, definir el ritmo y aprovechar mejor cada minuto. Usa tu tiempo libre para jerarquizar tus pendientes.
Si contamos con el tiempo necesario para dedicar a cada tarea, evitaremos el estrés, las prisas y los inconvenientes que puedan surgir, y seremos más capaces de dedicar un esfuerzo inteligente y productivo a la tarea. Si sabemos exactamente qué tenemos que hacer y cómo, la tarea se vuelve más sencilla, y nuestro estado de focalización es más adecuado a la hora de abordar cada subtarea con éxito.
Recuerda incluir un tiempo para los imprevistos que sea suficiente para reaccionar y evitar así el estrés y que tu planificación no se venga abajo al menor contratiempo.
También es recomendable elegir el momento del día en que sientas que eres más productivo para hacer las tareas más importantes y dejar las menos relevantes para después, sin embargo, hay personas que prefieren hacer lo más fácil primero, ya queda a tu elección.
Si los trabajos que debes realizar son muy complejos, lo más aconsejable es que lo dividas en partes, para que puedas ir cumpliendo con cada una de ellas alternativamente.
Una vez finalizada una tarea que te ha demandado mucho esfuerzo, prémiate con algo de tu agrado, puede ser un descanso, mirar televisión, tomar un café, conversar por teléfono, o salir a caminar; tú eliges lo que más te plazca.
Ordena todo el material que vas a utilizar y deja todo al alcance de la mano
Trata de tener todo lo necesario a tu alcance y siempre en el mismo lugar, para que lo encuentres con facilidad y no pierdas tiempo innecesariamente.
Además, mantén la mesa de trabajo lo más despejada y limpia posible, sin objetos distractores al alcance de la vista.
Al estudiar puedes utilizar alguna o varias técnicas para fijar conocimientos tales como: subrayado, esquemas conceptuales, notas, resúmenes, resaltar fragmentos de textos importantes con diferentes colores, tú decides.
Test de concentración ¿Estás preparado para superar este nuevo desafío?
Toma un descanso rápido cada cierto tiempo
Está comprobado que luego de 90 minutos, la concentración se pierde, por lo que, transcurrido ese tiempo, es mejor tomarte un respiro y distraerte.
Toma descansos o siestas energéticas para reiniciar tu concentración y mantenerla funcionando a casi el 100 %.
Además, debes mejorar el flujo de oxígeno al cerebro porque la sangre –el principal vehículo de oxígeno en nuestros cuerpos- se acumula en la mitad inferior de nuestros cuerpos como resultado de la gravedad y no empuja tanto oxígeno al cerebro. Para eso levántate y camina de vez en cuando para bombear la sangre.
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